Ann Richards, ex gobernadora de tejas
Tras llamarle "cretino", perdi¨® las elecciones ante George W. Bush
Tejas no perteneci¨® siempre a los republicanos. Antes de que el actual presidente George W. Bush se convirtiera en 1994 en el gobernador de aquel estado, Ann Richards, una dem¨®crata menuda y vivaracha, con el pelo te?ido a lo Marilyn y un cargamento de ideas progresistas, ejerci¨® como gobernadora entre 1990 y 1994. Previamente hab¨ªa sido tesorera de Tejas durante ocho a?os y hab¨ªa dejado huella en la Convenci¨®n Nacional Dem¨®crata de 1988 con un discurso afilado y carism¨¢tico que la catapult¨® al estrellato pol¨ªtico. Ann Richards, de 73 a?os, firme defensora de los derechos civiles de minor¨ªas como la homosexual o la de raza negra, falleci¨® v¨ªctima de un c¨¢ncer de es¨®fago.
Su vocaci¨®n pol¨ªtica asom¨® en su adolescencia. Mostr¨® desde el colegio una clara facilidad para el debate p¨²blico, que le permiti¨® conseguir una beca para estudiar en la Baylor University de Waco. Tras casarse con el que fue su ¨²nico marido, David Richards, la pareja se mud¨® a Austin, donde Ann Richards consigui¨® el t¨ªtulo de profesora por la Universidad de Tejas, comenzando a ejercer como maestra en un colegio en el que ense?¨® an¨¢lisis social.
Desde 1952 particip¨® activamente como voluntaria en las campa?as dem¨®cratas a gobernador, y a principios de los sesenta cre¨® la organizaci¨®n North Dallas Democratic Women para impulsar el avance de la mujer dentro del partido. "El Partido Dem¨®crata estaba dirigido por hombres que miraban a las mujeres simplemente como peque?as partes de la maquinaria", dijo a?os despu¨¦s. Su primer ¨¦xito pol¨ªtico lleg¨® en 1972, como directora de la campa?a a congresista de Tejas de Sarah Weddington, la mujer que hab¨ªa argumentado frente al Tribunal Supremo en el c¨¦lebre juicio Roe contra Wade, que llev¨® a la legalizaci¨®n del aborto.
Pero mientras continuaba su ascenso, y una vez conseguido un espacio en la pol¨ªtica local de Austin, Richards comenz¨® a beber. Su matrimonio se ahog¨® en alcohol y su vida profesional estuvo a punto de seguir el mismo rumbo. Al igual que George W. Bush, que tuvo el mismo problema, Richards tambi¨¦n vio la luz. Pero su camino no lo ilumin¨® Dios como le ocurri¨® al actual presidente sino un programa de rehabilitaci¨®n para alcoh¨®licos que en 1980 la devolvi¨® a la vida pol¨ªtica. "He tocado fondo. Lo que m¨¢s miedo me daba era dejar de ser graciosa. Por suerte no ha ocurrido. Recuperarme ha sido maravilloso", dijo entonces.
Reforzada tras la experiencia, en 1982 se convirti¨® en tesorera de Tejas y en 1990 se atrevi¨® a presentarse a gobernadora. Con su victoria impuls¨® la entrada de las minor¨ªas en el gobierno p¨²blico, imponiendo multas a las empresas petroleras contaminantes, mejorando la situaci¨®n de los presos y apoyando mejoras en la educaci¨®n. Su carisma pol¨ªtico no s¨®lo estuvo apoyado en su firme defensa de los derechos civiles sino tambi¨¦n en su sentido del humor: "Aprend¨ª muy pronto que para gustar a la gente hay que hacerla re¨ªr".
Su mayor error pol¨ªtico fue subestimar a George W. Bush cuando se convirti¨® en su adversario a gobernador en 1994. Tuvo el atrevimiento de llamarle p¨²blicamente "cretino", lo que le rest¨® votos y al final sucumbi¨® en las urnas, donde Bush se alz¨® con el 53% de los votos frente al 46% de Richards. Siempre original, celebr¨® su 60 cumplea?os consiguiendo la licencia para conducir motos. Los ¨²ltimos a?os los hab¨ªa dedicado a fundar un instituto para j¨®venes mujeres l¨ªderes en el que se dar¨¢ prioridad a adolescentes sin recursos.
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