Blair insta a los laboristas a seguir la senda reformista cuando ¨¦l deje el poder
"Es duro marcharse, pero es lo correcto para el pa¨ªs y para el partido", dice el primer ministro
Tony Blair empez¨® ayer su larga despedida del poder con una extensa, meditada y significativa intervenci¨®n en su ¨²ltimo congreso del Partido Laborista brit¨¢nico como primer ministro. Con las bases aclam¨¢ndole desde el mismo momento en que apareci¨® en el estrado, Blair admiti¨® que se le hac¨ªa "duro marcharse", pero no cay¨® nunca en excesos emocionales. Por encima de todo, el primer ministro defendi¨® la obra hecha en 10 a?os de Nuevo Laborismo e inst¨® al partido a seguir en la senda de las reformas porque, dijo, el mundo de hoy es muy distinto al de 1997.
Blair no se refiri¨® en ning¨²n momento al calendario de su marcha ni a la cuesti¨®n de la sucesi¨®n y se abstuvo de apoyar a su gran rival pol¨ªtico de estos a?os, Gordon Brown, como sucesor. Pero, a sabiendas de que si no le mencionaba convertir¨ªa esa ausencia en el centro de atenci¨®n de sus palabras, se refiri¨® a ¨¦l en tono admirativo, aunque sin ning¨²n calor personal, y bien entrado ya su discurso. "Ha habido muchos comentarios sobre verdades y mentiras estas semanas", dijo. "Pero s¨¦ que el Nuevo Laborismo nunca habr¨ªa ocurrido y no habr¨ªamos asegurado tres victorias consecutivas sin Gordon Brown. Es un hombre notable. Un notable sirviente de este pa¨ªs. Y ¨¦sa es la verdad", a?adi¨®.
No hubo en su elogio a Brown el cari?o y la pasi¨®n con que antes, nada m¨¢s empezar su discurso, hab¨ªa dado las gracias por su apoyo al partido y a su familia. Y mencion¨® en especial a su mujer, Cherie, que la v¨ªspera hab¨ªa creado revuelo pol¨ªtico al llamar mentiroso a Brown por sus elogios p¨²blicos a Blair. "Al menos puedo estar seguro de que mi mujer nunca se ir¨¢ con el vecino de al lado", brome¨® Blair, meti¨¦ndose al p¨²blico en el bolsillo.
No s¨®lo las referencias a Brown, sino todo su discurso y la puesta en escena parecieron muy medidas. Entr¨® en el escenario por detr¨¢s de la mesa presidencial y se dirigi¨® directamente al atril, evitando cualquier contacto f¨ªsico o visual con su rival. Se march¨® por el mismo sitio, sin esperar a que acabaran los aplausos, y volvi¨® acompa?ado de su familia para salir juntos, triunfantes, estrechando las manos de la militancia. Fue el primer acto de una despedida que sus asesores quieren larga y triunfal.
Hubo reproches m¨¢s o menos velados a los traidores cuando agradeci¨® su fidelidad a los ministros que en estos a?os dejaron el Gobierno cuando ¨¦l se lo pidi¨® y lo aceptaron sin amargura. "Nunca olvidaron sus principios cuando estaban en el Gobierno; y nunca los descubrieron cuando dejaron el Gobierno". Muchos pudieron sentirse se?alados en ese reproche por pasiva.
Admiti¨® que sus pol¨ªticas han sido a veces pol¨¦micas ("Es duro a veces ser el aliado m¨¢s firme de Am¨¦rica", ironiz¨® sin mencionar a George W. Bush) y pareci¨® hacer un amago de admisi¨®n de errores, quiz¨¢ pensando en la guerra de Irak: "El pueblo brit¨¢nico puede a veces perdonar una decisi¨®n equivocada. Lo que no perdonan es que no tomes decisiones".
"Mi ¨²ltimo congreso"
"La verdad es que uno no puede estar para siempre. Por eso es correcto que ¨¦ste sea mi ¨²ltimo congreso como l¨ªder", dijo en el momento m¨¢s emotivo de su discurso. "Desde luego, es duro marcharse. Pero tambi¨¦n es lo correcto. Por el pa¨ªs y por vosotros, el partido", a?adi¨®, sin llegar a caer en excesos sentimentales.
Por encima de la emotividad estuvo su instinto pragm¨¢tico como pol¨ªtico. Y carg¨® su ¨²ltimo mensaje al congreso laborista con constantes llamamientos a perseverar en las reformas emprendidas hace 10 a?os. No porque ¨¦stas hayan fracasado o se quedaran cortas, sino porque el mundo ha cambiado y hay que seguir adapt¨¢ndose a ¨¦l. "Si fallamos, y si no hay cambios fallaremos, entonces creedme: el cambio se har¨¢, pero ser¨¢ un cambio regresivo realizado por el Partido Conservador". "Quiero un cambio con aut¨¦nticos valores progresistas, hecho por un cuarto mandato de Gobierno laborista", proclam¨®
Blair alert¨® especialmente frente a las tentaciones de girar a la izquierda, de volver a las querellas ideol¨®gicas del viejo laborismo. "Las creencias del Partido Laborista de 2006 ser¨ªan reconocidas por los militantes de 1906. Pleno empleo, servicios p¨²blicos fuertes, lucha contra la pobreza, solidaridad internacional", dijo. "Pero las pol¨ªticas, no", advirti¨®. "El problema es que durante muchos a?os s¨ª lo fueron", a?adi¨® en referencia a los a?os sesenta, setenta y ochenta.
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