La fastuosa versi¨®n parisiense de 'Las amistades peligrosas'
Isabelle Huppert encabeza 'Quartett', el estreno teatral del a?o, dirigido por Bob Wilson
Es el estreno de la temporada en Par¨ªs. O de este oto?o. O del momento, qu¨¦ m¨¢s da, pero ah¨ª es nada reunir, en el escenario del Od¨¦on-Th¨¦?tre de l'Europe, a Isabelle Huppert y Ariel Garc¨ªa Vald¨¦s como protagonistas, a Bob Wilson firmando la puesta en escena de un texto -Quartett- de Heiner M¨¹ller y acompa?ar el conjunto con m¨²sica de Michael Galazo, el autor de la banda sonora inolvidable de In the mood for love.
"Es mi tercer montaje de Quartett", explica Wilson. "Heiner, cuando vio el primero, quiso saber por qu¨¦ hab¨ªa necesitado cinco actores. Porque es un cuarteto le respond¨ª. Y ¨¦l se ri¨®. Luego quiso saber qui¨¦n era el viejecito que hab¨ªa a?adido en el espect¨¢culo y le dije: Eres t¨². Por descontado, la explicaci¨®n no es exacta".
La obra es una adaptaci¨®n lib¨¦rrima de Las amistades peligrosas, de Choderlos de Laclos, texto de 1782. Los dos grandes protagonistas, el vizconde de Valmont y la marquesa de Merteuil, se enfrentan y se aman a trav¨¦s de un duelo verbal por el poder y el placer. "Los dos personajes mantienen una suerte de mon¨®logo interior. Cada uno intenta saber m¨¢s sobre s¨ª mismo a trav¨¦s del encuentro con su doble. Es algo que te ayuda a construirte o te destruye", concluye Huppert.
Las interpretaciones psicol¨®gicas no interesan a Wilson: "Nunca hablo de interpretaci¨®n. Mi trabajo es formal. Doy indicaciones sobre la forma. En mis cerca de 40 a?os de trabajo nunca le he dicho a un actor lo que deb¨ªa pensar respecto al texto, los sentimientos o la emoci¨®n".
Huppert, que ya trabaj¨® con Wilson en un ins¨®lito Orlando de Virginia Woolf, sabe hasta qu¨¦ punto es profunda la alergia de Wilson a las explicaciones. "?l hace explotar los c¨®digos y las normas del teatro. Embarca a sus actores en un laberinto que ilumina con la ayuda de rituales. No hay que ofrecerle resistencia. Es algo que me gusta much¨ªsimo", concluye la actriz.
Ariel Garc¨ªa Vald¨¦s, actor, director y profesor de teatro, tampoco puede sentirse inc¨®modo en la aventura. Hace pocos meses, en el mismo Od¨¦on, fue un genial Hamlet en un montaje y adaptaci¨®n de Lavaudant que tambi¨¦n liquidaba todo psicologismo. Adem¨¢s, ¨¦l ha dirigido Quartett en el Teatre Lliure de Barcelona. "Cuando monto un espect¨¢culo", dice Wilson, "es para aprender lo que hay en ¨¦l, para explorar un texto, para buscar otras ideas. Si ya lo s¨¦ todo antes de comenzar, entonces mejor no hacer nada". Y las obras de M¨¹ller se prestan a esa investigaci¨®n, a ser montadas de mil maneras distintas. El propio autor dec¨ªa de su trabajo de autor que revisa la obra de sus predecesores, que "no es otra cosa que lo que hacen los ni?os con las mu?ecas. De vez en cuando quieren saber lo que hay dentro del mu?eco y para eso hay que romperlo porque si no nunca sabr¨¢. La ¨²nica moral del arte es en realidad una pulsi¨®n psicol¨®gica: querer saber lo que hay dentro del mu?eco".
Pero a veces esa curiosidad elemental, esa pasi¨®n por destruir y reconstruir toma otras formas. "Cuando fui a visitar a Heiner poco antes de su muerte me dijo que era la persona m¨¢s adecuada para dirigir sus textos porque les daba un espacio y porque yo ten¨ªa sentido del humor. La verdad es que nos sent¨ªamos muy pr¨®ximos siendo muy distintos, yo tejano, ¨¦l alem¨¢n; ¨¦l intelectual y yo no; ¨¦l trabajaba la compresi¨®n cuando yo busco el espacio...".
El montaje permanecer¨¢ en Par¨ªs hasta el pr¨®ximo 2 de diciembre para luego emprender una breve gira que lo llevar¨¢ a Mil¨¢n, a Berl¨ªn, a Marsella y, por fin, a Ginebra.
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