"Yo escribo para una c¨¢mara y el novelista para unos ojos"
Afincado en San Sebasti¨¢n desde hace varios a?os, Michel Gaztambide (Pamplona, 1959) es uno de los guionistas m¨¢s reconocidos del cine espa?ol. Recre¨® junto con Julio M¨¦dem el realismo fant¨¢stico de Vacas y con Enrique Urbizu las mafias inmobiliarias de la Costa del Sol en La caja 507. Actualmente ultima la versi¨®n cinematogr¨¢fica de Un tranv¨ªa en SP, la novela de Unai Elorriaga. De paso por Bilbao, donde ha impartido un curso, critica la "falta de humildad de algunos directores" para contar con los guionistas.
Pregunta. ?C¨®mo se refleja en imagen un universo mental como el que plantea Elorriaga?
Respuesta. La clave ha sido intentar que el espectador que salga de la sala lo haga m¨¢s o menos con la misma sensaci¨®n de regusto mental y emocional que el lector cuando lee la ¨²ltima p¨¢gina de la novela. Para ello, a ratos le somos fieles a Unai [Elorriaga]; evidentemente est¨¢n sus personajes y el n¨²cleo central de esa familia maravillosa y extravagante que se re¨²ne de manera azarosa. He intentado que la maravillosa sensaci¨®n que yo tuve al leer ese universo libre y po¨¦tico, duro, pero a la vez tierno, la tenga tambi¨¦n el espectador, es decir, conseguir hablar de la muerte, pero con una sonrisa.
"Ser¨ªa ingenuo pensar que una pel¨ªcula puede cambiar la sociedad"
"Al cine espa?ol le falta esa humildad de los directores para llamar a los guionistas"
P. En estos proyectos se corre el riesgo de escuchar esa frase de "la pel¨ªcula est¨¢ bien, pero el libro me gust¨® m¨¢s".
R. S¨ª, y tambi¨¦n al rev¨¦s. La literatura ha sido siempre una fuente a la que directores y productores han acudido para contar historias, porque de alguna manera ya est¨¢n contadas. El cine y la literatura tienen una relaci¨®n como de hermanos que a veces tienen sus tiranteces. Muchas veces los escritores se sienten violados por las adaptaciones de los guionistas y muchas veces los guionistas se sienten incomprendidos por los autores literarios, como si los escritores considerasen que sus libros son una especie de arte superior que el cine viene a manchar. Pero la diferencia clave es que el lenguaje cinematogr¨¢fico tiene un desarrollo visual, y el literario otro escrito, que se visualiza en la cabeza del lector. Yo escribo para una c¨¢mara y ¨¦l para unos ojos.
P. ?Esperaban usted y Urbizu que la trama de La caja 507 fuera a estar tan de actualidad a los cuatro a?os de su estreno?
R. Creo que a¨²n va a estar m¨¢s de actualidad todav¨ªa, porque no s¨®lo ata?e a la Costa del Sol, sino a muchos lugares, incluida Euskadi. Utilizamos como base noticias incluso de 1995. Todo esto se sab¨ªa, porque nos basamos en la realidad. Lo que nos ha parecido estupendo de la pel¨ªcula es que la mayor¨ªa de quienes la han visto, cuando ahora ven un incendio extra?o en la televisi¨®n, piensan "eso es porque alguien ha quemado el monte", cosa que antes a lo mejor no pasaba. La pel¨ªcula ha ense?ado a la gente c¨®mo se desarrolla esa pr¨¢ctica ilegal y terrible.
P. ?El cine podr¨ªa recuperar el papel de denuncia social y pol¨ªtica que tuvo durante la d¨¦cada de los 70?
R. El cine no puede tumbar gobiernos, es inofensivo. Algunas personas me preguntan si nadie nos ha denunciado por aquel trabajo y les respondo que no ha habido denuncias porque todo era una ficci¨®n. No es m¨¢s que una pel¨ªcula y las pel¨ªculas no valen para nada, salvo para que los espectadores vayan a verla y descubran la realidad desde otro punto de vista. Muchos buenos thrillers hablan de una determinada situaci¨®n social; son, quiz¨¢ junto con la ciencia ficci¨®n, el instrumento m¨¢s poderoso para cambiar el estado de las cosas, pero no cambian nada. Ni siquiera los documentales cambian el estado de las cosas. No somos m¨¢s que humildes cineastas, aunque creo que una de nuestras obligaciones es hacer cosas que tengan que ver con el estado de las cosas, pero sin pretender conseguir cambios sociales. S¨®lo podemos conseguir que de manera individual la gente vea las cosas de otro modo utilizando el camuflaje del arte. Y eso ya es bastante, pero ser¨ªa ingenuo pensar que una pel¨ªcula pueda cambiar la sociedad.
P. ?Hasta qu¨¦ punto ayuda a un guionista un matrimonio profesional con un realizador?
R. Hay veces en que tienes buena relaci¨®n con un director con el que no te has entendido profesionalmente. Una buena relaci¨®n profesional entre un guionista y un director es posible y deseable. Al cine espa?ol le falta esa humildad de los directores para llamar a los guionistas; muchos se lo guisan y se lo comen ellos solos. Sin embargo, cuando tienes una buena relaci¨®n laboral se consigue algo muy curioso: que s¨®lo haya una cabeza. Llega un momento en que no manda la opini¨®n del director ni la del guionista, sino que es la historia la que va aceptando o rechazando las aportaciones de cada uno.
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