Unidos despu¨¦s de la muerte
La emperatriz Mar¨ªa Fi¨®dorovna ser¨¢ sepultada en Rusia junto a su marido, el zar Alejandro III
La emperatriz Mar¨ªa Fi¨®dorovna (1847-1928) ser¨¢ sepultada hoy en la fortaleza de San Pedro y San Pablo, en San Petersburgo, junto a los restos de su marido, el zar Alejandro III (1845-1894). El fin de semana pasado la que fuera la princesa Mar¨ªa Sof¨ªa Federica Dagmar de Dinamarca emprendi¨® su viaje p¨®stumo desde la catedral de Roskilde, donde descansaba al lado de los reyes y reinas de su patria -ella misma era hija del rey Cristian IX-, hacia el reencuentro con su esposo en la antigua capital del imperio ruso. Este reencuentro ocurre 112 a?os despu¨¦s de la muerte del zar y 78 despu¨¦s de la suya propia.
No hab¨ªa cumplido la princesa Dagmar 17 a?os todav¨ªa cuando el zar¨¦vich Nicol¨¢s viaj¨® a Dinamarca. El flechazo fue instant¨¢neo: ambos se enamoraron a primera vista y fijaron fecha para la boda. Nada presagiaba la tragedia que se avecinaba: Nicol¨¢s parec¨ªa sano y fuerte. No obstante, enferm¨® y la tuberculosis pulmonar acab¨® con su vida nueve meses despu¨¦s. La leyenda dice que ya en su lecho de muerte, Nicol¨¢s uni¨® la mano de su prometida a la de su hermano Alejandro, y le pidi¨® a ¨¦ste que cuidara de la princesa. El caso es que la bella danesa se convirti¨® en esposa del que m¨¢s tarde ser¨ªa Alejandro III. Para ello, tuvo antes que abrazar la fe cristiana ortodoxa y adoptar un nuevo nombre eslavo. Escogi¨® el de Mar¨ªa Fi¨®dorovna, con el que pasar¨ªa a la historia.
Muri¨® en 1928 y nunca crey¨® que su hijo y sus nietos fueran fusilados por los bolcheviques
En Rusia tuvo a?os felices, pero no todo fue de color de rosa. La emperatriz Mar¨ªa Fi¨®dorovna dio seis hijos a Alejandro III: dos ni?as y cuatro varones, entre ¨¦stos al que ser¨ªa Nicol¨¢s II, el ¨²ltimo zar, fusilado por los bolcheviques.
Alejandro III no era un santo, y entre sus debilidades estaba el tradicional mal ruso: la bebida. Aunque su esposa trat¨® por todos los medios de impedir que el zar bebiera, sus esfuerzos resultaron in¨²tiles. Cuentan que para que la zarina no le pillara la botella de vodka que siempre llevaba consigo, se mand¨® hacer unas botas especiales, de ca?a ancha, donde ocultaba una cantimplora con el precioso l¨ªquido. Alejandro III muri¨® el 20 de octubre de 1894, a los 49 a?os, de nefritis causada, seg¨²n algunos historiadores, por su pasi¨®n por el alcohol.
Mar¨ªa Fi¨®dorovna, como su esposo, estuvo en contra de la boda de su primog¨¦nito Nicol¨¢s con la princesa Alix de Hesse, que adopt¨® el nombre eslavo de Alexandra Fi¨®dorovna y mantuvo la enemistad con ella durante toda la vida. Ello explica que apoyara la confabulaci¨®n para asesinar al pope Grigori Rasputin, el favorito de la pareja real. Pero precisamente sus malas relaciones con la nueva zarina la hizo abandonar San Petersburgo e instalarse en Kiev, donde le pill¨® la revoluci¨®n bolchevique. De Kiev pas¨® a Crimea, y de all¨ª huy¨® a Inglaterra en un barco enviado por su hermana Alejandra, viuda de Eduardo VII. Al poco tiempo, regres¨® a su patria. Hasta su muerte, ocurrida en 1928, nunca crey¨® que su hijo y sus nietos hab¨ªan sido fusilados y pensaba que para salvarse debieron huir y por razones de seguridad no daban se?ales de vida.
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