Cuando las cabezas ruedan en Michoac¨¢n
Una salvaje guerra entre 'narcos' siembra de cad¨¢veres el Estado mexicano y agudiza la falta de control gubernamental
El Sol y Sombra es un tugurio de mala muerte en un extremo de la ciudad de Uruap¨¢n, en el Estado mexicano de Michoac¨¢n. El 6 de septiembre pasado, a la una de la madrugada, 15 individuos fuertemente armados llegaron a bordo de tres camionetas. Iban encapuchados y vest¨ªan de negro, disfrazados con las siglas de la Agencia Federal de Investigaci¨®n (AFI). Bailarinas y clientes se lanzaron aterrorizados al suelo ante el estruendo de varias r¨¢fagas de armas autom¨¢ticas. Dos de los asaltantes con grandes bolsas de pl¨¢stico se acercaron a la pista de baile, arrojaron cinco cabezas humanas y, sin pronunciar palabra, se fueron por donde hab¨ªan entrado.
Los asesinos dejaron un mensaje inquietante: "La familia no mata por paga, no mata mujeres, no mata inocentes. S¨®lo muere quien debe morir". ?Qui¨¦n es la familia? "Estamos investigando", responde el subprocurador de Justicia de Michoac¨¢n, Ram¨®n Ponce. ?Puede haber alguna relaci¨®n con el cartel de los Valencia, que opera en este Estado? "Desconocemos qui¨¦nes son", asegura. "No hemos detectado vinculaci¨®n con grupos de narcotraficantes". Pese a la parquedad del fiscal, pocos dudan en Uruap¨¢n que la mano del crimen organizado est¨¢ detr¨¢s de las decapitaciones. Esta ciudad ostenta el r¨¦cord de muertes violentas, m¨¢s de 60, de las 396 registradas en todo el Estado de Michoac¨¢n en lo que va de a?o.
Seis personas mueren cada d¨ªa en M¨¦xico por hechos vinculados al narcotr¨¢fico. Felipe Calder¨®n reconoce que el Estado se ha visto rebasado
El embajador de Estados Unidos habla de "la casi ausencia de ley" en zonas de M¨¦xico tomadas por bandas de 'narcos' y pandillas armadas
Decapitaciones, cuerpos encontrados con m¨¢s de cien balazos: el ensa?amiento es una caracter¨ªstica de las muertes violentas en Michoac¨¢n
Juan Carlos trabaja de taxista desde hace 15 a?os en Uruap¨¢n. Cuando se enter¨® del caso en el Sol y Sombra no le sorprendi¨®. No era la primera vez que aparec¨ªan v¨ªctimas decapitadas. "El ser humano puede acostumbrarse a todo", dice.
El ensa?amiento es una caracter¨ªstica com¨²n en muchas muertes violentas en la zona de Uruap¨¢n. El cuerpo de un hombre presentaba m¨¢s de 100 impactos de bala. En Angahuan, "pueblo m¨¢gico rodeado de monta?as, volcanes y pinos", seg¨²n las gu¨ªas tur¨ªsticas, fue encontrada una fosa el 8 de septiembre pasado con seis cad¨¢veres con la yugular cortada y se?ales de tortura.
?Por qu¨¦ tanta violencia y tanta inquina? Michoac¨¢n es la tierra donde nacieron nombres ilustres de la historia de M¨¦xico. Como Jos¨¦ Mar¨ªa Morelos, uno de los padres de la independencia; el presidente L¨¢zaro C¨¢rdenas, que promovi¨® la nacionalizaci¨®n del petr¨®leo y la reforma agraria y encabez¨® una saga de pol¨ªticos que incluye a su nieto de id¨¦ntico nombre y apellido, que es el actual gobernador del Estado, y Felipe Calder¨®n, el presidente electo que tomar¨¢ posesi¨®n el pr¨®ximo 1 de diciembre. Michoac¨¢n tambi¨¦n es el primer productor de aguacate del mundo, que exporta en grandes cantidades a Estados Unidos y Jap¨®n.
Pero es tambi¨¦n, seg¨²n la Procurador¨ªa (Fiscal¨ªa) General de la Rep¨²blica (PGR), uno de los principales productores de amapola y marihuana, con una ubicaci¨®n estrat¨¦gica en la ruta del Pac¨ªfico, por donde transitan importantes cargamentos de droga con destino a Estados Unidos. El control de tan preciado territorio es una de las causas principales de la guerra que libran los carteles del Golfo y de Sinaloa, dos de las organizaciones criminales m¨¢s poderosas de M¨¦xico.
Michoac¨¢n es, pues, campo de batalla por el control del territorio y por mucho m¨¢s. La guerra no es s¨®lo entre los m¨¢s poderosos del crimen organizado: el cartel del Golfo que dirige Osiel C¨¢rdenas Guill¨¦n, que act¨²a en alianza con el clan de los Valencia, y el cartel de Sinaloa, de Joaqu¨ªn Chapo Guzm¨¢n Loera. Se dirime tambi¨¦n el control de negocios menores, como apuestas il¨ªcitas, peleas de gallos, trata de mujeres y venta de droga a peque?a escala (narcomenudeo).
Las voces de alarma suenan ante la escalada de violencia en numerosos puntos de M¨¦xico. El embajador de Estados Unidos, Tony Garza, ha advertido sobre "la casi ausencia de la ley" en zonas donde bandas de narcotraficantes y pandillas armadas act¨²an con impunidad. El presidente electo, Felipe Calder¨®n, ha reconocido que el Estado ha sido rebasado en algunos casos por la acci¨®n del crimen organizado. ?ste es el "parte de guerra" del viernes 22 de septiembre, un d¨ªa escogido al azar: 17 personas asesinadas, de las cuales tres en Tijuana y una en Mexicali (Estado de Baja California); una en Laredo (Tejas); una en Reynosa y tres en Matamoros (Tamaulipas); dos en Sinaloa; dos en Morelia (Michoac¨¢n), y cuatro en Acapulco (Guerrero). Una semana despu¨¦s, el viernes 29, otras 10 personas cayeron bajo las balas. Desde enero hasta el 30 de septiembre se han registrado en todo M¨¦xico 1.604 muertes violentas relacionadas con el narcotr¨¢fico. Casi seis v¨ªctimas diarias.
En Tijuana, la Procurador¨ªa General de la Rep¨²blica (Fiscal¨ªa) atribuye el aumento de la criminalidad a la corrupci¨®n de la polic¨ªa local y a "la complacencia o franco encubrimiento" del alcalde, Jorge Hank Rohn, del Partido Revolucionario Institucional (PRI). La Fiscal¨ªa ha difundido los nombres de varios polic¨ªas detenidos, entre los que se encuentra un escolta del alcalde. Catorce agentes de Baja California han sido detenidos este a?o por vinculaciones con el narcotr¨¢fico.
"Muchos de los asesinatos de polic¨ªas no son necesariamente por hacer cumplir la ley, sino porque est¨¢n jugando en dos bandos, o protegiendo al grupo A y al grupo B simult¨¢neamente, cuando los dos grupos est¨¢n en pleitos", dice Luis Astorga, doctor en Sociolog¨ªa por la Sorbona de Par¨ªs y especialista en el estudio del tr¨¢fico de drogas.
Este mismo experto, que coordina la C¨¢tedra UNESCO de la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico (UNAM), dice que en su pa¨ªs el tr¨¢fico de drogas naci¨® dependiente del poder pol¨ªtico. En la ¨¦poca del PRI el Estado era el ¨¢rbitro; en la fragmentaci¨®n posterior del poder pol¨ªtico ya no hay ¨¢rbitro. "Ahora el Gobierno federal es del Partido de Acci¨®n Nacional (PAN), y los gobiernos estatales y municipales est¨¢n en manos del PRI, PAN y PRD, los tres grandes partidos". Hay cortocircuitos en todos los niveles, advierte Astorga, porque cada partido gobernante trata de crear sus propios esquemas de seguridad y no hay coordinaci¨®n.
En esta nueva fase se produce lo que los especialistas llaman militarizaci¨®n del narcotr¨¢fico, con la incorporaci¨®n a las organizaciones criminales de ex militares mexicanos y guatemaltecos y de integrantes de pandillas centroamericanas. Las decapitaciones coinciden con la llegada de desertores del Grupo Aerom¨®vil de Fuerzas Especiales (Gafes), grupo de ¨¦lite del Ej¨¦rcito mexicano, que crean los llamados Zetas del cartel de Osiel C¨¢rdenas, y de los kaibiles guatemaltecos al mundo del narcotr¨¢fico. Son grupos de sicarios entrenados en las t¨¢cticas de la contrainsurgencia.
La llegada de los kaibiles se produjo a partir del momento en que el Ej¨¦rcito guatemalteco dio de baja a la mitad de sus efectivos. Eran militares que ganaban 150 d¨®lares al mes, mientras que el narco les paga el doble. Karen es el nombre en clave de un ex kaibil capturado que hoy est¨¢ en situaci¨®n de testigo protegido. Su reciente declaraci¨®n ante los fiscales muestra hasta d¨®nde llega la corrupci¨®n de funcionarios por parte del crimen organizado. "Los Zetas Nuevos son los llamados kaibiles, ex militares guatemaltecos que tuvieron entrenamiento especial y que siempre andan con las mejores armas largas y cortas, granadas, chalecos antibalas y cascos", relata Karen. "Son los encargados de ejecutar a la gente porque suponen que eso les da m¨¢s fuerza y hace honor a su categor¨ªa de zetas. Los contadores controlan los recursos econ¨®micos de la organizaci¨®n, pagan los sueldos de todos y las n¨®minas de los servidores p¨²blicos que est¨¢n en contubernio con la organizaci¨®n". El contador principal, confiesa el declarante, "se encarga de mover millones de d¨®lares diariamente".
El testigo protegido explica que "la organizaci¨®n" conoce de antemano los operativos de la PGR por informaciones que recibe de polic¨ªas o funcionarios corrompidos, y da cuenta de las cifras que cobran los "servidores p¨²blicos" que colaboran con la organizaci¨®n: "Trat¨¢ndose de la Agencia Federal de Investigaci¨®n (AFI) o jefes del Ministerio P¨²blico Federal se paga de 25.000 a 50.000 d¨®lares cada quincena o cada mes".
Un paseo matinal por Uruap¨¢n apenas permite captar alg¨²n indicio de tan alarmante situaci¨®n. El tr¨¢fico discurre con normalidad en unas calles bulliciosas, sin una presencia policial que llame la atenci¨®n. Todo inesperadamente normal, hasta que uno empieza a hablar con los lugare?os. Las historias de narcos son interminables. Los mejores testigos son los m¨¦dicos que han vivido en directo las consecuencias de la violencia. Los heridos de bala llegan con frecuencia a los hospitales, en unos casos trasladados por polic¨ªas, y en otros, por compinches de las v¨ªctimas.
"En una ocasi¨®n atend¨ª a un hombre joven que lleg¨® al hospital y explic¨® que se hab¨ªa pegado un balazo en un test¨ªculo", cuenta un cirujano. "Lleg¨® a urgencias acompa?ado de su mujer embarazada. Le oper¨¦ y cuando le di el alta me regal¨® una pistola". Tres meses despu¨¦s, un comando de la organizaci¨®n rival rode¨® su casa. Dejaron salir a la esposa. Armado con dos fusiles, sali¨® a la calle disparando en todas direcciones. Le acribillaron all¨ª mismo y luego las camionetas pasaron por encima del cad¨¢ver hasta dejarlo completamente irreconocible.
El subprocurador Ponce sostiene que la violencia no es un problema de Uruap¨¢n, sino de todo M¨¦xico. Las v¨ªctimas de levantones (secuestros) mueren en trochas y caminos de las afueras de la ciudad, pero los atentados pueden producirse en el centro de Uruap¨¢n y a plena luz del d¨ªa. Hace apenas dos meses, un hombre fue acribillado al mediod¨ªa en la c¨¦ntrica calle Gran Parada. En un muro se observan cuatro impactos de bala. R¨¢pidamente corri¨® la voz de que la v¨ªctima hab¨ªa tratado de apoderarse de un cargamento de droga. Es decir, hab¨ªa incumplido los pactos.
El gobernador L¨¢zaro C¨¢rdenas, del Partido de la Revoluci¨®n Democr¨¢tica (PRD), de izquierda, advirti¨® recientemente del peligro de que el crimen organizado se apodere de gobiernos municipales mediante la financiaci¨®n de la pol¨ªtica. "Hay una amenaza a la seguridad nacional desde la c¨¦lula de nuestra Rep¨²blica, que es el municipio", dijo C¨¢rdenas.
A los narcotraficantes "les interesa m¨¢s el control de la polic¨ªa que el poder pol¨ªtico", estima el alcalde de Uruap¨¢n, Marco Antonio Lagunas, de 38 a?os y militante del PRD. Seg¨²n las autoridades, el 75% de los mandos policiales de Michoac¨¢n est¨¢ contaminado por el crimen organizado. El jefe del gobierno municipal recuerda que su director de Seguridad P¨²blica, Jos¨¦ Villa Villa, fue asesinado en abril pasado por un comando armado. Una decena de jefes policiales han sido abatidos por las balas de los narcos en distintos puntos de Michoac¨¢n, como Morelia, L¨¢zaro C¨¢rdenas, Aguililla y Apatzingan.
El alcalde Lagunas reclama una actuaci¨®n eficaz por parte del Gobierno federal en la lucha contra un enemigo de dimensi¨®n nacional. "Hemos pedido a la Secretar¨ªa de Defensa que nos venda armas para la Polic¨ªa Municipal. Llevamos a?o y medio esperando". La demanda es de "40 armas largas y 40 armas cortas" para 350 agentes. El asesinato m¨¢s osado ocurri¨® en Morelia el 16 de septiembre del a?o pasado, D¨ªa de la Independencia. Despu¨¦s del tradicional desfile, el director de Seguridad P¨²blica del Estado, Rogelio Saraz¨²a, se traslad¨® con su familia a un c¨¦ntrico restaurante. Dos sicarios interrumpieron el almuerzo y lo acribillaron a balazos despu¨¦s de matar a los dos escoltas que vigilaban en la calle.
Gabriel Mendoza era el secretario de Seguridad P¨²blica de Michoac¨¢n. Dimiti¨® tras un conflicto con la polic¨ªa estatal. El ex ministro explica as¨ª la importancia estrat¨¦gica de Michoac¨¢n para los grandes carteles de la droga: "Tiene el puerto de L¨¢zaro C¨¢rdenas con un tr¨¢fico de 2.000 contenedores diarios; una carretera por la que se llega a Tejas en 16 horas, y 200 kil¨®metros de costa virgen, que es puerta de entrada de droga procedente de Colombia y de otros pa¨ªses de Am¨¦rica del Sur". Mendoza recuerda que el polo de distribuci¨®n y de compra y venta de droga se ha trasladado a M¨¦xico, donde operan grandes organizaciones criminales: "Colombia se limita actualmente a la producci¨®n", precisa.
"?D¨®nde est¨¢ la sede de las grandes organizaciones criminales, en M¨¦xico o en Nueva York?"
VIAJA EN VEH?CULO BLINDADO, con un coche de escolta, y su residencia est¨¢ fuertemente custodiada por el Ej¨¦rcito. El fiscal antidroga, Jos¨¦ Luis Santiago Vasconcelos, es el enemigo n¨²mero uno de los narcotraficantes mexicanos. Dirige desde hace 10 a?os la Subprocurador¨ªa de Investigaci¨®n Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO), cuya sede en pleno centro de Ciudad de M¨¦xico es una fortaleza. Su cargo depende directamente del presidente de la Rep¨²blica. Ha trabajado con tres presidentes (Carlos Salinas, Ernesto Zedillo y Vicente Fox), siete procuradores, cuatro jefes de la DEA en M¨¦xico, cuatro jefes de inteligencia militar, tres del FBI...
Santiago Vasconcelos es un firme defensor de la reforma del sistema de justicia penal -"hay las mismas reglas procesales para Osiel C¨¢rdenas [jefe del cartel del Golfo] que para un pescador que viola la veda" lamenta-, de una ley especial contra la delincuencia organizada y de las extradiciones de jefes narcotraficantes a Estados Unidos. "Disuade un poco la actividad de los cerebros. En Colombia se perdieron los grandes cerebros criminales. Espero que en M¨¦xico pronto haya m¨¢s extradiciones. Osiel es un firme candidato", dice el fiscal. El Gobierno mexicano ha sido m¨¢s reacio a las extradiciones a Estados Unidos que Colombia, por la dif¨ªcil relaci¨®n entre los dos pa¨ªses, pero la actitud ha cambiado y acaba de ser extraditado un jefe importante del cartel de los Arellano F¨¦lix, de Tijuana.
El fiscal Santiago Vasconcelos se resiste a aceptar que las grandes organizaciones de narcotraficantes operen s¨®lo en territorio mexicano. "La coca¨ªna se vende en Colombia a 2.500 d¨®lares el kilo, en M¨¦xico a 8.500 d¨®lares, pasando la frontera con Estados Unidos sube a 12.000 d¨®lares, y en los mercados de Nueva York y Los ?ngeles llega a 35.000 y 40.000 d¨®lares. Entonces, yo pregunto: ?d¨®nde est¨¢ la sede de las grandes organizaciones criminales, en Ciudad de M¨¦xico o en Nueva York?".
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