?La inevitable aculturaci¨®n?

El pasado domingo, en el telediario de la noche de TVE-1, daban informaci¨®n sobre una encuesta realizada por un semanario de Lisboa seg¨²n la cual un significativo n¨²mero de portugueses ser¨ªan partidarios de la integraci¨®n de Espa?a y Portugal en un solo Estado. Esta informaci¨®n se ilustraba con un recorrido de la c¨¢mara por una serie de letreros comerciales (en portugu¨¦s), y la corresponsal iba dici¨¦ndonos c¨®mo tendr¨ªan que ser modificados (en castellano) si tal hecho se consumaba, es decir, la hipot¨¦tica integraci¨®n llevar¨ªa inevitablemente aparejada la aculturaci¨®n de Portugal.

Ante una forma tan peregrina de ilustrar esa informaci¨®n, me pregunto: ?es que ni esa periodista ni los responsables de los informativos de TVE saben que en el mundo existen un mont¨®n de Estados pluriling¨¹es? ?Tampoco saben que el Estado espa?ol -el nuestro, m¨ªo y de toda esa gente a la que aludo- es uno de ellos, como consagra la Constituci¨®n? ?Tampoco que el modelo de aculturaci¨®n fue el que estuvo vigente en Espa?a durante siglos, con los breves par¨¦ntesis democr¨¢ticos que nuestra triste historia nos depar¨®?

Andamos buenos si a estas alturas no se tienen claras cosas tan simples, sobre todo por parte de quienes, por su profesi¨®n y su responsabilidad, deb¨ªan de tener algo de cultura general. As¨ª se entiende que, con motivo de la discusi¨®n del Estatuto catal¨¢n, se hayan dicho tantas tonter¨ªas, utilizando un adjetivo suave, por parte de muchos que, por sus profesiones o por sus cargos, tendr¨ªan obligaci¨®n de haberse estudiado unos apuntes facilitos de Teor¨ªa del Estado.