El puto amo
En un pa¨ªs necesitado de supuestos s¨ªmbolos de unidad, pocas cosas ayudar¨ªan m¨¢s que la admiraci¨®n compartida. Y sin embargo, como bien explica Fernando Fern¨¢n-G¨®mez en La silla de Fernando, nuestra peque?a pel¨ªcula-conversaci¨®n con ¨¦l, la caracter¨ªstica com¨²n de los espa?oles no es la envidia, sino el desprecio. Y adem¨¢s, el desprecio a la excelencia. En este pa¨ªs, los listos se tienen que hacer pasar por tontos para sobrevivir o aspirar al aprecio. La sinceridad est¨¢ penada frente a la hipocres¨ªa. Y nadie se atreve a decir lo que piensa, sino que se esmeran en decir lo que los dem¨¢s quieren o¨ªr. A la gente valiosa y descollante se le trata de encontrar un defecto, reducir a una caricatura para hacerlos asequibles. Y no es as¨ª, habr¨ªa que ense?arle a la gente que ante ciertas personas, y Fernando es uno de los elegidos, el complejo de inferioridad est¨¢ totalmente justificado.
Resulta complicad¨ªsimo encontrar una carrera m¨¢s completa e inabarcable que la de Fernando Fern¨¢n-G¨®mez. Hombre de teatro, actor en pel¨ªculas que componen la historia del cine espa?ol, es director de algunas obras maestras, desde El extra?o viaje o La vida por delante hasta El viaje a ninguna parte. Es escritor de novelas y de un memorable tomo de memorias, El tiempo amarillo. Tambi¨¦n de una de las obras fundamentales de nuestro teatro, Las bicicletas son para el verano. Y todo ello siendo s¨®lo un c¨®mico hijo de una c¨®mica.
Escucharle hablar en la relajaci¨®n de una sobremesa es uno de los espect¨¢culos m¨¢s reconfortantes y divertidos que uno puede presenciar. Su pensamiento es libre, imprevisible, ¨²nico, alejado de los lugares comunes o la vanidad. Su sentido del humor es apabullante. Un d¨ªa, despu¨¦s de una reuni¨®n con ¨¦l, Luis Alegre y yo decidimos filmar su conversaci¨®n. Cre¨ªamos que era tal la calidad y el encanto de su charla que merec¨ªa una pel¨ªcula. Nos sent¨ªamos tan afortunados por conocerle... Y nos sali¨® una comedia, claro, hora y media de risas y l¨²cidas observaciones. Algo que no pod¨ªa quedar reservado s¨®lo para sus amigos e ¨ªntimos. Para definir la grandeza de Fernando, hace tiempo que Luis Alegre y yo s¨®lo nos remitimos a la precisa definici¨®n de otro amigo, ?lex de la Iglesia, cuando sin andarse por las ramas dijo: "Fernando Fern¨¢n-G¨®mez es el puto amo". Pues eso, el puto amo.
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