El caso de dos ni?os que consum¨ªan coca¨ªna salpica al director del colegio

Un juez ha ordenado investigar por "obstrucci¨®n a la justicia" la actitud de dos profesores de un colegio de Madrid -el director y el jefe de estudios- en relaci¨®n con el caso de dos alumnos de este centro, de tres y siete a?os, que eran objeto de maltrato en el ¨¢mbito familiar e incluso tomaban drogas. "Si dices algo [a la polic¨ªa] de los ni?os, no te renuevo el contrato". ?sta es una de las advertencias que solt¨® el director del colegio -cuyas iniciales son F. I. I.- a una profesora de su centro por desvelar la situaci¨®n de maltrato que padec¨ªan ambos alumnos, seg¨²n las pesquisas judiciales.

El alumno de tres a?os acudi¨® una vez al colegio con quemaduras de cigarrillo en cuello y espalda que supuestamente le hizo un t¨ªo suyo porque soplaba a las papelinas de coca¨ªna.

En vista de las presiones para que no denunciase la situaci¨®n de los menores, la profesora grab¨® en su tel¨¦fono m¨®vil las conversaciones con el director y el jefe de estudios. Lo hizo porque tem¨ªa ser represaliada al no seguir las instrucciones -el mutismo- dadas por ambos respecto a los ni?os, que son hermanos.

El juez Eloy Mart¨ªnez, del Juzgado 24 de Madrid, ha ordenado que se deduzca testimonio contra ambos directivos del colegio. F. I. I. no s¨®lo amenaz¨® supuestamente a la profesora. Seg¨²n los polic¨ªas que acudieron el pasado 9 de junio al centro para llevarse y tutelar a los ni?os (el de 3 a?os hab¨ªa estado tres d¨ªas antes hospitalizado por consumo de coca¨ªna), la actitud del director fue obstruccionista. Incluso se neg¨® a que los agentes se llevaran a los ni?os del centro. "Sin una orden judicial o autorizaci¨®n de los padres, no salen de aqu¨ª", espet¨® F. I. I. a los polic¨ªas. "Tengo m¨¢s miedo a una denuncia de los padres que al comisario", solt¨® el director, al tiempo que sal¨ªa al pasillo del colegio, donde hab¨ªa varios profesores reunidos. Y carg¨® contra ellos: "?Pero bueno!, ?de d¨®nde ha salido esto? No habr¨¢ salido esto de aqu¨ª, ?no?", grit¨® a sus colegas, seg¨²n las pesquisas.

"Nada se puede hacer"

La profesora hab¨ªa comunicado varias veces al director y al jefe de estudios la situaci¨®n de los ni?os, pero ¨¦stos, seg¨²n la profesora, hicieron caso omiso. La primera vez que se lo cont¨® al director, ¨¦ste le dijo: "No se puede hacer nada, ni vosotros [los profesores] tampoco pod¨¦is hacer nada".

La gota que colm¨® la paciencia de esta profesora fue lo ocurrido el 6 de junio pasado. El ni?o de tres a?os no acudi¨® al colegio porque hab¨ªa estado toda la noche en el Hospital 12 de octubre. La noche anterior estaba sentado en una silla y, de pronto, cay¨® al suelo y estuvo inconsciente 10 minutos. Esa tarde, a la madre le extra?¨® el aspecto "adormilado" y los temblores en un brazo que ten¨ªa su hijo. Tras caer al suelo desplomado, la madre lo llev¨® al hospital.

En las urgencias, los m¨¦dicos preguntaron a la madre si el ni?o hab¨ªa tomado alg¨²n t¨®xico o estaba en contacto con drogas. La madre lo neg¨® taxativamente. Pero los m¨¦dicos le hicieron a continuaci¨®n un an¨¢lisis de orina y el resultado fue demoledor: con s¨®lo tres a?os de edad, dio positivo a la coca¨ªna. La madre admiti¨® luego ante los m¨¦dicos que ten¨ªa hermanos drogadictos. El hermano mayor del ni?o de 3 a?os confesar¨ªa despu¨¦s al juez lo sucedido: "No me dio tiempo...", cont¨® el chaval. "Vi a mi hermano meter el dedo en la bolsita y luego se lo lami¨®". Se refer¨ªa una bolsa que supuestamente su t¨ªo hab¨ªa dejado abierta en una mesa. Se trata de una familia marginal, donde viven la madre, la abuela y tres t¨ªos de los ni?os. El chico a?adi¨® que uno de sus t¨ªos le pegaba a su hermanito cuando soplaba "en las bolsitas". "Mi hermano sopl¨® una vez y mi t¨ªo le apret¨® un cigarro en la espalda, y a m¨ª me retorci¨® la mu?eca y me pis¨® la cabeza porque le dije que se lo iba a decir a mi madre", a?adi¨®. Este relato llev¨® al juez a decidir el ingreso en prisi¨®n de la madre y del t¨ªo. Ambos se hallan ahora en libertad provisional.

"Heridas mal curadas"

Cuando la profesora de los ni?os -que llevaba semanas vi¨¦ndoles llegar al colegio con heridas y quemaduras y que hab¨ªa alertado de ello, y sin ¨¦xito, al director- supo lo de la coca¨ªna, decidi¨® comunicarlo a la polic¨ªa. Ya no pod¨ªa dejarlo pasar m¨¢s. A sus o¨ªdos hab¨ªan llegado m¨¢s de una vez los descriptivos relatos, hechos por el hermano mayor a sus compa?eros de colegio, sobre la abundante droga que se mov¨ªa en casa y las andanzas de sus t¨ªos. El colegio es concertado y est¨¢ en el barrio de Villaverde.

Seg¨²n las diligencias judiciales, el jefe de estudios tampoco hizo nada cuando fue informado de la situaci¨®n de los ni?os. Es m¨¢s, apoy¨® la tesis del director y tambi¨¦n telefone¨® a la profesora, a la que inst¨® a que retirase la denuncia y dijera que ella no "sab¨ªa nada de drogas ni de maltrato, y que los ni?os iban puntuales y aseados a la escuela".

La profesora, sin embargo, declar¨® a la polic¨ªa todo lo contrario: es decir, que los ni?os presentaban signos de maltrato y uno de ellos, el menor, hab¨ªa acudido con golpes y quemaduras de cigarrillo en cuello y espaldas, y que las heridas, "mal curadas, incluso ol¨ªan". Otra profesora del centro tambi¨¦n defendi¨® la versi¨®n de su compa?era.