Los m¨¢s peque?os van a la Universidad

Los profesores y trabajadores de la Universidad sevillana Pablo de Olavide ya tienen donde dejar a sus ni?os peque?os, al menos, hasta los tres a?os. Un edificio situado a la entrada del campus denota por su colorido y sus dibujos que all¨ª no se impartir¨¢n clases como en el resto de pabellones. Se trata de una guarder¨ªa y, como tal, sus tonos son llamativos y sus aulas est¨¢n preparadas para el juego, algo muy distinto a lo que los universitarios ven a diario en sus clases.

La UPO, que se encuentra a la salida de Sevilla, en direcci¨®n sureste, no tiene jardines de infancia cerca de su campus, como ocurre en otras universidades ubicadas en el centro de las ciudades. Por esta raz¨®n, la Consejer¨ªa para la Igualdad y Bienestar Social aprob¨® su construcci¨®n e invirti¨® 316.833 euros para levantar el edificio y equiparlo. "La Administraci¨®n se ha portado para quitarse el sombrero", afirma la responsable de la unidad de Promoci¨®n Social de la UPO, Teresa Moreno, quien inici¨® los tr¨¢mites para solicitar y conseguir la guarder¨ªa. "Envi¨¦ correos electr¨®nicos y vi que le ven¨ªa bien a todos los profesores y trabajadores del centro que ten¨ªan hijos", explica Moreno, quien present¨® el proyecto de la UPO al concurso de la Administraci¨®n. "En el proyecto participaron pedagogos y padres", aclara.

La guarder¨ªa tiene capacidad para acoger a 41 ni?os hasta los tres a?os, hijos de los miembros de la comunidad universitaria, tanto profesores, personal de administraci¨®n y servicios, como estudiantes, as¨ª como de vecinos del entorno. A pesar de ello, para este curso a¨²n quedan 15 plazas libres en este centro infantil que, al estar subvencionado, cuesta a los padres como m¨¢ximo 257 euros al mes; aunque existen bonificaciones y reducciones seg¨²n la renta e, incluso, situaciones por las que los progenitores no tienen que pagar nada: es el caso, por ejemplo, de las familias monoparentales.

En esta guarder¨ªa, en la que trabajan tres educadores permanentes, otro de apoyo y una cocinera, los ni?os desayunan, almuerzan y hasta duermen la siesta, pues el horario de apertura es de 7.00 a 17.00. Hay tres tipos de men¨² en funci¨®n de la edad y reg¨ªmenes especiales. "Hay una ni?a intolerante a la lactosa y el huevo para la que elaboramos una dieta especial", explica Emilia G¨®mez, la directora de esta guarder¨ªa y coordinadora de otros centros pertenecientes a la misma empresa contratada para la organizaci¨®n de ¨¦ste, Assistel.

La metodolog¨ªa de trabajo se centra en el juego. "Actividades de manipulaci¨®n de objetos, estimulaci¨®n sensorial o relajaci¨®n, seg¨²n la edad", dice G¨®mez.

En esta guarder¨ªa no se han instalado c¨¢maras web para que los familiares puedan ver c¨®mo est¨¢n sus hijos desde el ordenador. "Hay algunos que lo han demandado. Por nuestra parte, no hay objeci¨®n, aunque en la cara de los ni?os, al entrar y salir de clase, se ve si se les trata bien o no", afirma con una sonrisa Esther Velo, responsable de los Servicios Generales de Assistel. Adem¨¢s, las profesoras trabajan en la detecci¨®n de necesidades especiales en los ni?os. "Si detectamos alg¨²n caso en el que se requiera educaci¨®n especial, se asesora a la familia y se ofrece la posibilidad de practicar la estimulaci¨®n precoz para trabajar la parte en la que el peque?o tenga una deficiencia", a?ade Velo.

Cuando la guarder¨ªa se llene y eche a andar, las responsables tienen previsto sacar adelante proyectos en los que podr¨ªan participar ni?os de hasta seis a?os. Proyectos como la creaci¨®n de una ludoteca abierta por las tardes, la apertura en periodo vacacional o actividades enfocadas a los padres para aconsejarles sobre conductas o alimentaci¨®n.