Una televisi¨®n invisible

En algunas avenidas de La Habana hasta hace poco hubo vallas de propaganda que dec¨ªan: "No s¨¦ TV" (pron¨²nciese Nosetev¨¦) . Era la respuesta oficial cubana a la anticastrista TV Mart¨ª, creada y financiada por el Gobierno de EE UU con el objetivo declarado de "fomentar la democracia en Cuba". Tras 20 a?os y 100 millones de d¨®lares invertidos en tal prop¨®sito, que las autoridades de la isla consideran sencillamente subversi¨®n, los poqu¨ªsimos cubanos que han visto alguna vez la se?al de marras no pasan de describir una especie de llovizna amorfa y sin voz en la pantalla. "Eso es lo que hay: o alguien en Miami se est¨¢ haciendo rico, o son bastante bobos", asegura Jes¨²s Vald¨¦s, habanero de a pie y sin militancia pol¨ªtica que hace su resumen de lo que piensa la calle.

"Est¨¢n gastando sumas millonarias para conseguir el resultado de siempre", se?ala Ra¨²l Castro

Pese a los fondos millonarios, desde que TV Mart¨ª arranc¨® el Gobierno cubano la ha interferido con ¨¦xito; raramente, por no decir nunca, la se?al es n¨ªtida. La tecnolog¨ªa estadounidense no ha podido de momento con los ingenieros de la revoluci¨®n, y eso que en su af¨¢n democr¨¢tico Washington hasta lo ha intentado con un globo aerost¨¢tico anclado en Cayo Cudjoe, en Florida.

El dirigible ten¨ªa el nombre de Fat Albert (Alberto el Gordo), y hace algunos a?os, al azotar la regi¨®n el hurac¨¢n Georges, Alberto el Gordo desapareci¨® en la estratosfera sin que nadie se percatara de su p¨¦rdida hasta d¨ªas despu¨¦s. En aquel momento, hasta el ex dirigente de la organizaci¨®n del exilio Fundaci¨®n Nacional Cubano-Americana, Joe Garc¨ªa, admiti¨® que "si se destroza un dirigible de TV Mart¨ª y nadie se da cuenta en semanas, ello habla de su nulo impacto".

Tras la desaparici¨®n del globo, durante un tiempo TV Mart¨ª trat¨® de transmitir su verdad a la isla desde un avi¨®n militar C-130 de la Fuerza A¨¦rea estadounidense que volaba a gran altura sobre territorio estadounidense, pero nada. En eso estall¨® la guerra de Irak y el avi¨®n hizo falta, por lo que en 2004 Washington aprob¨® 10 millones de d¨®lares para la adquisici¨®n de otro avi¨®n militar, dentro de una partida de 38 millones destinada a financiar Radio y TV Mart¨ª. Pero tampoco: el resultado fue m¨¢s neblina en televisi¨®n.

El pasado 10 de julio, d¨ªas antes de informar Fidel Castro al mundo de su grave intervenci¨®n quir¨²rgica y de delegar funciones en un equipo de siete personas, el Gobierno de Bush dio a conocer un nuevo paquete de medidas para recrudecer el embargo econ¨®mico. Entre ellas, concedi¨® 80 millones de d¨®lares para apoyar a los grupos de la disidencia y el exilio, e incrementar la propaganda contra el r¨¦gimen cubano. Veinticuatro de esos millones fueron para TV Mart¨ª.

Con la enfermedad de Castro todo se aceler¨®. En una reciente entrevista, el jefe del Ej¨¦rcito y presidente en funciones de Cuba, Ra¨²l Castro, denunci¨® que desde el 5 de agosto, apenas una semana despu¨¦s de ser operado su hermano, el Gobierno de EE UU comenz¨® a utilizar el nuevo avi¨®n y que incluso ¨¦ste lleg¨® a transmitir desde aguas internacionales, lo que Washington niega, y violar¨ªa los acuerdos de la Uni¨®n Internacional de Telecomunicaciones.

Cubanos consultados por este diario en La Habana y en otras ciudades del interior aseguran que, hasta el momento, sombras nada m¨¢s. O en palabras de Ra¨²l Castro: "Est¨¢n gastando sumas millonarias del contribuyente norteamericano para lograr el mismo resultado de siempre: una televisi¨®n que no se ve".