Entre Oriente y Occidente
Es el escritor turco m¨¢s famoso, y su nombre suena para el Premio Nobel. Hace unos meses fue procesado por mencionar en una entrevista la matanza de armenios y kurdos llevada a cabo por los turcos en 1915. En estos d¨ªas se publica en Espa?a su libro 'Estambul' (Mondadori)
He aqu¨ª un hombre que, con bastante probabilidad, ganar¨¢ el Nobel de Literatura en los pr¨®ximos a?os: en primer lugar porque es un escritor original y poderoso, pero adem¨¢s porque, como figura progresista y l¨²cido eslab¨®n entre Oriente y Occidente, cumple a la perfecci¨®n el perfil pol¨ªtico de un galard¨®n cada d¨ªa m¨¢s descaradamente politizado. He aqu¨ª tambi¨¦n una persona con un inusitado af¨¢n controlador; los primeros cinco minutos, nada m¨¢s encontrarnos, me somete a un f¨¦rreo y minucioso interrogatorio: ?No viene un fot¨®grafo con usted? ?Entonces qu¨¦ fotos van a utilizar? ?D¨®nde va a salir la entrevista? ?Cu¨¢ntas p¨¢ginas ocupar¨¢? ?El suplemento de El Pa¨ªs tiene formato de revista o de peri¨®dico? ?Va a ser una entrevista o un perfil? ?Ser¨¢ todo pregunta y respuesta, o habr¨¢ textos escritos por usted? ?S¨®lo un texto al principio, o tambi¨¦n observaciones intercaladas entre las preguntas? En m¨¢s de treinta a?os de profesi¨®n nunca me hab¨ªa encontrado un entrevistado tan necesitado de saberlo todo.
Por otra parte, se dir¨ªa que su af¨¢n controlador es bastante ineficaz. Para tenerlo todo de verdad bien atado, hubiera debido negociar la entrevista antes de hacerla. Esas cosas suceden: a veces se acuerdan previamente las fechas de publicaci¨®n, las fotos, detalles as¨ª. Pero ahora que he atravesado medio mundo y he venido hasta Estambul para hablar con ¨¦l, su capacidad de maniobra es m¨¢s bien peque?a. De manera que puede que todo esto no lo haga en realidad por controlar, sino por cierta predisposici¨®n a ser un pejiguera y dar la tabarra. Nuestra cita ha sido inusual, como de esp¨ªas de la Guerra Fr¨ªa: yo deb¨ªa tomar un barco a las 12.45 en un determinado embarcadero a las puertas del B¨®sforo y bajarme una hora despu¨¦s en una islita del mar de M¨¢rmara, en donde ¨¦l estar¨ªa esper¨¢ndome. Y ciertamente estaba: un poco retirado, medio oculto en las sombras, dejando que desembarcara todo el mundo. Alto y delgado, de huesos elegantes y aspecto juvenil (no aparenta sus 54 a?os), con penetrantes ojos verdes tras las gafas met¨¢licas. Sin duda atractivo. Y tambi¨¦n refunfu?¨®n, impertinente e irritable. Al menos, a ratos. Este espl¨¦ndido escritor tiene un car¨¢cter racheado y mudable, como de tormenta veraniega. De pronto r¨ªe a carcajadas, bromea, resulta cercano y seductor. Y de pronto se convierte en un hosco gru?¨®n.
Mire, me preocupa un poco de qu¨¦ vamos a hablar, porque?
?Ah, pero ese es su problema, usted sabr¨¢ qu¨¦ quiere preguntar!
Claro, no me refiero a eso, me refiero a la situaci¨®n en la que usted vive en Turqu¨ªa. Hace unos meses, cuando estuvo a punto de ser juzgado por "insultar deliberadamente la identidad turca", un supuesto delito por el que podr¨ªan haberle condenado a tres a?os de c¨¢rcel, el origen del conflicto fueron unas declaraciones suyas a un diario alem¨¢n. De manera que temo no controlar bien la situaci¨®n y que alguna pregunta acabe siendo peligrosa.
Descuide. Como yo estoy mucho m¨¢s preocupado que usted al respecto, ya tendr¨¦ buen cuidado de vigilar lo que digo. Le voy a contar una historia graciosa. El otro d¨ªa estaba paseando por la calle, a mi aire, y me acerqu¨¦ a un chiringuito y ped¨ª una coca-cola, porque es una bebida que me gusta. Y el vendedor dijo: "Oh, eres Pamuk, ?pens¨¦ que estabas en la c¨¢rcel!". Contest¨¦: "?Me acabo de escapar, d¨¦me una coca!".
Ha dicho que vigilar¨¢ sus palabras. De manera que se siente verdaderamente muy observado.
Ver¨¢, en estos momentos en Turqu¨ªa todo el mundo est¨¢ muy susceptible respecto a todo, y de una manera muy paranoica. Por desgracia estamos desarrollando una especie de cultura del linchamiento. Pero viviendo en este pa¨ªs siempre tienes que tener cuidado con tus palabras, siempre, esta no es una sociedad occidental y al final terminas siendo castigado por lo que dices. Por otro lado, lo cierto es que he sobrevivido aqu¨ª. Ahora mismo en el ej¨¦rcito hay un inmenso sector nacionalista que muestra un fuerte sentimiento antioccidental, lo cual es una t¨¢ctica para luchar contra el Gobierno, que quiere meter a Turqu¨ªa en la UE? Bueno, no, en realidad ya no lo quiere.
?Ah, no?
Pues no, el Gobierno ya no intenta con tanto empe?o el ingreso en la UE, precisamente por esa gran oposici¨®n.
Pues es una pena. Yo creo que Turqu¨ªa deber¨ªa entrar en Europa. Abandonar ese proyecto me parece un desastre para Turqu¨ªa, para Europa y para todos.
Tal vez sea un desastre, s¨ª. Pero lo que es verdaderamente fatal para Turqu¨ªa es que no tenga una democracia desarrollada. Eso s¨ª que me importa de verdad. Lo de la UE me importa un pito, en tanto en cuanto en Turqu¨ªa haya una democracia. Quiero poder ser capaz de decir todo aquello que desee decir, sin correr el riesgo de ser linchado por campa?as fascistas o de terminar en la c¨¢rcel.
Supongo que es usted muy conocido f¨ªsicamente en Turqu¨ªa y que eso puede crearle problemas con los extremistas. Por ejemplo, s¨¦ que un grupo fascista ha estado pidiendo firmas por las calles de Estambul para meterle a usted y a otros autores turcos en la c¨¢rcel.
S¨ª, aqu¨ª todo el mundo me reconoce y es verdad que eso crea problemas. Pero tambi¨¦n me suceden cosas maravillosas. Por ejemplo, taxistas que no me dejan pagar, cosas as¨ª. Recibo tambi¨¦n muchas muestras de apoyo y de respeto, incluso de gente que no est¨¢ de acuerdo conmigo
Sin embargo, sus relaciones con el entorno social parecen haber ido siendo cada vez m¨¢s dif¨ªciles. Cuando en 2004 public¨® su ¨²ltima novela, 'Nieve' (Alfaguara), dijo en una entrevista que todo el mundo se hab¨ªa sentido ofendido, los islamistas pensaban que no les trataba bien, y los occidentalistas pensaban que se pon¨ªa usted demasiado de parte de los islamistas?
Nieve es una novela pol¨ªtica, la primera y la ¨²ltima que har¨¦, y tuvo mucho ¨¦xito en Turqu¨ªa. Puso a mucha gente un poco nerviosa, pero por otra parte tuvo muchos lectores. Quiz¨¢ no les gustaba todo lo que le¨ªan, pero les interesaba el problema, la situaci¨®n que expon¨ªa. En una novela pol¨ªtica, el autor no tiene por qu¨¦ ser amado por todos sus lectores, ni ¨¦stos tienen que compartir necesariamente todas las opiniones del escritor. De hecho, un autor pol¨ªtico al que todo el mundo ame probablemente lo ¨²nico que haga sea repetir los clich¨¦s y halagar los t¨®picos preconcebidos de su p¨²blico, en vez de intentar reflexionar sobre el tema.
En 'Estambul' (Mondadori), el precioso libro a medio camino de la biograf¨ªa y el ensayo que acaba de publicar en Espa?a, dice usted: "De adolescente, pensaba que la fragilidad consist¨ªa en sentir que no se pertenec¨ªa al lugar, al hogar, a la familia y, sobre todo, a la ciudad en la que se viv¨ªa". Y tambi¨¦n dice: "Durante a?os tampoco me abandon¨® el temor a ser castigado por no ser como ellos". Son sentimientos muy normales, pero?
D¨¦jeme que le diga que eso de que son "muy normales" no me gusta porque suena a psicoan¨¢lisis.
Es un equ¨ªvoco derivado de usar una lengua, la inglesa, que no es la suya ni la m¨ªa. Me refer¨ªa a que son algo muy com¨²n. Pero en fin, en cualquier caso tiene que ser amargo ir creciendo justamente en ese progresivo enajenamiento del entorno, en esa creciente soledad, como usted ha hecho.
Bueno, te vas construyendo una vida de escritor, desde luego, y desde ese punto de vista no eres igual a nadie m¨¢s. Pero con esto no me estoy refiriendo a esa vanidad narcisista de los autores que se creen ¨²nicos. Distingamos entre ese narcisismo, que no comparto ni me interesa, y por otro lado el trabajo que hago. La manera en que yo veo ese trabajo, la manera en que escribo mis novelas, es siempre buscando lo que hay en lo m¨¢s profundo del ser humano e intentando sacar eso a la superficie, para demostrar que todos somos iguales unos a otros. S¨ª, es verdad, pertenecemos a comunidades diferentes y a veces enfrentadas, la comunidad de la mezquita o del partido pol¨ªtico que sea, pero m¨¢s all¨¢ de eso todos somos muy semejantes. Y para poder sacar esa esencia com¨²n a la superficie, hay que escribir m¨¢s all¨¢ de las ideas comunitarias, hay que escribir libre de ellas, desde el sentido b¨¢sico y universal de lo humano. Y hacer esto no es muy com¨²n. De ah¨ª la soledad del escritor, no porque seas un individuo especial y ¨²nico, sino porque tienes que esforzarte en escribir desde fuera de las miradas limitadoras de las diversas ideolog¨ªas comunitarias.
Y d¨ªgame, ?por qu¨¦ es usted tan susceptible con el tema del psicoan¨¢lisis?
No, no es eso, es que la palabra normal me record¨® esa escena de una pel¨ªcula de Woody Allen en la que el personaje va al psicoanalista y est¨¢ tumbado en el div¨¢n y dice: "He matado a mi madre, he violado a mi hermana peque?a?", suelta un mont¨®n de barbaridades horribles. Y el psiquiatra cabecea pl¨¢cidamente y dice: "Es muy normal, es muy normal"?
Finge chistosamente la voz sesuda del psicoanalista y luego suelta grandes carcajadas. Ahora est¨¢ en su vertiente seductora. Tiene algo de ni?o grande este Orhan Pamuk que, sin embargo, vive una vida adulta y dif¨ªcil. Imaginemos, a modo de juego, una de esas hip¨®tesis psicologistas que ¨¦l detesta: supongamos que es un hombre de natural un poco paranoico al que de repente, en efecto, medio mundo empieza a perseguir. Quiz¨¢ su extraordinaria suspicacia venga en parte de ah¨ª, o de la soledad de su posici¨®n. A medio camino entre Oriente y Occidente, parece obsesionado por ser aut¨¦ntico, por pensarse todas las cosas personalmente y con rigor, y ese prurito de independencia quiz¨¢ le haga ser un discutidor impenitente y llevar la contraria por sistema. Es todo un personaje, este Pamuk tan encantador y tan fastidioso.
Hablando de matar y de trazos psicoanal¨ªticos, me divirti¨® mucho en 'Estambul' esa parte en la que usted cuenta que, hasta los 45 a?os de edad, se durmi¨® todas las noches imaginando que mataba a alguien, a su hermano, a otros escritores, a vecinos, a cr¨ªticos? Esto ¨²ltimo, lo de imaginar que mataba a cr¨ªticos, deb¨ªa de ser especialmente refocilante?
S¨ª, s¨ª. Eso es muy normal. Lo anormal es no hacerlo [risas]? Le dir¨¦ que estaba presentando este libro en Estados Unidos y un periodista me pregunt¨® en un tono muy serio y escandalizado: "?Es verdad que imaginaba todo eso?". "S¨ª", contest¨¦, "es que soy un tipo pervertido".
Si quiere que le diga la verdad, a m¨ª no me extra?a que imaginara esas cosas. Lo que me extra?a es que dejara de hacerlo a los 45 a?os, precisamente. ?Por qu¨¦? ?Qu¨¦ le sucedi¨®?
Mmm, s¨ª, no s¨¦, es verdad que lo dej¨¦? Probablemente porque las cosas se han puesto ¨²ltimamente m¨¢s serias y matar imaginariamente ya no me parece suficiente.
Empez¨® usted a pintar a los siete a?os porque sus padres le vieron hacer un dibujito y decidieron que era usted un genio.
?S¨ª¨ª¨ª¨ª¨ª! Y debo decirle que yo estaba totalmente seducido por la idea. Porque adem¨¢s no fue solo cosa de mis padres, tambi¨¦n en la escuela, los profesores, los compa?eros, los amigos, todo el mundo dec¨ªa que yo era un pintor con mucho talento. De manera que me lo cre¨ª totalmente y me dije: "Oh, qu¨¦ vida tan maravillosa". Y al final, claro, si la gente cree que tienes talento para pintar, y t¨² tambi¨¦n te lo crees, pues empiezas a ejercitarte, y trabajas, y trabajas, y terminas aprendiendo.
El caso es que se dedic¨® a pintar hasta que a los 22 a?os lo dej¨® para siempre y empez¨® a escribir. Dice en 'Estambul' que con su pintura fue sintiendo una tristeza progresiva por lo fallido de sus cuadros, "tristeza que se fue profundizando con los a?os hasta convertir el hecho de pintar en algo problem¨¢tico"?
No, en pintura siempre me sent¨ª dotado y en realidad no fue nunca problem¨¢tico. Si lo dej¨¦ fue porque? No es que me sintiera sin talento, sino? Lo dej¨¦ porque? C¨®mo puedo explicar esto? Nunca tuve problemas con el talento, pensaba y pienso que tengo talento para pintar, es que? Mire, no hay una sola explicaci¨®n, hay miles de circunstancias juntas, es una situaci¨®n filos¨®fica y cultural. Sent¨ª que estaba totalmente solo en la pintura, que no hab¨ªa detr¨¢s una tradici¨®n pict¨®rica en la que apoyarme. Viviendo en una sociedad no occidental, con un concepto del arte pict¨®rico muy tradicional, es dif¨ªcil desarrollar tu camino. Esto, en parte. En fin, no tengo una manera de contestar a esto. No hay una sola respuesta. Tendr¨ªa que extenderme durante cuatrocientas p¨¢ginas. En realidad, Estambul es una respuesta a esa pregunta.
Y a los 22 a?os empez¨® a escribir y desde entonces trabaja furiosamente, ocho horas al d¨ªa.
Y m¨¢s que eso. Ayer estuve escribiendo durante doce horas. Pero no me quejo, me gusta. Me gusta. Todo lo que he hecho en mi vida es leer y escribir.
Otra cosa fascinante de su libro 'Estambul' son las reflexiones que hace sobre la ciudad. Dice que est¨¢ llena de amargura por la p¨¦rdida y la decadencia del imperio otomano, por la sensaci¨®n de derrota. Creo que sus reflexiones pueden extrapolarse a un marco general, porque en el aumento del integrismo isl¨¢mico creo que influye el sentimiento de humillaci¨®n de las sociedades ¨¢rabes.
La humillaci¨®n desde luego es una cosa horrible, da origen a sentimientos de venganza, de ira, de violencia, sentimientos nacionalistas y de rechazo a todos los que te humillan. Y desde luego est¨¢ muy claro que no puedes impulsar el desarrollo democr¨¢tico de un pa¨ªs bombarde¨¢ndolo y matando a sus habitantes, porque eso demoniza la democracia de la misma manera que demoniza a los agresores. Entiendo todo eso muy bien. Pero, por otro lado, no se pueden justificar todos los problemas de Oriente con el argumento de la humillaci¨®n.
Desde luego que no. De hecho, usted dice tambi¨¦n en su libro otra cosa que me parece muy l¨²cida: "La amargura paraliza Estambul, pero tambi¨¦n es una excusa para la par¨¢lisis". Y explica que, en el impulso de occidentalizaci¨®n que vivi¨® Turqu¨ªa, hab¨ªa, m¨¢s que un af¨¢n de verdadera modernizaci¨®n, un deseo de olvidar esa amargura. De manera que se quitaron los valores culturales propios y no se sustituyeron por nada, dando lugar a un gran vac¨ªo. Me parece que esto tambi¨¦n es un problema general del islam.
No, no es de todo el islam, sino del islam turco, porque en Turqu¨ªa la rep¨²blica moderna intent¨® romper con el islam social e imponer que las relaciones con lo religioso se mantuvieran en el ¨¢mbito privado, individual, al estilo de los cristianos. Y al cortar la influencia social de la religi¨®n tal vez fueron demasiado lejos y cortaron tambi¨¦n las partes morales y literarias del islam. No habr¨ªa sido tan grave si hubieran introducido otros valores, el humanismo ¨¦tico occidental, la literatura occidental, pero no se hizo, y eso dio lugar a un gran vac¨ªo.
Justo, pero yo creo que ese es un problema general en la modernizaci¨®n en los pa¨ªses isl¨¢micos. Una profesora argelina perteneciente a la ¨¦lite progresista me contaba c¨®mo la izquierda de su pa¨ªs hab¨ªa rechazado completamente la cultura isl¨¢mica en los a?os sesenta y setenta para dar el salto hacia la modernizaci¨®n, y que ahora ella cre¨ªa que eso hab¨ªa sido un error, que lo que ten¨ªan que haber hecho era intentar progresar desde dentro.
No me compare con los argelinos. ?Cu¨¢l es la pregunta?
Se?or Pamuk, usted es uno de los intelectuales m¨¢s interesantes y respetados ahora mismo en ese dif¨ªcil y estrecho umbral entre Oriente y Occidente, y su opini¨®n al respecto de las dif¨ªciles relaciones entre el Este y el Oeste me interesa mucho.
Supongo que la cuesti¨®n es si una radicalizaci¨®n de la occidentalizaci¨®n es algo negativo. Y s¨ª, creo que s¨ª, que puede ser negativo. Pero el caso es que mi idea de Occidente es libertad, democracia y derechos de la mujer, tres cosas que Oriente no tiene. Tenemos otras cosas. Por ejemplo, fraternidad. ?Uau! ?Somos grandes, somos formidables en eso de la fraternidad! Ese mandato de la Revoluci¨®n Francesa se nos da muy bien. ?La igualdad? Bueeeeno, la igualdad tampoco est¨¢ tan mal, hay algunos fil¨®sofos isl¨¢micos de la igualdad. Pero lo que no tenemos es libertad, democracia y derechos de la mujer. El resto me da igual. Puedes llevar ropas orientales u occidentales, vivir en casas tradicionales o no. Todo eso me importa un pito. Lo que me importa es que la gente sea libre de elegir lo que quiera. En cuanto a la crispaci¨®n general, el problema es que, cuando se termin¨® la Guerra Fr¨ªa, Occidente, especialmente Estados Unidos, necesit¨® encontrar un nuevo enemigo, e inventaron el islam como enemigo. Es un enemigo adem¨¢s que se adapta muy bien al papel, porque hay un mont¨®n de pa¨ªses no democr¨¢ticos y por la ira que muestran sobre todo a causa de la cuesti¨®n palestina. Pero es que Occidente es tan implacablemente poderoso? Mire esta ¨²ltima guerra, tan injusta, tan cruel, y los pa¨ªses occidentales la han aprobado. Al final el Oeste ganar¨¢ y todos los pa¨ªses ser¨¢n occidentalizados, es inevitable. Y lo que tendr¨ªa que tener claro Occidente es que el islam no es una amenaza para ellos. No es una amenaza. Luego est¨¢ el terrorismo, que eso s¨ª que es una amenaza?
Pero tambi¨¦n para el mundo isl¨¢mico.
S¨ª, pero est¨¢bamos hablando de Occidente. Y lo que pasa con el terrorismo es que los medios de comunicaci¨®n intentan fomentar el equ¨ªvoco de que el islam es igual al terrorismo. Y no lo es. Si un grupo terrorista occidental pone una bomba, no se considera que la culpa sea de la democracia? Lo que s¨ª hay en el mundo isl¨¢mico es un sentimiento creciente de rabia por todas las guerras que se han sufrido en los ¨²ltimos a?os. Son todas estas guerras las que enfurecen a la gente, no la idea del Oeste. Y cuanto m¨¢s se habla del terrorismo isl¨¢mico, m¨¢s excusas se buscan para legitimar m¨¢s bombas y m¨¢s muertes.
Por eso dec¨ªa antes que el terrorismo integrista tambi¨¦n es una amenaza para el islam. Los terroristas matan m¨¢s musulmanes que occidentales.
Porque es m¨¢s dif¨ªcil matar occidentales.
No creo que sea s¨®lo por eso, sino porque el ser humano suele sentirse m¨¢s iracundo y violento contra la gente cercana que no piensa del mismo modo.
Oh, s¨ª. Es verdad. S¨¦ bien c¨®mo se siente eso.
?Y por qu¨¦ el islam no evolucion¨® hacia una sociedad m¨¢s secularizada? Leyendo su magn¨ªfica novela 'Me llamo Rojo' (Alfaguara), se deduce que uno de los ingredientes hist¨®ricos que pudieron influir fue el hecho de que los pa¨ªses ¨¢rabes no vivieran el Renacimiento?
Esa es una visi¨®n etnoc¨¦ntrica que no comparto. Que el islam no tuvo Renacimiento, que por eso se qued¨® atr¨¢s? Desde luego, las sociedades isl¨¢micas, Turqu¨ªa incluida, no son sociedades abiertas, y muchas de las instituciones sociales que convirtieron Europa en lo que es no est¨¢n en el mundo isl¨¢mico. Estoy de acuerdo con eso. Con que no hay democracia, con que hay corrupci¨®n. Pero de ah¨ª a decir que se saltaron el Renacimiento hay una gran distancia, ?eso es totalmente paternalista!
En octubre de 2003, durante la promoci¨®n de 'Me llamo Rojo', dijo usted en una entrevista en EL PA?S: "Al no participar en la transformaci¨®n que se produce con el Renacimiento, es como si el mundo oriental se hubiera quedado detenido durante trescientos a?os".
?Ah, s¨ª? ?Dije eso? Bueno, s¨ª, pude decirlo.
De manera que si usted lo dice no es paternalismo, pero si lo digo yo, s¨ª. Es usted muy quisquilloso, se?or Pamuk, muy quisquilloso.
Vale, vale, vale. OK, bajar¨¦ el tono. Y adem¨¢s no me refer¨ªa a usted, sino a esa simplificaci¨®n general: "Oh, el islam es as¨ª porque perdi¨® el Renacimiento". Es tan reductor, tan simplificador, tan limitador, tan paternalista. Y adem¨¢s no sirve para nada irse para atr¨¢s en la historia, ?para qu¨¦ sirve eso?
Pues justamente para intentar entender por qu¨¦ somos como somos, y por lo tanto para no repetir los errores y procurar enmendarlos. Y estoy de acuerdo con usted, no se trata de buscar respuestas m¨¢gicas y reductoras, sino de reflexionar sobre las posibles influencias. Como el hecho de que la imprenta estuviera prohibida durante siglos en el mundo ¨¢rabe, por ejemplo.
Mire, ese tipo de mentalidad es demasiado superficial. Tendr¨ªa uno que pasarse cuatro a?os reflexionando sobre el tema para llegar a algo. Para que no me diga que soy un quisquilloso, tomemos el ejemplo de Hitler. A ver, ?por qu¨¦ surgi¨® Hitler? Intente explic¨¢rmelo. ?Por qu¨¦ no se pregunta usted por qu¨¦ surgi¨®?
?Pero es que s¨ª que me lo pregunto! Todo el rato. Y tengo algunas ideas al respecto, que no vienen al caso. Y los alemanes llevan d¨¦cadas pregunt¨¢ndoselo e intentando entenderlo.
Bueno, ?pero no en una entrevista! Porque luego las cosas las simplifican tanto que dices algo y sale convertido en un clich¨¦ irreconocible.
?Por qu¨¦ supone que voy a simplificarlo? Eso es una simplificaci¨®n por su parte.
Bueno, vale. Digamos que cuanto m¨¢s se habla del islam, haciendo hincapi¨¦ en la falta de democracia y dem¨¢s sin hablar de otras cualidades positivas que posee, como, por ejemplo, la compasi¨®n, me siento cada vez m¨¢s a disgusto.
Me parece sensato y respetable. De manera que pasar¨¦ a otro tema. Otro tema que me parece que tampoco le va a gustar, por la vertiente psicol¨®gica? Dijo usted en una entrevista: "Algunos escritores tienen un mundo que expresar. Otros lo que hacen es proteger su vida con la escritura. Yo formo parte de este segundo grupo. Para m¨ª la escritura es una forma de terapia y necesito escribir cada d¨ªa".
Bueno, no es s¨®lo terapia, desde luego, pero s¨ª. O sea, a veces me despierto en mitad de la noche y me pongo a escribir, y lo hago porque me divierte, de la misma manera que un ni?o se pondr¨ªa a jugar. De modo que est¨¢ tambi¨¦n ese lado l¨²dico. Pero, por otra parte, si a causa de un viaje estoy dos o tres d¨ªas sin escribir, me siento un poco loco.
S¨ª, creo que la mayor¨ªa de los novelistas pensamos que la escritura nos salva de la locura.
Desde hace 35 a?os llevo un diario, y no porque piense que mi vida sea tan importante como para escribir sobre ella, sino porque verdaderamente es una especie de terapia para m¨ª. Y adem¨¢s, si un d¨ªa escribo un buen p¨¢rrafo, siento una sensaci¨®n como de logro, la satisfacci¨®n de haber hecho algo bueno ese d¨ªa.
Ver¨¢, tengo la teor¨ªa de que los novelistas son personas que han tenido una vivencia temprana de la decadencia. Que antes de los doce o trece a?os, pongamos, han vivido la p¨¦rdida m¨¢s o menos traum¨¢tica del mundo infantil.
?Ah, no, no, no, yo tuve una infancia muy feliz! [Lo dice bromeando, ri¨¦ndose de s¨ª mismo, otra vez encantador].
Seg¨²n cuenta en 'Estambul', su ni?ez fue precisamente un compendio de p¨¦rdidas, un modelo de infancia complicada? Naci¨® en una familia rica, pero su padre se apresur¨® a empobrecerles, sus padres se llevaban mal y desaparec¨ªan de cuando en cuando, usted mismo fue expulsado de su casa a los cinco a?os y enviado a vivir durante un tiempo con un pariente?
No me hable de todas esas cosas tristes, no me recuerde esas penas, quiero olvidarlo [de nuevo ri¨¦ndose]. Bueno, hablando en serio, la verdad es que no s¨¦ por qu¨¦ escribo. Veo a mis amigos escritores alrededor y la mayor¨ªa han tenido infancias espantosas, y entonces yo me considero maravillosamente afortunado por la que tuve? Pero s¨ª, es verdad que? Creo que no tuve una familia muy feliz cuando era peque?o. Todos esos conflictos entre mi padre y mi madre, y lo de que mi hermano mayor y yo nos aporre¨¢ramos todo el rato? Adem¨¢s yo era el hijo peque?o y en los pa¨ªses mediterr¨¢neos hay esa costumbre medieval de que el hermano mayor es el rey, y el menor, una especie de criado. Pero ver¨¢, por otra parte yo era un ni?o guapo, de manera que era constantemente besado y piropeado por todas las mujeres que hab¨ªa alrededor, las t¨ªas, las vecinas, las abuelas? Eso compensaba bastante.
?Sigue escribiendo usted esa novela que estaba haciendo sobre la clase alta turca?
Oh, s¨ª, ya la estoy terminando. Para el a?o que viene estar¨¢ en la calle. Estoy contento, mis amigos dicen que es la novela por la que ser¨¦ recordado.
?Le preocupa el hecho de ser recordado, de pasar a la posteridad?
Pues s¨ª. Soy tan imb¨¦cil que me preocupa. Realmente te pones a pensar y ves que s¨®lo recordamos a unos pocos autores de hace cien a?os, a menos de hace doscientos o trescientos, a ninguno de hace quinientos; o sea, que verdaderamente es una idiotez aspirar a quedar en la memoria, pero no puedo evitarlo. Imaginar que te pueden leer dentro de varias generaciones es una especie de consuelo.
De consuelo de la muerte.
Eso es.
Bueno, pues ya hemos acabado.
?Ya? Me ha gustado conversar con usted.
A m¨ª tambi¨¦n, aunque m¨¢s que conversar hayamos discutido. Es usted muy pele¨®n, se?or Pamuk.
No. Soy muy apasionado, que es distinto.
'Estambul', de Orhan Pamuk, publicado por la editorial Mondadori, sale a la venta en Espa?a la pr¨®xima semana.
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