Cientos de inmigrantes vuelven a hacer largas colas para pedir permisos
Cuatro hileras forman cada ma?ana ante las puertas de la Delegaci¨®n del Gobierno
El paisaje de decenas de inmigrantes formando largas colas ante las puertas de la Delegaci¨®n del Gobierno se est¨¢ convirtiendo en una estampa de Barcelona. Ocurri¨® en los meses previos de las vacaciones de verano y ahora vuelve a pasar. Muchos inmigrantes que quieren ir a sus pa¨ªses en Navidad tienen que tramitar en los meses previos el permiso de entrada a su regreso a Espa?a porque est¨¢n a la espera de renovar su residencia.
De todas las nacionalidades en cuatro colas distintas. De entrada, una para tener informaci¨®n de qu¨¦ necesitan y a qu¨¦ dependencia tienen que ir. Esa hilera arranca casi en la puerta de la estaci¨®n de Francia hasta una de las primeras puertas de la Delegaci¨®n de Gobierno, donde una funcionaria, adem¨¢s de contestar todo tipo de preguntas, controla la entrada de los inmigrantes a las oficinas de informaci¨®n.
La segunda es la m¨¢s larga y suele arrancar del fondo de la calle de Duana hasta llegar a una puerta de cristal donde se hacen los tr¨¢mites del permiso de entrada al pa¨ªs si se tiene que viajar y la tarjeta de residencia est¨¢ en tr¨¢mites de renovaci¨®n. Esto les ocurre a centenares de inmigrantes porque resulta que esa tramitaci¨®n se alarga durante un periodo que oscila entre los cinco y los seis meses.
Ayer, viernes, y desde las ocho y media de la ma?ana, Gabriela estaba haciendo cola. A las 12 del mediod¨ªa apenas hab¨ªa recorrido 20 metros y le faltaba un trecho similar. "En noviembre quiero viajar a Bolivia -su pa¨ªs-, ya tengo los billetes y como todav¨ªa no tendr¨¦ la tarjeta de residencia renovada tengo que tramitar el permiso de entrada a Espa?a. De lo contrario, no me dejar¨¢n entrar". La solicitud de renovaci¨®n de la residencia la hizo poco antes de agosto: "Pero seguro que no la tendr¨¦ antes del viaje porque como m¨ªnimo antes de cuatro meses no recibir¨¦ la citaci¨®n". La citaci¨®n es otro tr¨¢mite que consiste en volver a la Delegaci¨®n y ver el expediente, ir a otra ventanilla y esperar entre un mes m¨¢s o dos para poder tener la nueva tarjeta de residencia. Habla con conocimiento de causa porque es la segunda vez que lo hace. Lleva tres a?os en Espa?a y no sabe con certeza si le renovar¨¢n por dos a?os o menos. Trabaja como administrativa media jornada en un taller de dise?o gr¨¢fico: "tengo suerte porque el jefe no me pone trabas para las gestiones y me paga. Pero hay gente que tiene problemas para salir y hacer los papeles".
A su lado est¨¢ Flora, cubana afincada en Espa?a hace cinco a?os. "Para m¨ª es la primera renovaci¨®n porque vine casada con un espa?ol. Hice la renovaci¨®n del permiso de residencia en abril y todav¨ªa no lo tengo. El caso es que la semana que viene viajo a Alemania en avi¨®n y no podr¨¦ regresar a Espa?a sin el permiso de entrada". Ella tambi¨¦n est¨¢ desde la "ma?anita".
Siguiendo con las colas, la tercera es la de los inmigrantes que tienen que renovar el permiso de residencia. Arturo, un colombiano que forma la hilera, sabe lo que le espera: "ocurre que estas cosas en Espa?a est¨¢n muy retrasadas y en otros pa¨ªses europeos la tramitaci¨®n se hace por correo certificado o te dan cita previa y no se hacen colas en la calle. Es una falta de respeto y, adem¨¢s, parece mentira porque por aqu¨ª siempre hay turismo y yo creo que es una fea visi¨®n". Tiene toda la raz¨®n. Entre las vallas y la pared se acumulan todo tipo de residuos.
La cuarta cola, por ¨²ltimo, es la m¨¢s peque?a y es de ciudadanos comunitarios, muchos estudiantes. Y entre cola y cola, aparecen abogados acompa?ados por contratadores -empresarios- para gestionar la entrada en Espa?a de inmigrantes con oferta de empleo. "Cada vez es m¨¢s complicado", dice una abogada convencida de que es otra forma de poner freno a la llegada de m¨¢s inmigraci¨®n, aunque sea de forma regular, asunto que se ha convertido en uno de los ejes de la campa?a a las elecciones auton¨®micas.
Este diario llam¨® ayer infructuosamente varias veces a la Delegaci¨®n del Gobierno para conocer su versi¨®n y se dio la callada por respuesta. Algo que, por cierto, s¨ª ha solucionado el consulado de Marruecos, afincado en el Eixample, despu¨¦s de unos meses de ofrecer un espect¨¢culo similar.
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