Bush logra el apoyo del Congreso a la ley para juzgar a los presos de Guant¨¢namo
Los sospechosos de terrorismo ver¨¢n limitados sus derechos legales en Estados Unidos
El Senado de EE UU se dispon¨ªa anoche a aprobar la ley de procesamiento de los sospechosos de terrorismo, siguiendo los pasos de la C¨¢mara de Representantes. El Supremo anul¨® hace tres meses los tribunales militares creados por el Gobierno para juzgar a los detenidos en Guant¨¢namo, y pidi¨® un acuerdo entre el Gobierno y el Congreso. El resultado es un texto que mejora las condiciones anteriores, pero que no da a los presos los derechos y garant¨ªas del sistema de justicia en EE UU. Una vez que se unifiquen las dos versiones -quiz¨¢ hoy mismo-, el presidente Bush firmar¨¢ la ley.
La ley permitir¨¢ reanudar los procesamientos -s¨®lo diez, hasta el momento- en marcha, y abrir otros con los nuevos criterios a partir de enero. Aunque el Supremo podr¨ªa definirse sobre la ley, es dif¨ªcil que lo haga antes de junio. En s¨ªntesis, los detenidos tendr¨¢n asistencia legal y derechos que antes no ten¨ªan, pero no el de h¨¢beas corpus que protege de los encarcelamientos injustos; se proh¨ªbe la tortura, pero se deja a la discreci¨®n del presidente el uso de otras t¨¦cnicas en los interrogatorios.
La ley se interpreta como una victoria para George W. Bush, que considera que es imprescindible para luchar contra el terrorismo, como dijo ayer en una reuni¨®n en el Capitolio con los republicanos: "Nuestra responsabilidad m¨¢s importante es proteger a los norteamericanos de m¨¢s atentados, y no podemos hacerlo sin las herramientas adecuadas". Este mensaje es el eje de su campa?a de las legislativas de noviembre; el electorado, muy cr¨ªtico con Irak, sigue siendo sensible a la amenaza terrorista -m¨¢s despu¨¦s del desmantelamiento del intento de atentado en Londres, en agosto-, y es el ¨²nico factor en el que los republicanos son m¨¢s valorados que los dem¨®cratas. En la C¨¢mara, el mi¨¦rcoles, 34 dem¨®cratas unieron sus votos a los de los republicanos, y aunque muchos criticaron la ley, igual que ocurri¨® en el Senado, no hicieron ning¨²n intento de bloquearla, por miedo a ser acusados de debilidad ante el terrorismo.
Incluso en esta situaci¨®n, el presidente de la C¨¢mara, Dennis Hastert, no tuvo reparos a la hora de decir que los que no apoyaron la ley "votaron a favor de que los terroristas tengan m¨¢s derechos", y redonde¨® as¨ª su brutal argumento: "Los mismos terroristas que planean da?ar a norteamericanos inocentes ser¨ªan mimados si sigui¨¦ramos el plan de los dem¨®cratas". Los contrarios quedaron en minor¨ªa, como el congresista Steve Israel: "El mensaje de la ley es que renunciamos a tener una posici¨®n moral superior; es una mala decisi¨®n para Estados Unidos y para la lucha contra el terrorismo".
"Tenemos que hacer lo posible para derrotar a los terroristas con todas las herramientas a nuestra disposici¨®n", dijo Hillary Clinton en el Senado, "pero algunos est¨¢n aprovechando para obtener ventajas electorales".
Los puntos m¨¢s importantes de la nueva ley son:
- La ley sigue manteniendo el ambiguo caj¨®n de sastre de los "combatientes enemigos ilegales" para definir a los detenidos en Afganist¨¢n y otros lugares.
- Se excluye el derecho b¨¢sico del h¨¢beas corpus: un prisionero que crea haber sufrido una detenci¨®n err¨®nea no tendr¨¢ oportunidad de demostrarlo. Una enmienda del republicano moderado Arlen Specter para garantizarlo fue rechazada por 51 votos contra 48. "Esto nos hace retroceder 900 a?os", lament¨® Specter. En palabras de John Cornyn, dar "derechos innecesariamente generosos a los terroristas", servir¨ªa para "distraer a los soldados en el campo de batalla y atarles las manos".
- Se suscribe en teor¨ªa la Convenci¨®n de Ginebra y, a diferencia de lo que antes ocurr¨ªa, se limitan las t¨¦cnicas para interrogar, pero se concede al presidente un margen de maniobra para variar esos l¨ªmites si lo cree necesario, "para proteger a EE UU de un atentado terrorista". No se detalla si ciertas t¨¦cnicas son o no legales; el texto se remite a la ley del 30 de diciembre de 2005, que proh¨ªbe toda clase de torturas.
- En los juicios quedan prohibidos los testimonios obtenidos con interrogatorios "crueles e inhumanos", pero se excluyen las declaraciones previas al 30 de diciembre de 2005. "Esta ley permite la tortura", denunci¨® el senador John Kerry. "La ¨²nica garant¨ªa que da de lo contrario es la palabra del presidente, y me gustar¨ªa decir que es suficiente, pero no lo es".
La pol¨¦mica ley se gan¨® la cr¨ªtica de los grupos de derechos humanos. La eliminaci¨®n del h¨¢beas corpus es lo que le parece m¨¢s grave al grupo Human Rights Watch, que cree que la ley "socava el imperio de la ley y la capacidad de Estados Unidos de proteger a sus ciudadanos contra tratos injustos a manos de otros Gobiernos".
Por su parte, el diario The New York Times llam¨® ayer "irresponsable" al Congreso, acus¨® a los republicanos de aprobar a toda velocidad, por razones electorales, una ley "mala para las tropas, mala para el pa¨ªs e in¨²til para protegernos del terrorismo", y censur¨® a los dem¨®cratas por "traicionar sus principios para evitar propaganda electoral cr¨ªtica".
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