Luz sobre la ¨²ltima sombra de la historia
Cuatro supervivientes espa?oles de Mauthausen celebran el rescate de su memoria 61 a?os despu¨¦s
Soportaron cinco a?os en un campo de concentraci¨®n nazi con una obsesi¨®n: vivir para contarlo, para que el mundo, y sobre todo su pa¨ªs, Espa?a, supiera lo que hab¨ªa pasado all¨ª dentro. Pero s¨®lo ahora, 61 a?os despu¨¦s de salir, comienzan a ver que la historia de los deportados espa?oles tiene repercusi¨®n en Espa?a, interesa a las nuevas generaciones y logra un reconocimiento oficial, sobre todo despu¨¦s de que el Ministerio de Cultura haya editado el Libro memorial. Espa?oles deportados a los campos nazis (1940-1945), obra de los historiadores Benito Bermejo y Sandra Checa, un listado con m¨¢s de 9.000 nombres.
"Es tarde para nosotros, quedamos muy pocos, la mayor¨ªa de los supervivientes murieron en el olvido", se lamenta Jos¨¦ Egea, que entr¨® en Mauthausen con 20 a?os y ahora tiene 86. "Pero al menos quedar¨¢ para siempre. Tengo una nieta de 12 a?os que no para de preguntar. Yo creo que nuestra memoria est¨¢ salvada. Hemos cumplido con la promesa que nos hicimos all¨ª: mientras quede uno vivo, no podr¨¢n decir que no existi¨®".
"Nosotros ya estamos en la recta final, ahora os toca a vosotros, historiadores, estudiantes, periodistas, contar esta parte de la historia de Espa?a que faltaba", apunta Francisco Batiste, otro superviviente, desde Vinaroz (Castell¨®n). El a?o pasado acompa?¨® al presidente, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, en su visita a Mauthausen.
La mayor¨ªa ronda los 90 a?os, pero est¨¢n fuertes. La selecci¨®n natural quiso que s¨®lo los m¨¢s robustos salieran vivos del horror. "F¨ªjate en el Libro memorial", se?ala Batiste. "Al lado de nuestros nombres hay muy pocas eles, de liberado. Casi todo son efes, de fallecido. La mayor¨ªa mor¨ªan. Todav¨ªa hoy, cuando me encuentro con alg¨²n superviviente, nos preguntamos c¨®mo pudimos salir de all¨ª". "Yo llegu¨¦ a pesar 30 kilos. Ya me ve¨ªa saliendo por la chimenea del crematorio, pero entonces me mandaron a una cantera civil. As¨ª me salv¨¦", cuenta Ramiro Santisteban, que lleg¨® al campo con 17 a?os, junto a su padre y su hermano.
Ap¨¢tridas
La mala suerte se ceb¨® con los republicanos espa?oles. Vivieron dos guerras, la civil y la mundial, pero no ganaron ninguna. Los dem¨¢s supervivientes volvieron a su casa como h¨¦roes. Ellos eran ap¨¢tridas, Espa?a no les quer¨ªa. "Yo volv¨ª en 1948 pero fue un error, tuve que vivir sin documentos, escondido, hasta que muri¨® Franco", recuerda Egea, de Sitges. "Los espa?oles de los campos estaban hundidos. Pensaron que Franco caer¨ªa pero aguant¨®. Yo no supe nada de mi padre hasta 1977, por el libro de Montserrat Roig [Els catalans als camps nazis]", cuenta Jordi Riera, hijo de Josep, muerto en Mauthausen en 1943.
Sobre el campo se han escrito muchas cosas. Mariano Constante, otro superviviente, public¨® el primer gran libro en 1969 [Tri¨¢ngulo Azul], con los listados que hab¨ªan copiado los espa?oles que trabajaron en las oficinas. Pero la historia siempre tuvo muy poca repercusi¨®n en Espa?a. Tampoco mucha gente, salvo los propios deportados, sabe que fue Franco quien, a trav¨¦s de un pacto con Hitler en 1940, permiti¨® que los 9.000 republicanos acabaran en los campos nazis. En 1945, acabada la guerra, el dictador no quiso hacerse cargo de ellos y los convirti¨® en ap¨¢tridas. Muchos tuvieron que esperar hasta la democracia para volver a ser espa?oles. Por eso para ellos es tan importante un volumen como el Libro memorial.
La mayor¨ªa se hicieron franceses. Batiste, Santisteban y Constante tienen a¨²n hablan con un deje franc¨¦s. Otros, un centenar, se quedaron en Austria, cerca de Mauthausen. No quer¨ªan volver a Francia porque all¨ª les hab¨ªan maltratado: les metieron en campos de concentraci¨®n cuando hu¨ªan de la victoria franquista y les mandaron a cavar trincheras a la l¨ªnea Maginot, donde les atraparon los nazis.
Silvia Dinhoff-Cueto, hija de V¨ªctor Cueto, recuerda que este superviviente fue ap¨¢trida hasta 1955, cuando se pudo hacer austriaco. "Es una pena que mi padre no viviera para ver que por fin se habla de esto en Espa?a, se publica el Libro memorial y Zapatero visita el campo. Al menos esto sirve para las viudas, para los hijos y para los nietos", reflexiona.
La presi¨®n de las siguientes generaciones por conocer esta historia es cada d¨ªa mayor. Constante, a sus 86 a?os, es el hombre que m¨¢s sabe de la deportaci¨®n espa?ola, sobre todo porque en Mauthausen se encarg¨® de organizar la red de resistencia, a trav¨¦s del PCE. "Los espa?oles fuimos los primeros en llegar. Hicimos las famosas escaleras. Cada uno era el eslab¨®n de una cadena, rob¨¢bamos para d¨¢rselo a los enfermos". Constante vive en Par¨ªs y recibe casi cada d¨ªa la llamada o la carta de alguien que pregunta por su padre o por su abuelo, y responde a todas.
A¨²n queda mucha gente que no sabe que su padre o su abuelo muri¨® en un campo nazi. La malague?a Mar¨ªa ?ngeles Dom¨ªnguez se enter¨® el a?o pasado de casualidad, cuando el 60? aniversario de la liberaci¨®n llen¨® las televisiones de reportajes sobre Mauthausen. Busc¨® y encontr¨® el nombre de su abuelo. "Mi abuela se qued¨® embarazada en plena guerra. Su marido se escap¨® a Francia cuando cay¨® la Rep¨²blica. Ella pensaba que hab¨ªa muerto all¨ª o que estar¨ªa viviendo con una francesa. Seguramente por miedo no quiso o no pudo investigar. Se muri¨® con la duda y la pena. Yo no sab¨ªa nada de la historia de la deportaci¨®n espa?ola, nadie hablaba de eso. Pero ahora quiero saberlo todo. Mi abuelo se llamaba Juan Guti¨¦rrez Perea, y muri¨® en Gusen (sat¨¦lite de Mauthausen) en el 41. Hemos reclamado para mi madre y mi t¨ªo una pensi¨®n para hu¨¦rfanos que da el Gobierno franc¨¦s, porque Espa?a nunca dio nada. Dicen que no removamos el pasado, pero yo s¨®lo quiero que la gente conozca esta historia, que mi abuelo no quede en el olvido".
Otras listas de represaliados
La generaci¨®n que vivi¨® la represi¨®n franquista desaparece. Tal vez por eso, las siguientes generaciones han lanzado diversas iniciativas para garantizar que todos los detalles del horror quedan por escrito. Entre ellas, destaca la p¨¢gina www.todoslosnombres.org, un listado con m¨¢s de 12.000 represaliados andaluces, fusilados, encarcelados o exiliados.
Cada nombre es controlado por historiadores, para evitar casos como el de Enric Marco, ex presidente de la Amical de Mauthausen, que se hizo pasar por deportado hasta que Benito Bermejo le descubri¨®.
Proyectos similares se han puesto en marcha en otras comunidades, como Catalu?a o Asturias, seg¨²n Cecilio Gordillo, responsable de la p¨¢gina andaluza, pero no a escala nacional.
Las v¨ªctimas del terror republicano fueron perfectamente clasificadas por Franco en la llamada Causa General.
Otros grupos elaboran una lista de todos los condecorados por el franquismo, el primero de ellos Adolf Hitler, que obtuvo el t¨ªtulo de Gran Caballero y el Collar de la Gran Orden Imperial de las Flechas Rojas, seg¨²n figura en el BOE franquista del 4 de octubre de 1937.
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