Madrid, a prueba de diluvios

Mide casi 300 metros de largo por 140 de ancho y 22 de profundidad. Es un gigantesco dep¨®sito rectangular bajo el Club de Campo de Madrid (Moncloa) y, si llegara el diluvio universal y la red de alcantarillado de la ciudad se desbordara, tendr¨ªa capacidad, por s¨ª solo, para contener 400.000 metros c¨²bicos de agua: ocho veces el estanque del Retiro.

Pero no estar¨¢ solo. El estanque de tormentas de Arroyofresno -el mayor del mundo junto al nuevo de Butarque, seg¨²n la Concejal¨ªa de Medio Ambiente-, es parte de un plan del Ayuntamiento para renovar toda la red de saneamiento junto al r¨ªo Manzanares, que incluye otros 27 estanques (bastante m¨¢s peque?os) y 34 nuevos kil¨®metros de colectores de aguas sucias. Todo debe estar terminado antes de mayo de 2008 y costar¨¢ 500 millones.

Cada vez que llueve, el r¨ªo sufre los vertidos de los colectores, seg¨²n Medio Ambiente

El alcalde, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, y la concejal de Medio Ambiente, Paz Gonz¨¢lez, visitaron ayer el dep¨®sito de Arroyofresno y afirmaron que es el proyecto m¨¢s ambicioso que ha afrontado Madrid desde el punto de vista medioambiental. "Esta obra era imprescindible para proteger el r¨ªo", dijo Gallard¨®n. "Quedar¨¢ para las generaciones venideras, har¨¢ del Manzanares un r¨ªo con may¨²sculas", a?adi¨® Gonz¨¢lez.

El estanque de Arroyofresno casi dobla en capacidad a "uno que hay en Jap¨®n para contener posibles tsunamis", explica Pedro Catalinas, director general de Aguas. Y Madrid, aparentemente, no teme la llegada de un tsunami. De hecho, la capital se pasa meses sin que caiga una gota de lluvia. Los t¨¦cnicos municipales, sin embargo, sostienen que las cifras desmienten las apariencias.

"Antes de abordar este proyecto hicimos un estudio pluviom¨¦trico de los ¨²ltimos 59 inviernos en la capital. Con los registros que obtuvimos, calculamos que ese estanque podr¨ªa haberse llenado una o dos veces al a?o por eventuales trombas de agua en la zona. Y el cambio clim¨¢tico nos lleva a un clima m¨¢s tropical, con largos periodos de sequ¨ªa combinados con riadas", dice Catalinas. Y agrega: "Es verdad que otras ciudades como Par¨ªs o Budapest, con r¨ªos de mucho mayor caudal, no tienen estanques como ¨¦ste. Pero es que las cuencas fluviales de cada ciudad son diferentes: en Madrid la cuenca est¨¢ muy concentrada en torno al Manzanares, y eso hace m¨¢s f¨¢ciles los vertidos".

Porque la funci¨®n principal del dep¨®sito subterr¨¢neo no es estar listo para el diluvio, sino que los colectores dejen de verter al r¨ªo. "Y eso sucede ahora cada vez que llueve", asegura Catalinas.

Los dos grandes colectores que discurren a ambos m¨¢rgenes del r¨ªo recogen la mayor parte del agua sucia de Madrid, procedente de inodoros, grifos, duchas y todo tipo de desag¨¹es. La funci¨®n de los colectores es distribuir el agua por cinco de las siete depuradoras de la ciudad, pero a veces no toda llega a su destino. "Algunos de esos tubos tienen m¨¢s de un siglo. Est¨¢n tan viejos y son tan peque?os que, el d¨ªa que llueve, no pueden contener todo el agua, y el sobrante sale por los aliviaderos y se vierte al cauce del r¨ªo", advierte el director de Aguas. El Manzanares se convierte entonces en "un caudal de aguas turbias", como ayer lo defini¨® la concejal de Medio Ambiente.

A partir de 2008 el vertido no ir¨¢ al r¨ªo, sino a los estanques de tormentas construidos a ambos lados del cauce, bajo tierra. Desde all¨ª, las "aguas negras" -como las llaman eufem¨ªsticamente los t¨¦cnicos- ser¨¢n derivadas a las depuradoras o, de nuevo, a la red de colectores menores.

Al estanque de Arroyofresno, el mayor de todos, verter¨¢n las aguas del colector de tres kil¨®metros que una tuneladora comenz¨® a construir ayer bajo el Club de Campo (un proyecto conjunto que cuesta 90 millones). Tambi¨¦n los dos colectores principales paralelos al r¨ªo ser¨¢n ampliados.

Para construir el enorme dep¨®sito ha sido necesario desmantelar una pista de golf del Club de Campo -formado por Ayuntamiento, Patrimonio del Estado y Real Sociedad H¨ªpica-, que volver¨¢ a colocarse cuando acaben las obras. Entre la superficie y el estanque queda una planta subterr¨¢nea con 816 plazas de aparcamiento que ser¨¢ de uso exclusivo de los socios. "El club ha cedido el terreno, ten¨ªa derecho a una indemnizaci¨®n", alega Paz Gonz¨¢lez.