Ajuste de cuentas
Salvador, la pel¨ªcula de Manuel Huerga que denuncia la ejecuci¨®n por garrote vil del joven Puig Antich en 1974, ha sido elegida sorpresivamente por los acad¨¦micos espa?oles como una de las tres posibles candidatas espa?olas al Oscar de Hollywood. Sorpresivamente, porque la pel¨ªcula a¨²n no hab¨ªa sido estrenada en salas, aunque s¨ª exhibida en el ¨²ltimo Festival de Cannes, y varias veces en sesiones privadas: en a?os cercanos otras pel¨ªculas espa?olas fueron igualmente preseleccionadas para los Oscar tras haber cumplido el m¨ªnimo requisito legal de haber sido estrenada simplemente en cualquier pueblecito remoto de la sierra madrile?a: no hay, pues, que alarmarse. Sin embargo, sugieren algunos acad¨¦micos que puede que colegas catalanes hayan hecho pi?a para conseguir que Salvador figurase entre las candidatas al Oscar. O tambi¨¦n podr¨ªa ser que su selecci¨®n fuera una revancha m¨¢s del cine respecto al pasado de su pa¨ªs, independientemente de las calidades propias de la pel¨ªcula, para empezar la de los actores, y en primer t¨¦rmino Daniel Br¨¹hl: merece la pena ver su interpretaci¨®n de Puig Antich. Es admirable.
En estos tiempos est¨¢n apareciendo pel¨ªculas que quieren ajustar cuentas con el ayer
En estos tiempos est¨¢n apareciendo pel¨ªculas que quieren ajustar cuentas con el ayer. Salvador reivindica la figura de uno de los ¨²ltimos ajusticiados por Franco, mientras que la candidata al Oscar por parte de Alemania, Stasi, quiere denunciar los sistemas de espionaje a ciudadanos corrientes y molientes por parte de la polic¨ªa secreta de la Alemania oriental bajo el r¨¦gimen de Mosc¨². Y Karakaula, una de las pel¨ªculas a concurso del Festival de San Sebasti¨¢n, que empez¨® ayer, coproducida por los Estados que actualmente conforman lo que fuera Yugoslavia, quiere ser recordatorio de las diferencias ancestrales entre nacionalidades a pesar de aquel cierre en falso propiciado por el mariscal Tito tras la Guerra Mundial. Sea buena o mala pel¨ªcula, es de lo que quiere denunciar.
Y hablando de San Sebasti¨¢n, ayer mismo Carlos Iglesias, el director, guionista e int¨¦rprete de la exitosa Un franco, 14 pesetas, record¨® en la ceremonia de inauguraci¨®n las m¨²ltiples migraciones habidas en la historia y c¨®mo los espa?oles, con larga tradici¨®n como emigrantes, viven ahora la inmigraci¨®n en sentido inverso. Un bumer¨¢n que podr¨ªa entenderse como otro ajuste de cuentas. Y pasado ma?ana el festival dar¨¢ el Premio Donostia al actor Max von Sydow, int¨¦rprete de Pelle el conquistador, pel¨ªcula que fue un ajuste de cuentas de los suecos con sus vecinos daneses, que tan mal recibieron a sus emigrantes a finales del XIX. Tambi¨¦n, en una secci¨®n paralela se ver¨¢ El caracazo, del venezolano Rom¨¢n Chalbaud, un retrato de la matanza militar de los ciudadanos empobrecidos que protestaron por una subida de precios en 1989; la pel¨ªcula ha sido un ¨¦xito popular en su pa¨ªs, encar¨¢ndose al antichavismo.
Salta ahora la noticia de que Wikipedia neg¨® en su d¨ªa que durante la dictadura militar un grupo de adolescentes argentinos fuesen torturados y asesinados simplemente por pedir un bono de autob¨²s. El cine dio cuenta de aquel horror en la estupenda pel¨ªcula de H¨¦ctor Olivera La noche de los l¨¢pices, mal exhibida en Espa?a: buena parte del cine argentino en democracia se ha empe?ado en desvelar atrocidades silenciadas hasta entonces. Como hace Salvador, pel¨ªcula necesaria, como tantas otras que a¨²n faltan en nuestro cine. Los ajustes tardan, pero terminan llegando.
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