Pedazos de vidas tristes
Aunque el util¨ªsimo Diccionario del espa?ol actual, de Maestro Seco, no recoge el adjetivo r¨ªspido; aunque en el Diccionario de la Academia que tengo a mano (no la ¨²ltima edici¨®n) aparece rispo, '¨¢spero, violento, intratable', y en el Diccionario del espa?ol de Am¨¦rica, de Mor¨ªnigo, rispidez, 'aspereza, rudeza' (Ecuador, M¨¦xico), lo cierto es que el 25 de octubre de 2003, aqu¨ª, en Babelia, el estupendo escritor colombiano Dar¨ªo Jaramillo Agudelo, al ocuparse de Un tr¨¢mite dif¨ªcil (Pre-Textos, 2003), la novela con la que se dio a conocer en Espa?a este interesante escritor peruano, pas¨® todos los filtros del Libro de Estilo de esta casa cuando, en su rese?a, calificaba de r¨ªspidos los temas de aquella novelita (90 p¨¢ginas excelentes). Y r¨ªspidas (prescindamos de la cursiva) son las voces, varias, con las que se forma, o conforman, esta novela tambi¨¦n breve y coral, como aqu¨¦lla, y novela r¨ªspida asimismo, aunque suavizada por el humor y el estilo del autor.
UNA VIDA DISTINTA
Javier Ponce Gambirazio
Pre-Textos. Valencia, 2006
125 p¨¢ginas. 10 euros
En Una vida distinta se ha
ce desfilar ante un silente polic¨ªa, que da fe de esa variedad de voces, a un grupo de gentes marginales y marginados, travestidos, personas atrapadas -como en su otro libro- en cuerpos que no les corresponde, y que quit¨¢ndose una(o)s a otra(a)s la voz, r¨ªspida casi siempre, intentan ayudar o embrollar la investigaci¨®n policial, pues hay un cad¨¢ver por medio. Los personajes de Un tr¨¢mite dif¨ªcil, tan cercanos a los de Una vida distinta, se lamentaban, de ser piezas de otro rompecabezas, y piezas de un rompecabezas son tambi¨¦n estos tipos hechos de pura mentira -nos dice Ponce-; piezas de rompecabezas -cada mon¨®logo- que contienen cada una de ellas suficiente dosis de ¨¢cido corrosivo, como para atacar -desdibuj¨¢ndola- a la pieza de al lado, al mon¨®logo, al cap¨ªtulo siguiente; y el ¨¢cido, completa o matiza el asunto narrativo. Es triste, y r¨ªspido, s¨ª, el mosaico que nos ofrece Ponce en su novela, y cada una de sus teselas son pedazos de vida triste, y r¨ªspida, s¨ª, pero el resultado, por muy embrollado que quede, es acertado. Esos seres marginales, travestidos, de espaldas todos a la realidad, componen un hermoso y pat¨¦tico coro de voces, de gritos que se elevan como globos ligeros de lastre desde el fondo del abismo, del pozo de sus vidas. Javier Ponce, un interesante y joven narrador peruano, psic¨®logo cl¨ªnico de profesi¨®n, ha buscado luces en las sombras de la marginalidad: son tan similares ambos libros, el primero acaso m¨¢s perfecto, con mayores dosis l¨ªricas, este segundo quiz¨¢ m¨¢s suelto dej¨¢ndose llevar por un humor algo m¨¢s evidente.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.