Fiesta azulgrana ante los Sixers

Por m¨¢s que se vea venir, no deja de causar estupor que un equipazo de la NBA caiga frente a un club europeo. Sucedi¨® en el Palau Sant Jordi. El Winterthur Bar?a se merend¨® a los Sixers de Iverson. Se trataba de un amistoso, los de Filadelfia apenas est¨¢n iniciando la preparaci¨®n de pretemporada, pero el resultado, lo que queda finalmente, es que los clubes de la NBA cada vez son m¨¢s vulnerables.

Los mejores equipos de la NBA empiezan a ahondar en los males de la selecci¨®n de EE UU, la que sali¨® por la puerta trasera del reciente Mundial en Jap¨®n. Exhiben el mismo cat¨¢logo de excelentes jugadores; los Sixers, con dos superclase como Iverson y Webber. Manejan el bal¨®n de f¨¢bula, mueven sus atl¨¦ticos cuerpos con un vigor y una rapidez asombrosa, y son capaces de realizar acciones maravillosas. Pero su juego de conjunto cojea de forma cada vez m¨¢s evidente cuando se oponen a rivales trabajados, como es el caso de casi todos los equipos europeos.

El Winterthur Bar?a, que anda renqueante, que en su estreno en la Liga s¨®lo fue capaz de anotar 51 puntos y perdi¨® en Alicante, se solt¨® ante los Sixers y acab¨® ganando sin ning¨²n tipo de discusi¨®n. De la dimensi¨®n de la victoria da cuenta la estad¨ªstica: de los 32 partidos disputados entre equipos de la NBA y clubes europeos, 28 los hab¨ªan ganado los estadounidenses. Los otros cuatro los gan¨® el mismo club, el Maccabi de Tel Aviv frente a los Bullets de Washington en 1978, los Nets de New Jersey y los Suns de Phoenix en 1984, y los Raptors de Toronto en 2005.

Quien acudiera al Palau Sant Jordi con ganas de quedar embelesado por tal o cual jugador de los Sixers no sali¨® defraudado. Todos pusieron sus gotas de calidad. Iverson, Webber, Igoudala... Pero el baloncesto es algo m¨¢s. Los detalles importan, la intensidad tambi¨¦n, y no digamos ya el juego de conjunto y la defensa. Y en esos factores, el Winterthur Barcelona fue superior a los Sixers. Iverson y compa?¨ªa, que perdieron una cantidad enorme de balones, se quedaban patidifusos cuando la defensa del Barcelona sub¨ªa l¨ªneas, cuando ahogaba al jugador que ten¨ªa el bal¨®n con un marcaje de dos y hasta tres contra uno. En contrapartida, los Sixers defendieron mal, sin apenas intensidad, especialmente en el primer tramo del partido. Eso fue socavando tambi¨¦n su ataque. Buena prueba de la diferencia de concentraci¨®n entre uno y otro equipo fue la cantidad de tiros libres que fallaron los americanos.

El Bar?a tuvo problemas para defender sobre todo a los p¨ªvots de los Sixers, Dalembert y Webber. Pero los recursos defensivos del Bar?a impidieron que Iverson, Ollie o Green, los jugadores que deb¨ªan generar el juego de su equipo, conectaran con facilidad con sus p¨ªvots.