La Comunidad calcula que Madrid necesita medio mill¨®n de inmigrantes en cuatro a?os

"Si mantiene el ritmo de crecimiento actual, Madrid necesitar¨¢ incorporar hasta 2010 a su mercado de trabajo a medio mill¨®n de personas m¨¢s, que en su mayor¨ªa ser¨¢n inmigrantes". El consejero de Empleo y Mujer de la Comunidad, Juan Jos¨¦ G¨¹emes, aprovech¨® ayer la inauguraci¨®n de la I Feria del Trabajador Inmigrante para dar algunos datos: el 58% de las altas a la Seguridad Social del ¨²ltimo a?o procedieron de la inmigraci¨®n. Unos 550.000 extranjeros trabajan en la regi¨®n; el 34,5% son mujeres, lo que hace de Madrid la comunidad con m¨¢s extranjeras contratadas.

Ni EL PA?S, ni El Mundo, ni el Abc. Los peri¨®dicos que ayer al mediod¨ªa llevaban los que pasaban cerca del Palacio de Congresos eran el S¨ª y El Mandar¨ªn, adem¨¢s de uno de nombre impronunciable para los que no sepan chino. Todos destinados a la poblaci¨®n inmigrante de Madrid; y todos disponibles gratis en los puestos de la Feria del Trabajador Inmigrante, celebrada ayer y hoy entre las nueve de la ma?ana y las ocho de la tarde en el edificio del paseo de la Castellana.

La feria naci¨® con una idea: Mauricio Hern¨¢ndez, su creador, constat¨® la falta de informaci¨®n que padecen tanto los inmigrantes que buscan empleo como los empresarios que necesitan mano de obra. "Conozco a muchos due?os de concesionarios desesperados porque no encuentran chapistas; y tambi¨¦n hay muchos chapistas latinoamericanos recogiendo limones y tomates en Murcia", explica.

La feria es un reclamo para el encuentro de los colectivos en torno al empleo de los inmigrantes. Hern¨¢ndez espera que unas 15.000 personas dejen sus curr¨ªculos durante el fin de semana en los puestos de las cerca de 40 empresas que acuden. Los organizadores calculan que 6.000 personas visitaron ayer la feria y prev¨¦n un n¨²mero mayor para hoy.

Pasillos abarrotados

Los pasillos estaban abarrotados de extranjeros, latinoamericanos en su gran mayor¨ªa, en busca de informaci¨®n sobre posibles trabajos, cursos de formaci¨®n laboral o asuntos tan dispares como la forma de conseguir un cr¨¦dito al consumo. En el caso de Gerardo Garc¨ªa, dominicano de 35 a?os, la experiencia le ha compensado. Tras dos horas de visita, se marcha contento por haber contactado con varias empresas en las que podr¨ªa trabajar media jornada. "Estoy haciendo un master, y, aunque recibo una beca p¨²blica, aqu¨ª es todo tan caro que tengo que buscar algo para cubrir mis gastos", cuenta. Garc¨ªa -"ingeniero en mi pa¨ªs; pero en Espa?a soy un simple estudiante"- ha encontrado algo que echaba de menos en otras ferias de empleo generalistas: un trato personalizado.

No comparte su opini¨®n la ecuatoriana Mirella Su¨¢rez. Esta mujer -que tras seis a?os en Madrid ya tiene el DNI espa?ol- muestra su decepci¨®n porque s¨®lo ha encontrado ofertas de trabajo no cualificado. "Adem¨¢s, muchas empresas vienen aqu¨ª a recoger informaci¨®n para alimentar sus bases de datos de posibles clientes". En efecto, la mujer que atiende en la caseta de una entidad financiera se dedica a explicar a los visitantes las bondades de sus productos y a pedirles que rellenen unas hojas con sus datos. Cerca de ella, dos ni?os juegan con una pelota en un escenario al lado de un altavoz que escupe ritmos de reggaeton.

Grandes empresas como Carrefour, Inditex o McDonald's conviven con las casetas oficiales de la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid o la que ha contratado el Real Madrid para captar inmigrantes que paguen 30 euros al contado para conseguir el carn¨¦ del club. El aspecto descuidado de algunas casetas y la organizaci¨®n un tanto improvisada hace evidente que se trata de la primera edici¨®n de la feria. No obstante, la mayor parte de los expositores est¨¢ contenta por la afluencia de gente. "Voy a muchas ferias y el primer d¨ªa suelen estar a medio gas. Esto ha estado lleno desde el principio", comenta un hombre que se ocupa del puesto del Real Madrid. "Seguro que el a?o que vienen lo trasladan a la Casa de Campo, porque aqu¨ª no vamos a caber", a?ade.

Jing Peng est¨¢ al frente de una asociaci¨®n de empresarios chinos en Espa?a. Jing, que significa tranquilidad, no s¨®lo atiende a espa?oles, chinos e inmigrantes de otras nacionalidades para atender sus demandas de empleo. Tambi¨¦n se esfuerza por deshacer los t¨®picos que rodean a sus compatriotas. "La gente se cree que somos cerrados; en realidad, somos t¨ªmidos porque nos cuesta hablar espa?ol", explica en un castellano plagado de eles en lugar de erres.