Noche de blanco sat¨¦n
Madrid se puso guapa esta madrugada apunt¨¢ndose por primera vez a la campa?a europea Noche en Blanco, que ya se ha experimentado con ¨¦xito en Par¨ªs, Roma, Bruselas o Riga. La movida consiste en convertir la ciudad, por una noche, en v¨¦rtigo, alucine, belleza y desatinos est¨¦ticos fascinantes y razonables para todos los gustos. L¨¢stima que eso ocurra solamente una noche al a?o. Un martes (o cualquier otro d¨ªa de la semana) es casi imposible dar por aqu¨ª de madrugada con algo interesante. Esto es un desierto. Lo mismo de lo mismo: mucha copa, poco arte y demasiados impresentables. Lo diagnosticaron los Moody Blues en aquella inolvidable canci¨®n: "Noches de blanco sat¨¦n que nunca llegan a su fin". Casi todo es electoralista en este mundo traidor.
Cualquier noche deber¨ªa ser m¨¢gica, tanto si duermes como si velas. Pero en esta ciudad de nuestros amores y desenga?os lo tenemos crudo porque estamos rodeados de cinismos. El viernes, D¨ªa Europeo Sin Coches, el espect¨¢culo fue pat¨¦tico. Daba la impresi¨®n de que circulaban m¨¢s autom¨®viles que otra jornada cualquiera. Hoy se celebra a bombo y platillo en San Sebasti¨¢n de los Reyes el D¨ªa Mundial del Coraz¨®n, en conexi¨®n con m¨¢s de cien pa¨ªses. Pero, aqu¨ª, el coraz¨®n es pasto del marujeo m¨¢s detestable.
Maldito coraz¨®n, que ya se est¨¢ convirtiendo en omnipresente inquilino de las televisiones y del tedio. Algunos ciudadanos empiezan a bramar contra el protagonismo del petardeo en la televisi¨®n, en la vida privada, en las siestas. No tienes coraz¨®n, sino un alcornoque; tu amor no vale nada, indeseable, hortera, maruj¨®n de mediopelo. Hay demasiados D¨ªas, pocos momentos.
Cualquier persona decente hubiera dado un potos¨ª por dominar el arte de la bilocaci¨®n esta madrugada en Madrid. Las insinuaciones art¨ªsticas han sido tan universales que muchos esp¨ªritus sensibles se han sentido abrumados al no poder abarcar ni siquiera un diez por ciento de la oferta. En todo caso, el estoicismo que nos ata?e a las personas razonablemente mayores ya fue detectado hace a?os por los Moody Blues: "Algunos intentan contarme pensamientos que no pueden defender".
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