Una lecci¨®n de blanco y negro
La combinaci¨®n siempre eficaz para conseguir una imagen pulida y refinada. Incluso cuando se utiliza en prendas de corte deportivo o juvenil. El actor Juan Jos¨¦ Ballesta demuestra por qu¨¦ este d¨²o sigue siendo imbatible. Se acabaron los delincuentes. Con 18 a?os, Juan Jos¨¦ Ballesta se mete en la piel de un ni?o bien. Ya es hora de dejar atr¨¢s a EL BOLA.
Que no les confundan estas fotos. Juan Jos¨¦ Ballesta sigue siendo el de siempre. Ese chaval espabilado, chulito y tierno que siente adoraci¨®n por sus colegas, los sellos de oro y las crestas; el de "qu¨¦ guapo" y Parla forever. Pasa el tiempo. A Juanjo lo conocimos con 11 a?os y est¨¢ a punto de cumplir 19. Entre una entrevista y otra va mostrando peque?os cambios, pero la base permanece. La cita es en un bar, dos semanas antes del estreno de su nueva pel¨ªcula, Cabeza de perro, de Santiago Amodeo. El actor lleva una camiseta de Donna Karan y un nuevo corte de pelo, obra de Machuca, un peluquero de Parla: rapado asim¨¦trico, un par de incisos en la frente y una peque?a cresta en la nuca. M¨¢s que nuestra charla, Ballesta tiene en la cabeza el cocido de oreja que estaba terminando su abuela, Mari, cuando sali¨® de casa. Posa sus manos robustas sobre la mesa. Unas manos enrojecidas y llenas de magulladuras. "Manos de obrero", dice, y lo parecen. "Es que soy muy bruto; lo hago todo con ellas". Su dedo me?ique derecho presenta muy mal aspecto. Partido e hinchado, cuelga inerte de su mano. Se lo rompi¨® hace dos semanas haciendo piruetas en su quad, su nueva gran pasi¨®n desde que dej¨® el full contact. "Es un quad 700 guapo, guapo. El ¨²ltimo que ha salido. Superpotente. Pego unos saltos como este techo de altos".
Ese dedo tiene muy mal aspecto.
Me pusieron una escayola, pero lo hicieron mal. Me molestaba y ayer me la quit¨¦ yo mismo.
Pues si quieres que se te quede bien el dedo, deber¨ªas volver al m¨¦dico.
Me lo voy a pensar. Yo no soy de ir al m¨¦dico.
Juanjo, ?qu¨¦ crees que dir¨¢n tus amigos cuando te vean en estas fotos tipo modelo?
Se reir¨¢n. Pero les mola verme as¨ª, dicen que estoy guapo.
?Te gust¨® eso de probarte ropa?
Me encant¨® una boina que me pusieron que era como la del rapero 50 Cent. Pero la foto de las gafas no vale nada.
?No resulta un poco pijo para un chico de Parla?
S¨ª, pero bueno? No es que me guste mucho la moda, pero tampoco pongo pegas. Mientras no me pidan que me ponga un tanga de leopardo o ropa de mujer? Yo con tal de irme pronto a mi casa me pongo lo que quieran.
Hay una cosa que Juanjo quiere que sepan: ¨¦l no es s¨®lo capaz de interpretar a delincuentes y personajes marginales. Andaba un poco preocupado con el asunto cuando recibi¨® la llamada de un viejo conocido, Jos¨¦ Antonio F¨¦lez, productor de sus dos grandes ¨¦xitos: El Bola y 7 v¨ªrgenes. "Me habl¨® de una pel¨ªcula nueva con un personaje totalmente diferente a lo que hab¨ªa hecho hasta ahora. Me dijo que cre¨ªa que me vendr¨ªa bien para que me llamaran para hacer papeles diferentes. Me pareci¨® bien y lo hice".
As¨ª que Juanjo se complic¨® la vida y se enfrent¨® al reto de interpretar a Samuel, un t¨ªmido adolescente de clase alta que dice "por favor" cada dos frases y sufre unos extra?os problemas neuronales. "Un chico raro", en palabras del actor. Al principio, el sevillano Santiago Amodeo, el director de este cuento urbano con toques m¨¢gicos muy en la l¨ªnea de Astronautas, su anterior pel¨ªcula, no lo ve¨ªa claro. En el gui¨®n original, Samuel era un poco mayor que Ballesta, pero F¨¦lez insisti¨®. "Era un reto, porque Samuel es un personaje muy alejado de Juanjo. Es inseguro por naturaleza y siempre ha vivido en una burbuja de la que quiere salir", explica F¨¦lez. "La actuaci¨®n ten¨ªa que ser muy contenida y a Juanjo le cost¨®, porque tuvo que impostarlo por completo. Nada iba con ¨¦l. Ni la forma de andar, ni su dulzura? No son las claves de Juanjo ni como adolescente ni como actor. Ha hecho un trabajo espl¨¦ndido y estamos encantados con el resultado. Ha superado la prueba con ampl¨ªsima nota".
"Yo al principio no lo ve¨ªa", reconoce Amodeo. "Juanjo no se parece a Samuel ni en la mirada. La suya es franca y despierta y est¨¢ acostumbrado a actuar tirando de su materia prima. Pero en cuanto empezamos a trabajar me sorprendi¨®. Nada parec¨ªa muy dif¨ªcil. Es intuitivo y disciplinado, le pides lo que sea y le sale. Tiene un no s¨¦ qu¨¦, que ya querr¨ªan muchos actores y que no s¨¦ explicar, que convierte en aut¨¦ntico cualquier cosa que hace". Si le preguntas a Ballesta, ¨¦l recuerda sobre todo lo que le cost¨® dar con "los andares" de Samuel. "Anda totalmente recto, y a m¨ª se me iban los pies a mi rollo, con las piernas separadas. Ten¨ªan que estar avis¨¢ndome todo el rato: 'Juanjo? los pies".
El d¨ªa de la entrevista, Ballesta no hab¨ªa visto todav¨ªa la pel¨ªcula. Pod¨ªa haberlo hecho, pero prefer¨ªa esperar a la noche del gran estreno. "Si no me pasa lo de siempre, que como me lo s¨¦ me aburro y me quedo dormido en plena proyecci¨®n". Ser¨¢ un gran d¨ªa y el primer estreno al que Ballesta vaya con novia, una peluquera -de Parla, por supuesto- con la que lleva saliendo un mes. Adem¨¢s ser¨¢ la prueba de fuego. Esa noche sabremos si, incluso haciendo de Samuel, Ballesta logra convencer al gran p¨²blico con esa autenticidad de la que habla Amodeo y gracias a la que ha ganado un Goya y la Concha de Plata. La misma autenticidad que emocion¨® a Anjelica Huston, para Juanjo "la de la familia Adams", de la que recuerda que no hac¨ªa m¨¢s que darle besos y hablarle en ingl¨¦s y que ¨¦l no entend¨ªa ni papa.
Juanjo, ?qu¨¦ es el talento?
No s¨¦ explicarlo. A m¨ª me sale solo. Si hay que llorar, lloro. Si hay que re¨ªr, r¨ªo. Es psicol¨®gico y creo que todo el mundo podr¨ªa hacerlo.
?Todo el mundo podr¨ªa actuar como t¨²?
T¨² crees que no, pero si quisieras te saldr¨ªa. Es como con la comida. Tengo un amigo que est¨¢ siempre rayado con que va a engordar y, claro, engorda. Yo me tomo al d¨ªa cinco montados, varias cocacolas, chucher¨ªas, y no engordo porque me digo: esto no me engorda.
O sea, que es cuesti¨®n de voluntad y poder mental.
Ya s¨¦ que parece que estoy loco. La gente dice que le da verg¨¹enza ponerse delante de la c¨¢mara, pero es porque se comen la cabeza. ?C¨®mo te va a dar verg¨¹enza un aparato de pl¨¢stico con una lente?
Ya han pasado ocho a?os. ?Has vuelto a ver 'El Bola'?
El otro d¨ªa estaban ech¨¢ndola en la tele y me qued¨¦ un poco, pero me aburr¨ª enseguida. La he visto tantas veces en tantos festivales?
Dicen que a los ni?os que act¨²an no se les puede considerar aut¨¦nticos actores porque sencillamente les sale. T¨² ya no eres un ni?o. No te da miedo que un d¨ªa dejes de poder actuar de esa forma tan intuitiva.
Eso me dicen, que a veces se pierde la facilidad y que un d¨ªa te levantas y ya no te sale. Tambi¨¦n me dicen que ser¨ªa bueno que diera clases de interpretaci¨®n por si me pasa, pero yo no lo creo. No necesito dar clases. He aprendido solo.
Pero, ?y si te pasa?
No va me va a pasar porque no me emparanoio con eso. Yo le pregunto al director c¨®mo es el personaje. Y vamos ensayando. ?Te gusta as¨ª?, le digo, y probamos hasta que me sale lo que quiere. Y luego ya no se me olvida. ?sa es la suerte, que se me queda todo. Me dan un texto, lo leo tres veces y no lo olvido.
Juan Antonio F¨¦lez da fe de esa memoria prodigiosa. "Aunque no le gusta leer, es capaz de aprenderse r¨¢pidamente sus di¨¢logos y los de todos sus compa?eros. En 7 v¨ªrgenes, siempre ayudaba a un actor al que le costaba aprenderse el texto. Y todav¨ªa recuerda los di¨¢logos de El Bola. Un d¨ªa eleg¨ª una escena al azar y me la recit¨® entera". Y ha pasado mucho tiempo desde El Bola. Ocho a?os con sus nueve pel¨ªculas, una por estrenar: Ladrones, junto a Mar¨ªa Valverde.
Pero hay algo m¨¢s que deben saber sobre el actor; algo de lo que no est¨¢ especialmente orgulloso. Un d¨ªa, entre rodaje y rodaje, Ballesta, cargadito de suspensos, se hart¨® de la presi¨®n y dej¨® el instituto. Ahora, los conceptos -capitales de pa¨ªses, tablas de multiplicar, ra¨ªces cuadradas, ecuaciones?- bailan en su cabeza sin ton ni son.
En tu vida diaria, ?notas la falta de ciertos conocimientos por no haber ido a clase?
S¨ª, porque se me olvida todo. Me s¨¦ los planetas, las preposiciones y poco m¨¢s. Con las multiplicaciones le tengo que preguntar a mi madre porque me hago un l¨ªo. Pero no necesito saber m¨¢s.
?Te arrepientes?
No. No daba abasto y acababa confundiendo todo. No voy a volver a clase, lo tengo claro. A lo mejor por mi cuenta? Ahora, por ejemplo, he aprendido a tocar la guitarra flamenca yo solo. Hace unas semanas estuve tocando con Tomatito y me dec¨ªa: "Sigue as¨ª, no lo dejes".
?Y c¨®mo gestionas el dinero que ganas?
Me lo va dando mi madre. Cincuenta euros un d¨ªa, otro 100? Una cosa razonable. Ella me va informando de cu¨¢nto me queda. Si es poco y no tengo ning¨²n trabajo a la vista, me da 20 euros al d¨ªa. Si queda mucho y me acaba de salir una peli, pues 50 euros.
Y adem¨¢s de comprarte un 'quad', ?qu¨¦ has hecho ¨²ltimamente?
A mi madre le he regalado un Audi A3. Mi padre no quiere coche, dice que ¨¦l va a todas partes andando, as¨ª que le he regalado mi loro, Yaco, que muerde el muy cabr¨®n, mira c¨®mo tengo la mano.
?Y qu¨¦ haces en tu tiempo libre?
De todo. Salgo por Toledo de tapas, voy a bailar a la Cubierta de Legan¨¦s, al Chang¨®? A veces, solo; otras, con un colega, y vamos conociendo a gente y de discoteca en discoteca.
As¨ª que cuando no est¨¢s rodando, discotecas, flamenco, 'quad'?
Bueno, a la guitarra le falta una cuerda y al quad le acabo de reventar una rueda delantera. Tambi¨¦n estoy con la novia, llevando la vida tranquila. La recojo, vamos a cenar, la acompa?o a casa y luego me vuelvo a la m¨ªa andando. Me gusta. Creo que he crecido un poco antes que mis amigos, que siguen con lo de pegarse, el f¨²tbol?
Pero creo que ¨²ltimamente tambi¨¦n t¨² te has metido en una pelea.
S¨ª, pero no por mi culpa. Pas¨® hace poco, un d¨ªa por la ma?ana. Yo acababa de llegar de una discoteca y me dijo uno del pueblo: v¨¢monos a unos encierros que hay aqu¨ª cerca, y me apunt¨¦. Una vez all¨ª, fui a tomarme un caf¨¦ yo solo y entonces lleg¨® un chaval y me dio una patada en la cabeza. Y luego otro me dio en la tripa, en la cara. Pero no me dej¨¦ pegar, me di con todo el pueblo. Hasta que perd¨ª el sentido. Entonces vino un se?or, me puso las zapatillas y me llev¨® a mi casa.
Eso suena muy raro, Juanjo.
Me da igual lo que piensen, fue as¨ª. Estoy acostumbrado; ven a un famoso y quieren pegarle, yo lo entiendo. Los chavales de ahora son as¨ª. Yo iba solo, de empalmada y sin fuerzas. ?Crees que iba a meterme en un l¨ªo as¨ª?
'Cabeza de perro' se estren¨® el pasado viernes en cines de toda Espa?a. www.cabezadeperro.es.
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