0,7%, una cifra m¨ªtica

Existen cifras que, por su carga m¨ªtica, acaban confundi¨¦ndonos. As¨ª podr¨ªa suceder con ese 0,7% sobre el IRPF que algunos ciudadanos podr¨¢n dedicar a los gastos de la Iglesia para contratar profesores de religi¨®n, mantener sus colegios, etc¨¦tera. Las ONG dicen que, cuanto menos, se les iguale, ya que est¨¢n desbordadas ante necesidades a su juicio m¨¢s b¨¢sicas, como alimento, agua, cobijo, medicinas, etc¨¦tera. Y dedicar el 0,7% del PIB de los pa¨ªses desarrollados al crecimiento econ¨®mico del Tercer Mundo es una petici¨®n de ¨¢mbito internacional de muchos colectivos. Que parte del dinero recaudado con los impuestos contribuya a promocionar cualquier tipo de religi¨®n me preocupa -en el nombre de Dios hay adjudicados muchos muertos en el pasado y en el presente-. Es verdad que no es Dios el responsable sino los hombres, los ateos lo sabemos mejor que nadie, pero esto no altera el sentido de lo que pienso. Que el Estado, tambi¨¦n con nuestro dinero, colabore con las ONG me resulta, hoy por hoy, imprescindible, pero mucho m¨¢s importante me parece ese objetivo m¨ªnimo de destinar el 0,7% sobre el PIB para combatir la pobreza. No creo que las desigualdades tan brutales entre pa¨ªses, y de grupos dentro de algunos de ellos, sean ajenas a las convulsiones que estamos sufriendo y que ponen en peligro valores que cre¨ªamos asegurados. Ese 0,7% del PIB podr¨ªa interpretarse como una magn¨ªfica inversi¨®n a medio y largo plazo, y quiz¨¢s alg¨²n experto en econom¨ªa hasta le podr¨ªa encontrar el nombre adecuado.