Impotencia en Darfur

Darfur, la vast¨ªsima regi¨®n de Sud¨¢n donde cualquier atrocidad sigue siendo posible, es uno m¨¢s de los grandes fracasos de la ONU. La misi¨®n de siete mil soldados de la Uni¨®n Africana, que patrullan simb¨®licamente el territorio del tama?o de Francia para impedir que contin¨²e el genocidio perpetrado por el Gobierno sudan¨¦s y sus aliadas milicias ¨¢rabes locales, ha sido prolongada hasta el 31 de diciembre. Pero las tropas de la UA bastante hacen con protegerse a s¨ª mismas. Mal equipadas y pagadas y sin motivaci¨®n, su misi¨®n te¨®rica consiste en verificar un supuesto alto el fuego, firmado en mayo por Jartum y una facci¨®n del principal movimiento rebelde, que deber¨ªa haber puesto fin a un conflicto ¨¦tnico que se ha cobrado en tres a?os 200.000 vidas y expulsado de sus casas a dos millones de personas. La violencia, m¨¢s que menguar, crece. El Ej¨¦rcito sudan¨¦s ha atacado en los ¨²ltimos d¨ªas aldeas en el norte de Darfur, y contin¨²a en el sur, sobre todo en la vecindad de los campos de refugiados, la barbarie sexual que ha marcado desde el comienzo el brutal conflicto.

Naciones Unidas, que, seg¨²n acuerdo del Consejo de Seguridad, lleva tiempo intentando reemplazar a las fuerzas africanas por 20.000 cascos azules con reglas de enfrentamiento consistentes, ha sido incapaz de forzar al Gobierno sudan¨¦s a aceptar una misi¨®n por la que Kofi Annan volv¨ªa el s¨¢bado a clamar en el desierto. La pugna continuar¨¢ esta semana en Nueva York. Con el apoyo impl¨ªcito de China y Rusia, ambos con intereses en el pa¨ªs petrolero africano, la dictadura de Jartum prevalece con el indecente argumento de que la presencia en su suelo de tropas de la ONU es un complot occidental para recolonizar Sud¨¢n.