Padres e hijos

.Una sola secuencia, de aterradora, esclarecedora violencia soterrada, sirve al tiempo para iluminar sobre las intenciones y los logros de esta pel¨ªcula singular, una comedia negr¨ªsima y amarga como el ac¨ªbar, que es la segunda del inteligente V¨ªctor Garc¨ªa Le¨®n, hijo de Jos¨¦ Luis Garc¨ªa S¨¢nchez. Juan Diego, actor cincuent¨®n a quien literalmente le ha ca¨ªdo del cielo un hijo gorr¨®n ya en la treintena y a quien apenas conoce, llega con su v¨¢stago a casa, despu¨¦s de una noche larga, alcoh¨®lica y tormentosa. Hay poca luz y como cena, tan s¨®lo un tupper con espaguetis fr¨ªos; ambos se ponen a com¨¦rselos, acercando ora el recipiente a uno, ora al otro, sin palabras, sin nada m¨¢s que no sea una ominosa sensaci¨®n de derrota compartida.

De eso va la pel¨ªcula de Garc¨ªa Le¨®n: de perdedores que comen comida fr¨ªa, de sentimientos sepultados bajo muchas capas de intereses mezquinos y de mentiras interesadas; de seres que pretenden vivir en su provisional felicidad, s¨®lo para descubrir que el pasado les rebota desde el fondo de la pista unas responsabilidades que ni tan siquiera pretenden cumplir con un atisbo de decencia. Inmensa funci¨®n construida a la medida de dos grandes int¨¦rpretes, los dos Juan Diego, Vete de m¨ª rezuma, como tambi¨¦n lo hac¨ªa M¨¢s pena que Gloria, una de las comedias generacionales m¨¢s astutas del cine espa?ol de la ¨²ltima d¨¦cada, capacidad de observaci¨®n, agudeza para la construcci¨®n de tipos humanos perfectamente reconocibles y una inmensa, vengativa mala baba.

Porque en perfecta consonancia con los tiempos que corren, Garc¨ªa Le¨®n no toma partido por nadie: su propuesta contempla por igual las razones de uno y de otro personaje; incluso hasta en la forma de no estar de un tercero (concretamente, la madre/esposa, Rosa Mar¨ªa Sard¨¤) hay una comprensi¨®n subterr¨¢nea: c¨®mo se puede vivir con cualquiera de estos dos enormes, inconscientes ego¨ªstas, parece sugerir Garc¨ªa Le¨®n; s¨®lo en la fuga est¨¢ la respuesta. Y el director y su guionista, otro ilustre hijo de artista, Jon¨¢s Groucho Rodr¨ªguez, el hijo de Fernando Trueba, no le sacan las casta?as del fuego a sus criaturas: all¨¢ ellos, parecen sugerir; ya tienen suficiente edad como para hacerse con las riendas de su vida.

Filme tan formalmente desastrado como sus personajes, amargo tras su brillante apariencia de comedia de padres e hijos, Vete de m¨ª es la confirmaci¨®n del talento de un cineasta que es ya mucho m¨¢s que una promesa. Y una segura recomendaci¨®n para amantes de los conflictos que sacuden la vida de las familias... que somos casi todos.