El besamanos electoral

El art¨ªculo 16 de la Constituci¨®n espa?ola establece la aconfesionalidad del Estado y, hasta ahora, todos los partidos se hab¨ªan esforzado por mantener a la Iglesia fuera de las campa?as electorales. Pero esto se acab¨®. A tres semanas de la cita con las urnas, los principales candidatos protagonizan, en p¨²blico y en privado, un besamanos electoral con abades, obispos y arzobispos.

El arzobispo de Barcelona, Llu¨ªs Mart¨ªnez Sistach, recibe hoy en el palacio episcopal a Jos¨¦ Montilla, el candidato socialista. Ayer, pas¨® por su despacho el de CiU, Artur Mas, que le expuso el programa de la coalici¨®n nacionalista en materia social. El lunes, Josep Piqu¨¦, que encabeza la candidatura del PP, se entrevist¨® con el arzobispo de Tarragona, Jaume Pujol.

Esta procesi¨®n de los candidatos ante lo obispos es un hecho ins¨®lito en la ya bastante dilatada historia de las elecciones en Catalu?a. Las oficinas electorales de Esquerra Republicana e Iniciativa Verds-Esquerra Unida aseguraron ayer que sus respectivos candidatos no van a entrar en esta carrera. Al rev¨¦s, critican el empe?o de Montilla, Mas y Piqu¨¦ en "meter a la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica en la campa?a electoral". Algo que, por lo dem¨¢s, consideran "in¨²til". Incluso los socialistas est¨¢n convencidos de que en Catalu?a "el voto cat¨®lico es plural", como record¨® un dirigente del PSC que se ocupa de las relaciones de su partido con la Iglesia.

A pesar de ello, la procesi¨®n se inici¨® hace bastantes semanas y desde luego es todo menos improvisada. Lo primero que hizo Montilla cuando dej¨® de ser ministro de Industria, el 22 de septiembre, fue reservar para la ma?ana siguiente un amplio hueco para visitar al abad de Montserrat, Josep Maria Soler. En julio, nada m¨¢s ser designado candidato por su partido, se hab¨ªa entrevistado con el abad de Poblet, Josep Alegre.

Mas, siguiendo la tradici¨®n pujolista, ha optado por la discreci¨®n en sus encuentros con la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica hasta que su rival del PSC se ha fotografiado con los abades. El convergente se ha entrevistado, en los dos ¨²ltimos meses, con los obispos de Urgell, Joan Enric Vives; Sant Feliu, Agust¨ª Cort¨¦s; Tarragona, Jaume Pujol, y Tortosa, Xavier Salinas. Ayer, con Mart¨ªnez Sistach hubo foto oficial y comunicado. Si los programas expuestos por los candidatos son contrapuestos, la nota del arzobispado de Barcelona contiene en cambio las mismas ideas que la difundida el lunes por el de Tarragona, aunque con matices que pueden hacer las delicias de los expertos en estas cosas. La nota de Barcelona, por ejemplo, incluye entre las preocupaciones de la Iglesia expresadas por Mart¨ªnez Sistach a Mas la correspondiente al "respeto a la vida". Pero no precisa, como s¨ª hizo la nota del arzobispado de Tarragona tras el encuentro con Piqu¨¦, que esa preocupaci¨®n por la vida es "desde que empieza hasta que termina". No en vano el arzobispo Pujol pertenece al Opus Dei.

Las dos notas coinciden tambi¨¦n en asegurar la neutralidad partidista de la Iglesia y su disposici¨®n a dialogar "con todos los representantes de los partidos y de las instituciones por encima de las diferentes opciones pol¨ªticas". Un lenguaje as¨¦ptico, alejado tanto de la identificaci¨®n con el Partido Popular de la que ha hecho gala una parte de la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica espa?ola como del respaldo a los democristianos, encuadrados en Catalu?a en Uni¨® Democr¨¤tica. Este criterio ser¨¢ el mantenido durante esta campa?a electoral y cualquier manifestaci¨®n se limitar¨¢ a aconsejar la participaci¨®n.

M¨¢s all¨¢ de comunicados oficiales, los encuentros sirven para restablecer unas relaciones entre pol¨ªticos e Iglesia que en los ¨²ltimos meses han sufrido m¨¢s de un sobresalto. Mas, por ejemplo, ha intentando apaciguar a los obispos por las declaraciones del ex presidente Jordi Pujol, que critic¨® a los obispos catalanes por no enfrentrarse al ala m¨¢s dura de la Conferencia Episcopal Espa?ola cuando intent¨® convertir la unidad de Espa?a en un bien "moral" que proteger por la Iglesia. Mas tambi¨¦n ha expresado su intenci¨®n de reabrir la oficina de la Generalitat en Roma.

Montilla, por su parte, se ha cuidado de recordar despu¨¦s de sus visitas a los abades que los socialistas defienden la separaci¨®n entre Iglesia y Estado y la laicidad de las instituciones. Pero su objetivo es tambi¨¦n tranquilizar a los obispos que pudieran estar inquietos por algunas actuaciones del extinto tripartito. Tanto Mas como Montilla persiguen, adem¨¢s, evitar un alineamiento de los obispos catalanes con el sector m¨¢s conservador de la Conferencia Episcopal.