Brown promete continuar la obra de Blair
El aspirante a primer ministro lamenta las desavenencias con el l¨ªder m¨¢s popular del laborismo
Gordon Brown eligi¨® moderaci¨®n pol¨ªtica y modestia personal para postularse ante las bases laboristas como candidato a suceder a Tony Blair al frente del partido y del Gobierno Brit¨¢nico. Contrito por primera vez en p¨²blico por sus desavenencias con su gran rival, que dijo "lamentar", se present¨® como un continuador del centrismo del Nuevo Laborismo y situ¨® la educaci¨®n, la lucha contra la exclusi¨®n social y la guerra global contra el terrorismo en el eje de su programa. Aunque aplaudido con fervor, el aspirante a primer ministro no consigui¨® galvanizar al congreso de los laboristas, que le dedicaron al final una ovaci¨®n de menos de tres minutos. Hubo muy poco entusiasmo ante sus propuestas de renovar la pol¨ªtica de reformas de los servicios p¨²blicos.
"Me encantar¨ªa tener la oportunidad de enfrentarme a David Cameron", dice Brown
El ministro del Tesoro se present¨® como un renovador del centrismo de Blair
Brown dej¨® esta vez las cifras de lado y quiso ofrecer una vertiente m¨¢s humana de su controvertida personalidad. Y lo hizo mostrando arrepentimiento por las consecuencias que han tenido a veces sus enfrentamientos con Blair, aceptando que no es el m¨¢s carism¨¢tico de los pol¨ªticos y ensalzando la influencia que las ense?anzas y el ejemplo de su padre, un pastor protestante escoc¨¦s, han tenido en su formaci¨®n.
El esperado y ya habitual apartado de elogios p¨²blicos a Tony Blair tuvo esta vez lugar preferencial y duraci¨®n m¨¢s extensa que otros a?os. Record¨® que ha trabajado con ¨¦l 10 a?os como canciller del Exchequer [ministro del Tesoro] y 23 a?os como diputado. "Ha sido un privilegio para m¨ª trabajar con y por el m¨¢s exitoso l¨ªder laborista y primer ministro laborista", afirm¨®. "No puede sorprender que, como en toda relaci¨®n, ha habido momentos en los que hemos tenido diferencias. Y si a lo largo de los a?os esas diferencias nos han distra¨ªdo de otras materias, lo lamento; y s¨¦ que Tony lo lamenta tambi¨¦n". Es lo m¨¢s parecido a una disculpa que jam¨¢s haya pronunciado Brown sobre sus peleas con Blair, casi siempre causadas por el pulso por el poder que vienen manteniendo ambos desde que Blair se hizo con el liderazgo del laborismo en 1994.
El canciller del Exchequer lanz¨® muchas otras referencias conciliadoras. La necesidad de preservar la unidad -y, como primera consecuencia de ello, aunque no lo dijo, que ¨¦l sea elegido nuevo l¨ªder cuando se retire Blair antes de un a?o- salpicaron todo su discurso. Mencion¨® a casi todos los miembros del Gabinete y desde luego a todos sus posibles rivales por el liderazgo, como John Reid, Alan Jonson y David Miliband.
Pol¨ªticamente se present¨® como un renovador del centrismo de Blair. "El Nuevo Laborismo se ha de renovar no s¨®lo manteniendo el centro pol¨ªtico, sino renov¨¢ndose de una forma progresista tambi¨¦n. Un Nuevo Laborismo reforzado por nuestra posici¨®n entre la corriente mayoritaria de la sociedad como el partido de la reforma". Situ¨® la educaci¨®n en el centro de su programa pol¨ªtico porque sin educaci¨®n no se puede acabar con la exclusi¨®n social, su gran obsesi¨®n pol¨ªtica. "Si cre¨¦is, como nosotros, en la igualdad de oportunidades en educaci¨®n, invertid primero en educaci¨®n", ret¨® a las dem¨¢s formaciones pol¨ªticas.
Se aline¨® con las posiciones de Blair en materia de seguridad ciudadana: "Igual que apoyamos a la polic¨ªa, las Fuerzas Armadas y los servicios de seguridad con los recursos que necesitan, no dudaremos acerca del carn¨¦ de identidad y, si las evidencias demuestran que es necesario, iremos m¨¢s all¨¢ de los 28 d¨ªas de detenci¨®n preventiva" que se pueden aplicar a los sospechosos de terrorismo antes de ser acusados formalmente.
Tambi¨¦n en pol¨ªtica exterior se present¨® como un continuista de las posiciones de Blair. "Tony, nos has ense?ado -y una vez m¨¢s lo viste con toda claridad y enseguida- que el mundo hab¨ªa cambiado con el 11 de septiembre; que nadie puede ser neutral en la lucha contra el terrorismo y que nosotros, Reino Unido, tenemos responsabilidades internacionales que atender". "Seamos claros", a?adi¨®: "El renovado Nuevo Laborismo se va a fundar en esta verdad esencial: la necesidad de cooperaci¨®n global en la lucha contra el terrorismo, nunca antiamericanismo", para extender la democracia y la justicia por el mundo. Brown no mencion¨® en ning¨²n momento del discurso a la Uni¨®n Europea.
Se?alado cada vez m¨¢s con el dedo por ser escoc¨¦s, y no ingl¨¦s, Brown hizo una defensa apasionada de su condici¨®n, adem¨¢s, de brit¨¢nico. "Cuando estoy en Escocia alguna gente piensa que s¨®lo estoy ah¨ª para derrotar a los actuales nacionalistas escoceses, pero he dedicado toda mi vida pol¨ªtica a defender la unidad de Reino Unido frente al nacionalismo estrecho. Cuando estoy en Inglaterra alguna gente dice que hablo de lo brit¨¢nico porque me da verg¨¹enza ser escoc¨¦s. Dejadme que os diga que estoy orgulloso de ser escoc¨¦s y brit¨¢nico".
Consciente de que su car¨¢cter retra¨ªdo es uno de sus puntos flacos como candidato a la hora de enfrentarse en unas elecciones al m¨¢s jovial y teleg¨¦nico l¨ªder tory, David Cameron, quiso presentar su lado m¨¢s humano. Aludi¨® a la influencia que ha tenido en su formaci¨®n pol¨ªtica los principios de justicia e igualdad social que le inculc¨® su padre, pastor de la Iglesia de Escocia. Y admiti¨® que "la gente quiere saber algo m¨¢s que programas y pol¨ªticas". "Es l¨®gico que la gente quiera saber de d¨®nde vengo y qu¨¦ defiendo. Como persona callada y reservada que soy, lo que me ha llevado a la pol¨ªtica no es la b¨²squeda de la fama o los titulares, sino el marcar la diferencia. Si hubiera cre¨ªdo que la pol¨ªtica es un asunto de famosos y no algo m¨¢s sustancial, no me habr¨ªa dedicado a ella".
Fue entonces cuando se present¨® realmente como candidato a nuevo l¨ªder laborista. "Algunos ven la pol¨ªtica como un espect¨¢culo. Yo la veo como un acto de servicio que permite marcar la diferencia y ayudar a la gente a cambiar su vida. S¨¦ de d¨®nde vengo, en qu¨¦ creo y qu¨¦ valores defiendo. S¨¦ que mi experiencia y mis valores me ayudar¨¢n a tomar decisiones dif¨ªciles. Me encantar¨ªa tener la oportunidad de enfrentarme a David Cameron y al Partido Conservador", concluy¨®, arrancando la mayor ovaci¨®n.
Cherie intenta aguar la reconciliaci¨®n
Cherie Blair intent¨® aguar la reconciliaci¨®n que Gordon Brown le ofreci¨® ayer a su marido. "Eso es mentira", dicen que exclam¨® Cherie en el momento en que Brown dec¨ªa que hab¨ªa sido "un privilegio para m¨ª trabajar con y para el m¨¢s exitoso l¨ªder laborista y primer ministro". Cherie no estaba siguiendo el discurso de Brown en la sala principal donde se desarrolla el congreso, sino a trav¨¦s de uno de los numerosos monitores instalados en el espacio adyacente dedicado a expositores.
El comentario fue escuchado por un periodista de la agencia Bloomberg e inmediatamente divulgado. Aunque Downing Street desminti¨® "categ¨®ricamente" que hiciera ese comentario, la agencia insisti¨® en su veracidad.
De ser cierto lo dicho por la mujer de Blair -que anoche no hab¨ªa ni confirmado ni desmentido personalmente la versi¨®n de la agencia- tiene importancia pol¨ªtica, porque reflejar¨ªa que la tensi¨®n entre Brown y Blair se mantiene con toda su fuerza, pese a los intentos de ambos por disimularlo en p¨²blico.
Brown cumpli¨® ayer su papel de elogiar a su rival. Y lo hizo de manera inusualmente ardorosa, continuada e incluso con una parte de arrepentimiento, aunque este ¨²ltimo pareci¨® referirse exclusivamente a la crisis que a principios de mes oblig¨® al primer ministro a anunciar que renunciar¨ªa al cargo en un plazo m¨¢ximo de un a?o. Las palabras de Brown no eran desinteresadas: su imagen se ha deteriorado al cundir entre la opini¨®n p¨²blica la sensaci¨®n de que ¨¦l estaba detr¨¢s del golpe de mano contra Blair o que, en todo caso, no hizo nada para pararlo.
Tambi¨¦n Tony Blair cumpli¨® con la parte que le toca en la permanente representaci¨®n teatral que supone la pol¨ªtica brit¨¢nica, siempre pendiente de los gestos y las formas. Con la cabeza bien erguida y la sonrisa a punto, como siempre que hay que disimular las tensiones entre ambos, Blair, con la mirada permanentemente clavada en su rival mientras ¨¦ste se dirig¨ªa al congreso laborista, se escald¨® las manos aplaudiendo a la menor oportunidad.
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