Espa?a reacciona adecuadamente
La carta que recoge las consideraciones preliminares de la Comisi¨®n Europea sobre la resoluci¨®n de la Comisi¨®n Nacional de la Energ¨ªa (CNE) sobre la OPA de E.ON, proleg¨®meno de su decisi¨®n de suspensi¨®n de la propia resoluci¨®n, asienta todos sus argumentos en torno a la libertad de circulaci¨®n de capitales y a su exclusiva competencia sobre las concentraciones de ¨¢mbito comunitario. Seg¨²n la carta, no est¨¢n justificadas las razones esgrimidas por la CNE de preservaci¨®n de la seguridad p¨²blica, cuesti¨®n que justificar¨ªa la competencia del Estado espa?ol en la materia, por lo que las condiciones puestas a la OPA se constituir¨ªan en trabas ileg¨ªtimas a la circulaci¨®n de capitales y una interferencia en las competencias de las autoridades comunitarias.
"?Tiene suficiente fuerza el regulador espa?ol para soportar el divorcio entre el valor de las empresas y sus ingresos?"
"La OPA de E.ON implica la seguridad p¨²blica del abastecimiento energ¨¦tico espa?ol e infringe la libre circulaci¨®n de capitales"
?ste es el resumen de la posici¨®n de Neelie Kroes, comisaria europea de la competencia, al que habr¨ªa que a?adir sus continuas referencias al nacionalismo econ¨®mico que considera, con mucha raz¨®n, obsoleto. La apuesta de la comisaria por empresas europeas capaces de competir en el mundo global define sus prioridades. Como m¨¢xima responsable de la competencia quiere una Europa con capacidad de competir. Desde su perspectiva, las fusiones de empresas transfronterizas contribuyen a la integraci¨®n de los mercados nacionales en un mercado ¨²nico europeo y fortalecen la capacidad de Europa en los mercados internacionales. La OPA de E.ON sobre Endesa ha sido elegida por la comisaria como punta de lanza de su pol¨ªtica al frente de sus responsabilidades europeas.
Pero la comisaria se ha equivocado al elegir esta OPA como soporte ejemplar de sus objetivos pol¨ªticos. Su desconocimiento del sector el¨¦ctrico le impide tomar en consideraci¨®n que el mercado de la electricidad es s¨®lo local -casi ni siquiera puede ser plenamente europeo- en el que el concepto de globalidad carece de sentido. S¨®lo puede haber mercado donde hay cables interconectados, cuesti¨®n que se compadece mal con los mares, las monta?as y los oc¨¦anos que separan pa¨ªses y continentes. La industria el¨¦ctrica no es la industria -por ejemplo- aeron¨¢utica. Europa no necesita una EADS el¨¦ctrica. Necesita muchas. Muchas empresas para que pueda haber competencia. Los campeones europeos el¨¦ctricos no es que no sean obsoletos, es que son un disparate. El mercado el¨¦ctrico es s¨®lo un mercado local.
Adem¨¢s, la comisaria Kroes est¨¢ queriendo ignorar que, en este caso de E.ON, los argumentos sobre la limitaci¨®n a la libertad de circulaci¨®n de capitales y la no afecci¨®n a la seguridad p¨²blica resultan superficiales y se vuelven en contra de las conclusiones de su propia carta.
E.ON no es cualquier empresa. Es, seguramente, la empresa m¨¢s especial del panorama energ¨¦tico comunitario. EDF, bajo el control accionarial del Estado franc¨¦s, o EDP, bajo el control del Estado portugu¨¦s, o Enel, bajo el control del Estado italiano, u otras bajo el control accionarial de sus respectivos Estados son ?casi! empresas normales en comparaci¨®n con E.ON. La legislaci¨®n comunitaria es neutral respecto a la propiedad p¨²blica de los capitales pero no lo es respecto a las interferencias administrativas en las libertades econ¨®micas. Y E.ON, que es una empresa privada, es una empresa intervenida por las autoridades del Estado alem¨¢n -que no es su propietario- al amparo de la excusa de preservar la seguridad p¨²blica en materia de abastecimiento energ¨¦tico que est¨¢, por prescripci¨®n del derecho comunitario, bajo la responsabilidad de los Estados nacionales.
Endesa tampoco es cualquier empresa. Desde su fundaci¨®n ha sido el instrumento de todos los gobiernos espa?oles para complementar -primero como elemento subsidiario- los espacios energ¨¦ticos no cubiertos por las empresas privadas, y para liderar -despu¨¦s de su moderna refundaci¨®n por Feliciano Fuster- la reordenaci¨®n del sector el¨¦ctrico espa?ol a partir de lo cual qued¨® convertida en la empresa energ¨¦tica de referencia por antonomasia. Una empresa determinante en la gesti¨®n de la seguridad p¨²blica de Espa?a en materia de abastecimiento energ¨¦tico que es competencia del Estado espa?ol por prescripci¨®n de la misma norma comunitaria que invoca la comisaria: art¨ªculo 21, punto 4, segundo p¨¢rrafo del Reglamento (CE) 139/2004, del Consejo, de 20 de enero de 2004, de Control Concentraciones.
Y la electricidad tampoco es cualquier cosa. Es el centro de la energ¨ªa. Com¨²n denominador de todas las energ¨ªas primarias. Un vector esencial para el desarrollo que convierte la producci¨®n de electricidad y su suministro en un bien y en un servicio esencial para la sociedad y para los individuos.
Por estas razones, las preocupaciones existentes sobre la irrupci¨®n de E.ON en el sector energ¨¦tico espa?ol se asientan precisamente sobre los mismos argumentos que Kroes utiliza pero en direcci¨®n contraria. La OPA de E.ON sobre Endesa implica la seguridad p¨²blica del abastecimiento energ¨¦tico espa?ol, afecta negativamente al mercado europeo e infringe la libre circulaci¨®n de capitales. Aunque la conclusi¨®n es finalmente sencilla, s¨®lo resulta evidente cuando el asunto se somete a un an¨¢lisis sosegado y prudente -no contaminado por prejuicios- conducente a la obtenci¨®n de conclusiones jur¨ªdicamente robustas y no d¨¦bilmente improvisadas.
Sobre la mesa fueron puestas conclusiones fundamentadas al respecto, pero la simpleza en el modo de repentizar las soluciones a los problemas complejos impidi¨® ver lo evidente: la mirada estaba puesta en otros sitios, en los sitios donde se dilucidan los juegos del poder y de las influencias.
E.ON tiene limitada su presencia en el mercado de capitales por el Gobierno alem¨¢n. La condici¨®n gubernamental que le fue impuesta para anular la prohibici¨®n por la autoridad de la competencia alemana de su fusi¨®n con Ruhrgas, somete la venta del capital de E.ON a autorizaci¨®n previa administrativa, y tambi¨¦n la venta de sus filiales o activos de gas. La libertad de E.ON para circular por los recovecos del mercado de capitales se encuentra limitada. Sobre esto no cabe duda. Est¨¢ escrito con fuerza legal. Por ello, resulta casi una provocaci¨®n leer c¨®mo la Comisi¨®n Europea invoca la libertad de circulaci¨®n de capitales en la UE para autorizar la OPA y declarar ilegales las asumibles condiciones de la CNE. Es una proclamaci¨®n p¨²blica de la existencia de un fuerte lobby alem¨¢n en el seno de la Comisi¨®n o es pura hipocres¨ªa.
La libertad de circulaci¨®n de capitales es para este caso un argumento carente de fuerza que se desmiente a s¨ª mismo. ?De qu¨¦ libertad de circulaci¨®n de capitales puede hablarse cuando la propia actora est¨¢ apartada de esa circulaci¨®n y apartada no por cualquier cosa sino -y precisamente- bajo la invocaci¨®n de la seguridad p¨²blica de la Republica Federal Alemana?
Sin el argumento de la seguridad p¨²blica invocada por el Gobierno alem¨¢n, E.ON nunca hubiera podido haber adquirido Ruhrgas ni tampoco podr¨ªa seguir manteni¨¦ndola sin las limitaciones que le han sido impuestas a su presencia en el mercado de capitales. Por esta raz¨®n, la presencia en Espa?a de E.ON superponi¨¦ndose sobre Endesa, generar¨¢, o generar¨ªa, un conflicto de competencias y de intereses entre Espa?a y Alemania ambas competentes en la gesti¨®n de su propia seguridad p¨²blica. Este argumento hubiera elevado el nivel intelectual y jur¨ªdico de la controversia, hubiera puesto las cosas donde debieran -en la corte de justicia de Luxemburgo- y hubiera moderado -seguramente- el desenfreno de las cotizaciones burs¨¢tiles al no quedar abierta la veda a las tomas de control. Un desenfreno que est¨¢ abriendo una segunda derivada a la que deber¨ªa prest¨¢rsele m¨¢s atenci¨®n: la irremediable conversi¨®n de la econom¨ªa financiera especulativa en econom¨ªa real.
Las condiciones de la CNE fueron muy moderadas. A ¨²ltima hora interpret¨® en m¨ªnimos y al pie de la letra el imperfecto real decreto ley que le impuso la obligaci¨®n de autorizar o denegar la OPA de E.ON. La CNE podr¨ªa haber planteado la cuesti¨®n en su aut¨¦ntica dimensi¨®n jur¨ªdica. No lo hizo. Ahora el debate es superficial y mediocre y rueda por los mentideros p¨²blicos como una cr¨®nica de poder y de influencias.
Kroes tiene raz¨®n al considerar que el nacionalismo econ¨®mico es algo obsoleto, pero yerra el tiro: ese nacionalismo reside en Alemania y est¨¢ en el origen de lo que aqu¨ª nos ocupa. S¨®lo basta leer dos frases de la justificaci¨®n del Gobierno alem¨¢n para apartar a E.ON del mercado de capitales: "... Alemania necesita un actor nacional asentado en el sector energ¨¦tico, capaz de mantener su competitividad en la arena global... la conjunci¨®n de ambos negocios (E.ON + Ruhrgas) convertir¨¢ la compa?¨ªa en un competidor internacional sostenible a largo plazo...".
La comisaria Kroes tambi¨¦n anda descaminada, desorientada por su completo desconocimiento de estos asuntos de la electricidad, en demandar campeones europeos. En la electricidad esos campeones s¨®lo podr¨¢n alcanzar a ser poco m¨¢s de tres para 300 millones de europeos. Es decir, monopolios plenos de poder de mercado, ?no era Kroes la comisaria europea de la competencia?
Espa?a, sin embargo, podr¨ªa estar reACCIONAndo adecuadamente. ?Ojal¨¢ no me equivoque! Pero ?hasta d¨®nde puede llegar a hacerlo?
Las cotizaciones en Bolsa de las empresas el¨¦ctricas son el resultado de una carrera desatada desde la reciente y activa permisividad del Estado espa?ol ante la agresividad de E.ON y de Kroes. La pura especulaci¨®n financiera, lamentablemente, se convertir¨¢ en econom¨ªa real. ?Son conscientes de esto los altos cargos del Ministerio de Econom¨ªa? Ahora E.ON ofrece 35 euros. Es lo que pide el actual presidente de Endesa para sus accionistas. Y quienes paguen esos precios, ?qu¨¦ esperan de su inversi¨®n? Las empresas s¨®lo valen lo que valen sus ingresos. ?Tiene suficiente fuerza el regulador espa?ol para soportar el divorcio que se est¨¢ consumando entre el valor de las empresas y sus ingresos?
No estamos, desde luego, ante buenas noticias para los ciudadanos. Algunos esperan una reconducci¨®n del proceso desde la racionalidad econ¨®mica de los actores en presencia. Seamos optimistas y que as¨ª sea.
Jorge Fabra Utray es economista y doctor en Derecho y actualmente es consejero de la CNE.
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