Materia al vuelo

Escultor de estirpe esencialista, Juan Asensio (Cuenca, 1959) ha venido desarrollando a lo largo de su carrera, en esa fecunda estela que la abstracci¨®n geom¨¦trica instaura en el legado de la modernidad, una muy personal y refinada propuesta, donde la apelaci¨®n a los vol¨²menes can¨®nicos -el cubo, la esfera, el pilar cil¨ªndrico, el disco lenticular- queda filtrada por una desviaci¨®n de la norma que les confiere una enigm¨¢tica resonancia efusiva.

En el curso de este ¨²ltimo a?o, Asensio ha comenzado a realizar piezas en acero inoxidable. Las primeras, las present¨®, a inicios del verano, en su exposici¨®n del IVAM, Geometr¨ªa sin l¨ªmites, y de ellas encontramos asimismo ejemplos bien notables ahora, en su nueva incursi¨®n madrile?a.

Una materia, el acero, de resonancia en principio bien ajena, sin duda, al orbe mineral de los m¨¢rmoles y granitos que ha centrado lo esencial de la evoluci¨®n de su escultura y que, seg¨²n declaraba el propio artista con ocasi¨®n de la muestra de Valencia, le permite "enfriar" la obra, imprimirle "un car¨¢cter industrial e impersonal", conteniendo en parte el deslizamiento hacia una dicci¨®n m¨¢s org¨¢nica que ha ido aflorando en su trabajo reciente. En todo caso, la idea de distanciamiento emocional que sus palabras sugieren debe ser necesariamente matizada, en la medida en que el muy sutil tratamiento epid¨¦rmico que confiere a la postre a sus piezas de metal vendr¨ªa a desmentir, o a enturbiar cuando menos, en un grado m¨¢s que estimable el alcance de dicho enfriamiento.

En rigor, no hace con ello

Asensio sino insistir en esa misma equivocidad nuclear que fundamenta su po¨¦tica, y que reencontramos reformulada a su modo en el aliento ingr¨¢vido que la torsi¨®n despierta en los negros discos de granito. Como lo mismo ocurre, de hecho, tanto en la piedra como en el acero, con las recientes piezas referidas al plano del muro, que presenta en esta muestra, y donde el helicoidal juego de la curva tiende a diluir la hier¨¢tica verticalidad en un alado impulso aerodin¨¢mico. Y con ello, alcanza sin duda Asensio, en el rotundo impacto de la presente exposici¨®n, una inusitada cota de excelencia, que avala plenamente su lugar entre los talentos m¨¢s firmes que ha consolidado en el cambio de siglo la escultura espa?ola de su generaci¨®n.