Justicia divina
Paolo Bettini, nuevo campe¨®n del mundo de ciclismo. Este titular estaba ya escrito, tan solo hab¨ªa que esperar a que llegase el a?o oportuno para utilizarlo, ?alguien lo dudaba? Paolo siempre estaba ah¨ª... y alg¨²n d¨ªa ten¨ªa que ganar, una consecuencia l¨®gica. Era un imprescindible todos los a?os; sus ataques, sus cambios de ritmo, sus miradas hacia atr¨¢s, sus cabreos reclamando colaboraci¨®n, sus gestos de reprimenda. Todo con la marca personal de la casa, El Grillo sociedad an¨®nima. Alg¨²n a?o no estar¨¢ y se le echar¨¢ en falta, seguro. Pero a pesar de estar siempre ah¨ª, por h, por b, o por ?scar Freire, no terminaba nunca de rematar la faena. H podr¨ªa ser, por ejemplo, un inoportuno golpe en la rodilla, como en Verona 2004. O b la agradable sorpresa de un inesperado, como por ejemplo Igor Astarloa en Hamilton 2003. Y ?scar Freire eso mismo, un recurrente en sus pesadillas.
El italiano tiene todo aquello a lo que un corredor de sus caracter¨ªsticas puede aspirar
Si repasase aqu¨ª el palmar¨¦s de Bettini me quedar¨ªa sin espacio, m¨¢s vale simplificarlo y decir que es sencillamente inmenso. Tiene todo aquello a lo que un corredor de sus caracter¨ªsticas puede aspirar. Es incluso el actual campe¨®n ol¨ªmpico de ciclismo, un t¨ªtulo ganado en Atenas 2004, algo tan dif¨ªcil de ganar como un Mundial -igual hasta m¨¢s- pero que carece de la tradici¨®n y el prestigio de este ¨²ltimo. Y carece tambi¨¦n de algo que Paolo siempre ha reclamado como suyo. Algo, adem¨¢s, de gran importancia en el mundo del ciclismo: el poder portar un maillot identificativo durante todo el a?o. A partir de ahora Paolo llevar¨¢ con todo merecimiento su maillot arco iris, se puede ir olvidando de los aros ol¨ªmpicos. Seguro que alg¨²n d¨ªa se hab¨ªa puesto alguno para ver que tal le sentaban los colores, porque yo estoy convencido de que ¨¦l sab¨ªa que tarde o temprano, alg¨²n d¨ªa ser¨ªa suyo. Y no se equivocaba. Por fin es suyo, al final habr¨¢ que creer en la justicia divina, aunque bien pensado...
....No nos podemos olvidar de Erik Zabel. Otra vez ah¨ª y otra vez segundo, no s¨¦ yo si habr¨¢ tanta justicia. Porque gran parte de lo que llevo escrito hasta aqu¨ª se podr¨ªa aplicar igualmente al alem¨¢n, y, sin embargo, una vez m¨¢s ha tirado al poste, y a ¨¦ste cada vez le van quedando menos oportunidades: la edad no perdona. A m¨ª desde luego pena me dar¨ªa de que terminase su carrera sin un maillot arco iris, pero as¨ª como con Bettini lo ten¨ªa m¨¢s claro, al alem¨¢n se lo veo cada vez m¨¢s complicado. Y menci¨®n aparte los nuestros. Todos, pero sobre todo Florencio, Valverde, y un Samuel superlativo. El catal¨¢n hizo lo que no se ve, hacer el corte en el ¨²ltimo kil¨®metro como el que no quiere la cosa. Lo de Valverde fue un pulso con los otros dos titanes, lo perdi¨® bien perdido, la vida no es siempre color de rosa. Samuel hizo y deshizo y dej¨® la sensaci¨®n de que pod¨ªa haber aspirado a m¨¢s. Puso el punto y aparte, pero Bettini puso el punto y final.
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