Antonio Jos¨¦ Betancor, director de cine
Dirigi¨® 'Valentina', 'Cr¨®nica del alba' y 'Marar¨ªa'
Antonio Jos¨¦ Betancor muri¨® el pasado martes 3 de octubre, poco antes de cumplir los 63 a?os; el 7 de octubre -era Libra con todas las consecuencias- iba a ser su cumplea?os. Era un vitalista interior, un artista, capaz de cambiar sus horarios por captar una luz, un rostro. Y su obsesi¨®n era la c¨¢mara. Desde chico.
El mi¨¦rcoles, cuando le velaban sus ocho hermanos -y ¨¦l era el menor-, de una familia grancanaria ligada de siempre a la agricultura y a las artes, su hermana Josefina, que fue editora, le recordaba de adolescente ara?ando ahorros de su paga. "Esto ser¨¢ para la c¨¢mara".
Su ¨²ltima pel¨ªcula fue Marar¨ªa (1999), basada en una novela del tinerfe?o Rafael Arozarena. La film¨® en Lanzarote, donde sucede este relato tel¨²rico y de misterio. Ahora ense?aba cine.
Acaso la historia de Marar¨ªa, su filmaci¨®n y sus resultados, indican bien c¨®mo era Antonio Jos¨¦ Betancor. La idea de hacerla le vino de su paisano Andr¨¦s Santana, productor; localiz¨® obsesivamente, en una tierra que a fuerza de ser bella es cada vez m¨¢s secreta, m¨¢s interior, como la historia del propio Arozarena.
Convoc¨® un casting de j¨®venes que pod¨ªan hacer el papel de Marar¨ªa, y todas le inspiraron menos que una mujer que hab¨ªa al borde de una carretera de Lanzarote, precisamente. Era Goya Toledo, modelo entonces. ?l la hizo actriz, y en esa pel¨ªcula luce como a ¨¦l le gustaba que lucieran sus modelos: como si acabaran de salir de un sue?o.
Adem¨¢s de Marar¨ªa, Antonio Jos¨¦ Betancor dirigi¨® Sentados al borde de la ma?ana con los pies colgando (1978), Valentina (1982) y Cr¨®nica del alba (1983). Estudi¨® cine, en Madrid y en la Universidad del Sur de California.
Trabaj¨® como ayudante de Mario Camus, y tuvo a su lado al c¨¢mara Juan Antonio Ruiz Anch¨ªa, con quien estudi¨® en California, y a quien recurri¨® para que filmara con ¨¦l la pel¨ªcula Marar¨ªa. Su vocaci¨®n por el cine le llev¨® a tirar por la borda sus estudios de Derecho.
Uno de sus grandes amigos fue Manuel Padorno, su cu?ado, el marido de Josefina, muerto en 2000. Padorno, poeta, editor, apasionado de la luz de las islas, fue su colega, su compinche y tambi¨¦n su sparring. Juntos buscaron modos distintos de vivir una vida plena, art¨ªstica; ¨¦sa fue, para ambos, la obsesi¨®n de dos perfeccionistas, y cuando desped¨ªan ayer a Antonio Jos¨¦ Betancor ¨¦sa era la memoria que de manera m¨¢s patente dej¨® en sus deudos. La del hombre que so?¨® con una c¨¢mara y vio la vida a trav¨¦s del cine y del arte.
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