Fabricantes de dinero
El pasado 23 de julio EL PA?S publicaba un amplio reportaje sobre los nuevos ricos del ladrillo. Por una suma de circunstancias favorables, los all¨ª mencionados y otros muchos han creado en los ¨²ltimos a?os una nueva modalidad industrial, que supera a la tradicional manufactura mediterr¨¢nea. Estos se?ores fabrican dinero.
Ese dinero, conseguido leg¨ªtimamente y en cantidades industriales, procede de la explosi¨®n urban¨ªstica y del gran crecimiento de la econom¨ªa espa?ola en los ¨²ltimos diez a?os. La gente es hedonista y quiere gastar. Y esto permite necesariamente que quienes satisfacen esta demanda ganen mucho dinero construyendo pisos, vendiendo pizzas o bien organizando conciertos musicales. Gracias a Dios, hay muchos cat¨®licos reconvertidos a la ¨¦tica protestante.
Pero ese fen¨®meno de los nuevos ricos del ladrillo trae otras consecuencias. Jes¨²s Ger, Enrique Ba?uelos, Enrique Ortiz, Bautista Soler, los Ballester, los Batalla, los Gallego y una muy larga lista ya sabemos que son ricos porque son los m¨¢s listos. Pero estos ricos tambi¨¦n est¨¢n haci¨¦ndose los due?os del sistema financiero. Compran bancos, lideran los movimientos burs¨¢tiles y han obligado a las cajas valencianas a pelear el euro a pie de obra en lugar de cumplir su objetivo social. Y no todos vienen del ladrillo. Uno de los principales accionistas del Banco de Valencia es Celestino Aznar, creador de Marie Claire.
?Qu¨¦ hacer con todo ese dinero fabricado? ?Qu¨¦ hacer con tanto suelo comprado? No son una ONG, no pueden dejarlo en balance y no hay tesorer¨ªa que aguante esto. Incluso invertir en m¨¢s ladrillo para generar plusval¨ªas tiene sus limitaciones. Por lo tanto, los que tienen buen suelo, en buenos sitios, lo normal es que lo vendieran. A Enrique Ba?uelos (Astroc) no le ha durado nunca un solar m¨¢s de seis meses en las manos. Pero ahora el diferencial entre el precio de compra y el de venta, si no est¨¢ actualizado en balance, es de tal calibre que Hacienda deslomar¨ªa las espaldas del vendedor. Soluci¨®n: a la bolsa con el suelo, con los apartamentos y con las expectativas de negocio en Polonia, China, Marruecos o Bulgaria, como anuncia Marina D'Or.
Sales a bolsa con un tercio de tu negocio, fuerzas las cotizaciones de mil formas legales y hasta entra?ables (la superpaella que monta Astroc en Central Park para miles de personas, incluidos los consejeros del Banco Sabadell) y llenas un saco. ?Qu¨¦ haces con eso y con los beneficios de tu empresa? Pues compras acciones de bancos. H¨¦ctor Colonques (Porcelanosa) y el repetido Ba?uelos est¨¢n c¨®modamente sentados en el Sabadell. Y al Banco de Valencia le salen novios todos los d¨ªas con unas acciones que no se pueden comprar pero est¨¢n permanentemente revalorizadas.
?Qu¨¦ har¨¢ Soler con todo el beneficio que le va a dar la operaci¨®n de Metrovacesa? Aqu¨ª no se compran pisos o suelo. Aqu¨ª se compra y venden acciones y poder financiero. Pues Soler, si pudiera, con todas las plusval¨ªas, se comprar¨ªa un banco. No en vano Bot¨ªn es presidente del Santander con menos del 1% del capital, casi igual al que podr¨ªa comprar Enrique Ortiz si realizara su suelo. Menos mal que Bancaja y la CAM no se venden, porque con tanto dinero suelto por ah¨ª ya tendr¨ªan due?o. Aunque tampoco hace falta comprar. Se montan un bodorrio con Metrovacesa-Rivero-Soler y todo queda en casa.
Los nuevos ricos del ladrillo son fabricantes de dinero y el dinero hay que meterlo en los bancos. La tierra, los solares, ya est¨¢ comprada. El minifundismo valenciano es historia. Ahora cualquiera de estos personajes tiene m¨¢s tierra sin cultivar que la que en su momento tuvieron en producci¨®n Pascual Hermanos. Pero no hay que lamentarse porque tambi¨¦n ha cambiado el paradigma sobre el valor de la tierra que defini¨® hace muchos a?os el economista David Ricardo. Ahora el valor de cambio de la tierra ya no est¨¢ determinado por la cantidad de horas de trabajo necesarias para la producci¨®n. Ahora es cuesti¨®n de bolsa, porque la naranja no cotiza.
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