El polvor¨ªn sueco

Muy lejos quedan los tiempos gloriosos de la selecci¨®n sueca, que se gan¨® una p¨¢gina en el ¨¢lbum de oro del f¨²tbol internacional gracias al tr¨ªo Gre-No-Li. Con Gunnar Gren, Gunnar Nordhal y Nils Liedholm en la l¨ªnea de ataque, Suecia encandil¨® con su medalla de oro en los Juegos Ol¨ªmpicos de 1948. Pero en el pa¨ªs escandinavo el f¨²tbol era entonces amateur y las tres perlas del equipo recibieron un gui?o del calcio y ficharon por el Milan. Diez a?os despu¨¦s, Suecia pudo repescar a Gren y Liedholm y dar la talla como anfitriona del Mundial de 1958, en el que fue capaz de alcanzar la final mundialista que encumbr¨® a un jovenc¨ªsimo Pel¨¦ e hizo que, por primera y ¨²nica vez, Europa se viera destronada en casa. Desde entonces, Suecia ha estado en las grandes citas con asiduidad, pero no ha vuelto a la ¨¦lite. Tradicionalmente, le ha sobrado m¨²sculo y le ha faltado talento. En la actualidad, la situaci¨®n es la misma, pero con un grave problema a?adido: una considerable bronca interna.

Durante el pasado Mundial ya hubo disputas en la concentraci¨®n del equipo que entonces y ahora dirige Lars Lagerback, de 58 a?os, un ex modest¨ªsimo jugador con un irrelevante palmar¨¦s en los banquillos. Tras ser eliminada en los octavos de final por Alemania, Larsson, su bandera, dej¨® el equipo nacional. Su compa?ero de ataque, el interista Ibrahimovic, era quien deb¨ªa coger el testigo, pero el chico, que ya hab¨ªa tenido varios cortocircuitos con Lagerback, dio la espantada. Tanto ¨¦l como otros dos pretorianos -Mellberg, ex jugador del Racing, y Wilhelmsson, el fino interior del Anderlecht- se saltaron el toque de queda en una concentraci¨®n. Mellberg, capit¨¢n de Suecia en el Mundial asi¨¢tico de 2002, y Wilhelmsson pidieron perd¨®n, Ibrahimovic, no, por lo que el seleccionador le ha dejado fuera de la cita con Espa?a. "Un respiro", sostuvo ayer Casillas al referirse a la ausencia del futbolista sueco con mayor talento.

Castigado Ibrahimovic, toda la inspiraci¨®n de Suecia pasa por el veterano Ljungberg, un extremo que ha hecho una notable carrera tanto en el Arsenal como en las pasarelas publicitarias. Mientras Wilhelmsson -seg¨²n su seleccionador, "atesora una ins¨®lita habilidad t¨¦cnica para ser sueco"- purga en el banquillo su fuga, es Kallstroem quien enciende la luz en el centro del campo, por detr¨¢s de los delanteros Allback y Elmander. A todos les acuna Lagerback, un t¨¦cnico con aire de profesor de instituto que no despega la vista del v¨ªdeo. Un estudioso, dicen, que exige a su grupo de atletas orden y disciplina por encima de todo.