Escuela de terroristas
Irak se ha convertido en escuela del nuevo yihadismo transnacional, centro de entrenamiento y de reclutamiento y polo magn¨¦tico para muchos terroristas isl¨¢micos. A estas conclusiones, ratificadas ayer por un nuevo estudio de la ONU, llegaron en abril el conjunto de 16 agencias de inteligencia americanas en su Estimaci¨®n Nacional. Vaya descubrimiento. Es lo que muchos han venido observando y advirtiendo desde la invasi¨®n, como producto colateral de la resistencia al ocupante. Pero no por evidentes, estas conclusiones deben dejar de preocupar. Todo lo contrario, pues entre otras cosas se?alan que los yihadistas consideran ahora a Europa como terreno abonado para atacar intereses occidentales. Por desgracia, lo vivimos en Madrid el 11-M de 2004 y en Londres el 7 de julio de 2005. Puede que Bush tenga raz¨®n: Estados Unidos est¨¢ m¨¢s seguro que hace cinco a?os. No es el caso del resto del mundo.
Parece como si se hubieran olvidado las lecciones de lo que ocurri¨® en Afganist¨¢n tras la invasi¨®n sovi¨¦tica en 1979. Entonces, EE UU arm¨® a los muyaidines y alent¨® su islamismo radical. Cuando los rusos se fueron, los olvidados debidamente adoctrinados pasaron a engrosar las filas del nuevo terrorismo isl¨¢mico, desde los llamados afganos argelinos hasta Bin Laden.
Pero Bush sigue manteniendo que hay que ganar la guerra en Irak para frenar la marea de terroristas. Las agencias reconocen que este terrorismo se extiende en n¨²mero y en alcance geogr¨¢fico, y que en los pr¨®ximos cinco a?os los factores que contribuyen a potenciar el yihadismo global pueden ser m¨¢s fuertes que los que lo frenan, pues ¨¦ste tiene gran capacidad de adaptaci¨®n frente a las medidas antiterroristas.
Tras la filtraci¨®n de las conclusiones principales del informe, Bush desclasific¨® una parte para demostrar que las agencias valoraban los esfuerzos para da?ar el liderazgo de Al Qaeda y su capacidad operativa. El objetivo de Bush al dar este paso poco habitual es electoral, ante la cita con las urnas de noviembre, en la que est¨¢ en juego el mantenimiento del control absoluto sobre las dos C¨¢maras del Congreso por los republicanos. Los dem¨®cratas se hayan divididos y se enfrentan con una dificultad casi innata cada vez que tratan de lanzar un discurso coherente sobre el terrorismo y sobre la guerra, algo que ya les hizo perder las presidenciales de 2004.
Los que parecen tenerlo m¨¢s claro son los propios iraqu¨ªes. Dos encuestas reflejan que entre un 65% y un 71% desean que los americanos se vayan de forma inmediata o en el plazo de un a?o. S¨®lo los kurdos, que llevan a?os viviendo en un r¨¦gimen aut¨®nomo en Irak, escapan a esta actitud. La cuesti¨®n no es ya c¨®mo ganar esta guerra, objetivo que muchos militares americanos dan por imposible, sino c¨®mo salir minimizando los da?os. Mientras EE UU permanezca all¨ª, Irak seguir¨¢ alimentando la inseguridad global.
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