Tormenta sobre la Casa Blanca
Un libro de Bob Woodward, uno de los reporteros del 'caso Watergate', sostiene que Bush ignor¨® las advertencias sobre Irak
State of Denial -Negar la evidencia, ser¨ªa la traducci¨®n- no pod¨ªa haber aparecido en un momento m¨¢s delicado para la Casa Blanca ni mejor para los dem¨®cratas, que esperan grandes avances en las elecciones legislativas de dentro de cinco semanas. A lo largo de sus 537 p¨¢ginas, el ¨²ltimo libro del periodista Bob Woodward, que hoy sale a la venta con una tirada inicial de 750.000 ejemplares, muestra un panorama en el que el presidente George W. Bush selecciona los mensajes sobre Irak que le apunta un entorno dividido, e ignora los que son negativos; y en el que el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, est¨¢ al margen del d¨ªa a d¨ªa de la posguerra y tan enfrentado a Condoleezza Rice, consejera de Seguridad, que no le devuelve las llamadas de tel¨¦fono hasta que no le obliga Bush.
Adem¨¢s del presidente, el que sale peor parado es Rumsfeld, jefe del Pent¨¢gono
Cuando el ¨²ltimo sondeo de la CNN indica que el 61% cree que la guerra no va bien, State of Denial refuerza la percepci¨®n de incompetencia de Bush y de su equipo; y cuando el objetivo de Karl Rove y de la maquinaria republicana es que se hable lo menos posible de Irak, el debate abierto por la publicaci¨®n -con un tremendo aparato publicitario- pone a la defensiva a la Casa Blanca, la peor posici¨®n en unas elecciones plagadas de elementos que exponen su vulnerabilidad.
Woodward, el reportero que, con Carl Bernstein, desvel¨® la trama de Watergate, no ha tenido acceso ni a Bush ni al vicepresidente Cheney para escribir este tercer libro sobre la Casa Blanca (los dos anteriores, La Guerra de Bush y Plan de Ataque, recibieron cr¨ªticas porque Bush quedaba demasiado bien), pero s¨ª a otros altos cargos. El ex secretario de Estado, Colin Powell, y el ex director de la CIA, George Tenet -ambos con una larga lista de agravios- est¨¢n entre las principales fuentes.
Adem¨¢s de Bush, el que peor parado sale es Rumsfeld -"ya no tiene ninguna credibilidad", se pone en boca de John Abizaid, responsable del Mando Central- y por eso el asesor presidencial, Dan Bartlett, sali¨® ayer en su defensa: El presidente "conf¨ªa plenamente en ¨¦l", dijo en la cadena de televisi¨®n ABC. La Casa Blanca afirma que hay "cinco mitos" en el libro: Bush no se enga?aba sobre la violencia en el Irak de la posguerra y lo admiti¨® en varios discursos (se se?alan cuatro); el Gobierno no desoy¨® la petici¨®n de Paul Bremer de enviar m¨¢s tropas; Rice no desestim¨® las advertencias de la CIA sobre Al Qaeda antes del 11-S; Abizaid nunca puso en duda la credibilidad de Rumsfeld, y ni Card ni Laura Bush pidieron nunca su sustituci¨®n.
Es igual; a la defensiva no se gana ninguna batalla. Los dem¨®cratas organizaron el viernes una conferencia de prensa para comentar el libro, que no conoc¨ªan y que a¨²n no se hab¨ªa puesto a la venta, porque supieron desde el primer minuto que su contenido -y el momento de la publicaci¨®n- asesta un fuerte golpe a Bush, en una dif¨ªcil cuesta arriba de recuperaci¨®n de popularidad y que tiene que emplearse a fondo para justificar el despliegue en Irak.
"No nos iremos ni aunque Laura y Barney [el terrier escoc¨¦s del presidente] sean los ¨²nicos que me apoyen", dice Woodward que ha llegado a decir Bush. Lo haya dicho o no, es una frase tiene todas las posibilidades de calar en la percepci¨®n popular; en definitiva, se trata de un concurso de credibilidad entre Woodward y Bush. Y el presidente, en estos momentos, probablemente pierde ese concurso.
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