Cuesti¨®n de peso
La Pasarela Cibeles sacude el mundo de la moda al prohibir por primera vez desfilar a modelos excesivamente delgadas
"Que viva la masa corporal y la de harina!". Estaba escrito en letras bien grandes en el tabl¨®n de fotos del backstage de la Pasarela Cibeles de este a?o. Era la frase que ironizaba sobre toda la gran pol¨¦mica de esta ¨²ltima edici¨®n, que ha traspasado las fronteras espa?olas.
Porque este a?o, la pasarela madrile?a casi ha servido para hablar de todo menos de moda. El escaparate espa?ol se ha empa?ado con la controversia "del tri¨¢ngulo rect¨¢ngulo", como ha dado en llamarla su directora, Cuca Solana: "Por el hecho de que se trata de hacer un c¨¢lculo en funci¨®n del peso y la altura de las modelos". Todas las chicas que han desfilado en esta edici¨®n han tenido que pasar antes por la b¨¢scula para medir su masa corporal, "con el fin de evitar que socialmente se siga asociando la belleza a la extrema delgadez". Al menos ¨¦sa era la intenci¨®n, seg¨²n explica Solana.
"Las modelos no est¨¢n enfermas, la sociedad las obliga a eso. El ¨ªndice de masa corporal s¨®lo marca el punto donde hay riesgo de enfermar", dice Monereo
"La medida ser¨ªa buena si se extendiese, pero es nefasta si ahuyenta a las modelos m¨¢s importantes de nuestras pasarelas", dice el dise?ador Juan Duyos
La pol¨¦mica deja varias preguntas en el aire: ?qui¨¦n establece los c¨¢nones de belleza?; ?qui¨¦nes est¨¢n m¨¢s enfermas: las modelos o la sociedad?
Lo parad¨®jico del caso es que, esta medida, y no tanto las colecciones de los conocidos y reconocidos dise?adores espa?oles, ha dado m¨¢s proyecci¨®n internacional a la pasarela madrile?a que nunca. La prensa extranjera ha dedicado grandes despliegues al asunto. Hasta las ferias de la moda de Londres, Mil¨¢n y Nueva York han llegado los ecos de esta decisi¨®n, que pone en cuesti¨®n los c¨¢nones de belleza mundialmente establecidos y la conveniencia o no de perpetuarlos con vistas al futuro, teniendo en cuenta la incidencia que tienen sobre las adolescentes y la epidemia de trastornos alimentarios (anorexia o bulimia) que se ceba con este colectivo.
Si en la pasada edici¨®n de Cibeles el n¨²mero maldito era el 36 (el correspondiente a una talla inadecuada para una chica que ya no es una ni?a), en esta 44? edici¨®n de la pasarela, que finaliz¨® el viernes pasado, todas las miradas se pusieron en el 18 (el m¨ªnimo de masa corporal aceptable, y que se obtiene de la divisi¨®n del peso de la persona en cuesti¨®n entre el cuadrado de su altura).
S¨®lo 47 modelos
Mientras la controversia a escala nacional e internacional segu¨ªa su curso, las 47 modelos que fueron elegidas por los dise?adores para desfilar en esta ¨²ltima edici¨®n de Cibeles se pon¨ªan y se quitaban los dise?os de los modistos espa?oles a toda velocidad, corriendo por los pasillos del backstage, comiendo bocadillos mientras les pon¨ªan el en¨¦simo maquillaje del d¨ªa y les hac¨ªan el en¨¦simo peinado en peluquer¨ªa.
Ha sido una semana fren¨¦tica para ellas despu¨¦s de ser las ¨²nicas seleccionadas de entre las 68 que pasaron "la prueba de la balanza" (21 no fueron elegidas por los dise?adores y 5 no alcanzaron la cota del 18). Cada uno de los 31 dise?adores que participaban en esta edici¨®n requer¨ªa a unas veinte chicas para la presentaci¨®n de sus colecciones.
Hay, y ha habido, opiniones desde todos los gremios y para todos los gustos, pero lo cierto es que existe una clara y rotunda divisi¨®n entre los profesionales de la moda y el resto de la sociedad. Los primeros, aunque no se muestran contrarios a la medida adoptada, la ven como un simple golpe de efecto y se sienten utilizados y criminalizados, como si se les hiciese responsables de la propagaci¨®n de la anorexia. Sin embargo, desde la sociedad, soci¨®logos, m¨¦dicos especialistas, pol¨ªticos de Espa?a y de pa¨ªses como Reino Unido o Italia, se congratulaban por la decisi¨®n y confiaban en que se imitase a escala mundial por la repercusi¨®n que tiene el mundo de la moda en la generaci¨®n de estereotipos de belleza, y de ¨¦xito.
As¨ª, mientras la ministra de cultura brit¨¢nica, Tessa Jowell, se felicitaba por la decisi¨®n de Madrid, Stuart Rose, presidente del consejo de moda brit¨¢nico (BFC), la desestimaba como una controversia menor. Y la dise?adora Bella Freud a?ad¨ªa: "Realmente no me interesa el tema". En Mil¨¢n, la alcaldesa, Letizia Moratti, abogaba por que la pasarela italiana incorporase la medida de Cibeles.
En Madrid, Cuca Solana, entre las bambalinas de la pasarela, se esforzaba una y otra vez, en ingl¨¦s y en espa?ol, por explicar a los medios extranjeros las razones de la decisi¨®n. "No queremos esqueletos en nuestra pasarela. No creemos que sea un buen ejemplo de belleza. La belleza est¨¢ en la proporci¨®n y ha de estar ligada a la salud, a una imagen saludable", repet¨ªa una y otra vez, aunque no hac¨ªa referencia a que esta pasarela est¨¢ financiada con fondos p¨²blicos casi en su totalidad (a diferencia de las grandes pasarelas internacionales) y, en consecuencia, est¨¢ mucho m¨¢s influenciada por decisiones pol¨ªticas como ¨¦sta que, seg¨²n Solana, parti¨® de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, tras la pol¨¦mica de las tallas de la anterior edici¨®n.
Entretanto, en las carpas instaladas esta vez en el madrile?o parque del Retiro para la celebraci¨®n de esta feria de la moda, mucho m¨¢s ajenos a la polvareda medi¨¢tica levantada en torno a la cacareada "masa corporal", modelos y dise?adores elud¨ªan la reiterada pregunta acerca del tema, cansados de que ensombreciera el glamour y el brillo de sus desfiles. "No me pienso pronunciar sobre eso. Estoy harta. Cada uno que piense lo que quiera. Yo mi opini¨®n prefiero reserv¨¢rmela para m¨ª misma", comentaba en un descanso entre desfile y desfile, sentada en el suelo con un libro de Carlos Ruiz Zaf¨®n entre las manos, la modelo Clara Alonso, de 19 a?os y estudiante de Ilustraci¨®n. "Habr¨ªa que conseguir que todas las pasarelas se pongan de acuerdo. Cibeles corre el riesgo de perder prestigio internacional porque algunas modelos no vendr¨¢n por miedo a ser rechazadas", comentaba la catalana de 20 a?os Elisabeth M¨¢s.
Ahuyentar rostros conocidos
En el mismo sentido, el dise?ador Juan Duyos aseguraba: "La medida ser¨ªa perfecta si se tomase como ejemplo y se recogiese en otras pasarelas internacionales. Pero se convierte en nefasta cuando lo que consigue, como ha ocurrido en esta ocasi¨®n, es ahuyentar a rostros conocidos, a modelos que trabajan en todo el mundo y que venden nuestros productos. El casting de este a?o ha sido pobre e inexperto. Ha habido modelos que han hecho todo, porque las seleccionamos todos los dise?adores en cuanto vimos que sab¨ªan caminar. Para hacer un buen pastel, todos los ingredientes tienen que ser buenos. No basta con que la colecci¨®n sea potente: hay que iluminarla, lucirla y aderezarla. Modelos, iluminaci¨®n, m¨²sica...: todo es importante en esa puesta en escena, y todo el mundo sabe que los rostros conocidos venden", explicaba.
A la par se refer¨ªa a temas m¨¢s ligados al mundo de la moda: "Se echa en falta una mejor estrategia de marketing que atraiga a medios extranjeros con peso internacional en el mundo de la moda para situar las creaciones espa?olas junto a las de otros muchos pa¨ªses, por ejemplo".
"Lo que s¨¦ es que las condiciones del casting se cambiaron pocos d¨ªas antes de comenzar la pasarela [cuesti¨®n que ha reconocido la propia directora del certamen] . Las chicas que no han desfilado aqu¨ª est¨¢n en Londres o en Par¨ªs, que no creo que cambien nada. Esto no tiene ning¨²n sentido", comentaba un portavoz de la agencia de modelos Traffic.
"Este desfile no se puede comparar con ning¨²n otro internacional. En todo caso, se puede comparar Alhaur¨ªn de la Torre", dec¨ªa, despu¨¦s de abandonar indignado el recinto, Luchan Georgescu, director de la agencia de modelos Colors. "Estas ferias deber¨ªan servir para crear y promocionar el made in Spain y no para estas chorradas".
El caso es que al hilo de esta pol¨¦mica de dise?o, varias preguntas est¨¢n en el aire: ?qui¨¦n establece y c¨®mo los c¨¢nones de belleza?; ?qui¨¦n est¨¢ m¨¢s enfermo: el colectivo de las modelos o la sociedad?
Sorprendentemente, en estas dos cuestiones las dos partes, o los dos mundos (el de la moda y el otro), est¨¢n bastante m¨¢s de acuerdo. Los est¨¢ndares de belleza, comunes en casi todo el mundo, los establece el mercado, la oferta y la demanda y, por tanto, y en ¨²ltima instancia, la sociedad en su conjunto. En este aspecto coinciden tanto los representantes de la moda como los soci¨®logos, pasando por m¨¦dicos y nutricionistas.
"En un mundo en el que hay una crisis total de las instituciones convencionales, como familia, iglesia, pol¨ªtica y centros educativos, los j¨®venes, y en este caso las j¨®venes, se ven obligados a forjar sus identidades sin referentes s¨®lidos y bajo una falsa sensaci¨®n de plena libertad. Son, en cambio, volubles, f¨¢cilmente manipulables, y el mundo de los medios de comunicaci¨®n y de la publicidad, vali¨¦ndose de las ¨²ltimas tecnolog¨ªas, ha encontrado su fil¨®n en ellos", argumenta Andr¨¦s Canteras, profesor de Sociolog¨ªa de la Universidad Complutense de Madrid. "Apenas les dan tiempo a identificarse con una cosa, cuando ya les ofrecen otra. Se han subvertido los valores y, por encima de todo, est¨¢ el ¨¦xito, el triunfo, el dinero... El mercado, sibilina y exquisitamente, ha impuesto su tiran¨ªa y ha suplantado la carencia de esas anticuadas instituciones", concluye.
El mercado marca las reglas
Tambi¨¦n Susana Monereo, jefa de la secci¨®n de Endocrinolog¨ªa del hospital madrile?o de Getafe en Madrid y una de las especialistas que gui¨® los ex¨¢menes de las modelos de Cibeles, apunta en el mismo sentido: "Las modelos no est¨¢n enfermas. La sociedad les obliga a eso. No tengo ni idea de por qu¨¦ va por ah¨ª, por el culto a la delgadez como camino del ¨¦xito. Y no son las pasarelas los ¨²nicos sitios en los que se genera esa imagen, sino que est¨¢n la publicidad, revistas, etc¨¦tera. Y quiz¨¢ en una chica sana no tengan mayor trascendencia esos referentes, pero en una adolescente inestable son peligrosos. La educaci¨®n es fundamental. Los trastornos alimenticios son multifactoriales. El ¨ªndice de masa muscular s¨®lo marca un l¨ªmite a partir del cual existe m¨¢s riesgo de enfermar", explica.
"Todo depende de lo que la sociedad pide. La sociedad decide y dice esto no me lo quitas", dec¨ªa Cuca Solana. "El que impone las reglas es el mercado, la propia sociedad, no hay ning¨²n colectivo ni gremio concreto que pueda imponer nada. Los dise?adores somos tambi¨¦n un reflejo est¨¦tico", comentaba Miguel Palacio, tras la presentaci¨®n de su colecci¨®n. "Es absurdo atacar a las pasarelas, aunque sea con la mejor intenci¨®n. Uno no est¨¢ sano o no por subirse a una b¨¢scula. Es una cuesti¨®n educacional y de muchas otras cosas", agregaba.
La siguiente cuesti¨®n a dilucidar ser¨ªa qu¨¦ va antes: la oferta o la demanda, que es como preguntarse por el huevo y la gallina. Al final, el que parece mandar en este asunto, m¨¢s all¨¢ de las glamurosas pasarelas, es el mercado, convertido en un misterio que nadie sabe explicar exactamente c¨®mo funciona.
?Qu¨¦ es la anorexia?
LA ANOREXIA es una enfermedad de causa gen¨¦tica, aunque el entorno (los modelos publicitarios, la presi¨®n social) sean su desencadenante. Consiste en una distorsi¨®n de la percepci¨®n de la propia imagen que hace que la persona nunca se vea lo suficientemente delgada. Ello impulsa a los enfermos a recurrir a m¨¦todos extremos para perder peso (dietas, v¨®mitos, ejercicio continuo). La proporci¨®n de personas que la van a padecer ronda el 2%. La mayor¨ªa (nueve de cada diez) son chicas. De los enfermos, el 60% se cura si se diagnostica pronto. La mortalidad ronda el 5%.
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