Iverson llena el Sant Jordi

Allen Iverson tiene una mirada perdida y curiosa, casi inocente. Sus ojos, peque?os, fijan el objetivo y, entonces, se detienen unos instantes. ?Analizan lo que tienen delante o, simplemente, se abstraen tras decidir que lo visto no les despierta mayor inter¨¦s?

Dif¨ªcil de saber. Imposible de dilucidar si ese tipo que apenas supera el 1,80 y viste su cuerpo totalmente tatuado con ropa tres tallas m¨¢s grande siente curiosidad por algo m¨¢s que por el enorme reloj de diamantes que luce en su mu?eca. Estrella de los Filadelfia 76rs, icono de la NBA, Iverson, tambi¨¦n conocido como The Answer (la respuesta), recibe el saludo de Juan Carlos Navarro y se lo mira. Le planta sus ojos un instante y contin¨²a con lo que estaba haciendo. ?Sabr¨¢ que un campe¨®n del mundo le acaba de saludar? Probablemente no.

Iverson, Webber, Iguodala, incluso su t¨¦cnico Mo Cheeks, viven en su mundo, un orbe cuyas fronteras no van mucho m¨¢s all¨¢ de Estados Unidos y la NBA. Aterrizaron el pasado domingo en Barcelona para disputar hoy (21.00, Cuatro, que emitir¨¢ esta temprada un encuentro semanal en directo de la NBA), ante el Winterthur Barcelona, uno de los 10 partidos del NBA Europe Live Tour que ser¨¢n retransmitidos en directo por Canal+ Deporte 2 hasta el pr¨®ximo 11 octubre, y, dos d¨ªas despu¨¦s de su llegada, Iverson ni siquiera recordaba que era la segunda vez que visitaba la capital catalana. "No s¨¦ nada de Barcelona ni del Bar?a", dijo con absoluta normalidad, despu¨¦s de elaborar un peque?o discurso sobre la bondad de conocer otros lugares y nuevas culturas.

Horas m¨¢s tarde, repiti¨® la escena con Thierry Henry. Admirador de Iverson como Ronaldinho, el delantero del Arsenal, que el lunes se hallaba en Barcelona rodando un anuncio, se acerc¨® al Sant Jordi para saludarlo personalmente y se encontr¨® con que The Answer ni siquiera le conoc¨ªa. "No creo que Iverson conozca a Henry", dijo un responsable de la NBA a pie de pista. "De hecho, no creo que Iverson sepa que est¨¢ en Europa", a?adi¨®, cargado de iron¨ªa. Pero Iverson, a diferencia de lo que habr¨ªa hecho hace unos a?os, trat¨® a Henry con absoluta profesionalidad. Intercambi¨® risas e impresiones y, al d¨ªa siguiente, dijo ante los medios: "No conoc¨ªa a Henry, pero s¨¦ que, en 2001, asisti¨® a uno de mis mejores partidos frente a los Lakers. Me ha contado cosas, historias de c¨®mo es jugar al f¨²tbol, de lo duro que es, y ahora espero tener la oportunidad de ver alg¨²n partido. A Ronaldinho s¨ª le he visto y s¨¦ que es un gran jugador".

La an¨¦cdota ilustra la evidente transformaci¨®n de este jugador, que aterriz¨® en la NBA en 1996 y que ha necesitado de una d¨¦cada para convertirse en uno de los grandes referentes de la liga norteamericana. Hoy, s¨®lo Dwyane Wade vende m¨¢s camisetas que ¨¦l. Las marcas comerciales le persiguen y hasta David Stern, comisionado de la NBA, le cita como un ejemplo de madurez. Con 31 a?os, Iverson ha logrado dejar atr¨¢s la imagen de jugador rebelde y conflictivo con la que lleg¨® desde Virginia. Cuatro veces m¨¢ximo anotador de la NBA, el nuevo AI (Allen Iverson) concentrar¨¢ todas las miradas de un Sant Jordi que lucir¨¢ lleno. The Answer tiene tanto tir¨®n que las 15.000 entradas se vendieron en un santiam¨¦n. "Me sorprende que incluso aqu¨ª me siga tanta gente", dice, como si le viniera de nuevo.