Friedrich Karl Flick, el hombre que "compr¨® la rep¨²blica"
Hab¨ªa sido due?o del mayor patrimonio industrial de Alemania
El nombre de Flick es sin¨®nimo en Alemania de las peores lacras del capitalismo m¨¢s voraz, antisocial, corrupto e inmisericorde. Al ahora fallecido Friedrich Karl Flick, el heredero del imperio econ¨®mico del mismo nombre, le conoc¨ªan en sus empresas por sus iniciales FKF y era el tercer hijo var¨®n del patriarca fundador Friedrich Flick. El segundo hijo muri¨® en la guerra y el primog¨¦nito se enfrent¨® con su padre. El conflicto se sald¨® con una indemnizaci¨®n de 100 millones de marcos (50 millones de euros). As¨ª FKF se convirti¨® en el heredero de una fabulosa fortuna acumulada por su padre que de la nada se convirti¨® en uno de los barones del acero en Alemania, durante la Rep¨²blica de Weimar y el nazismo. El viejo Flick aument¨® su fortuna con los nazis, a los que abasteci¨® de armamento y don¨® abundantes cantidades. Se aprovech¨® de la mano de obra esclava, que los nazis reclutaban en los pa¨ªses ocupados, y se incaut¨® de empresas propiedad de jud¨ªos. Esto le llev¨® al banquillo de los acusados en el juicio de N¨²remberg, donde lo condenaron por criminal de guerra a siete a?os de c¨¢rcel, de los que s¨®lo cumpli¨® tres. En poco tiempo reh¨ªzo su fortuna, se convirti¨® en el hombre m¨¢s rico del pa¨ªs y el quinto del mundo. En 1963, Flick padre recibi¨® la m¨¢xima condecoraci¨®n de la nueva Rep¨²blica Federal de Alemania.
Cuando el viejo Flick muri¨® en Konstanz, en 1972 a los 89 a?os, su hijo FKF tuvo que indemnizar a los hijos de su hermano mayor con 300 millones de marcos (150 millones de euros) y se convirti¨® en due?o y se?or del mayor patrimonio industrial de Alemania con enormes participaciones en empresas como la del autom¨®vil Daimler Benz, f¨¢bricas de armamento, seguros, papel y acero. FKF distaba mucho de ser el empresario austero que encarnaba su padre, que fumaba tabaco del m¨¢s barato a pesar de sus millones, y se convirti¨® en un asiduo de la prensa rosa y las p¨¢ginas de esc¨¢ndalos de los ricos y famosos. De los negocios se encargaban sus gerentes mientras ¨¦l se dedicaba a los yates, la caza y a destrozar locales con sus compa?eros de juergas.
A mediados de los ochenta el nombre de Flick adquiri¨® triste notoriedad. Un modesto inspector fiscal de un pueblo cerca de Bonn inici¨® una investigaci¨®n por la sospecha de un intento de fraude fiscal en la venta de un paquete de acciones de Daimler Benz. FKF y su gente intentaron conseguir una exenci¨®n fiscal por la venta de esas acciones por un importe de 1.900 millones de marcos (950 millones de euros) que habr¨ªan tenido que tributar al fisco alem¨¢n en torno a 900 millones de marcos (450 millones de euros). Sali¨® a relucir que para conseguir la exenci¨®n fiscal del Gobierno de centro-izquierda entre socialdem¨®cratas (SPD) y liberales (FDP) el grupo Flick hab¨ªa repartido 25 millones de marcos de donaciones a todos los partidos del Parlamento Federal Alem¨¢n (Bundestag), con excepci¨®n de los reci¨¦n nacidos Verdes.
La comisi¨®n de investigaci¨®n en el Bundestag dur¨® tres a?os, rodaron cabezas y dos ministros de Econom¨ªa resultaron condenados por fraude fiscal; el presidente del Bundestag, el recientemente fallecido, Rainer Barzel tuvo que dejar el cargo y el entonces flamante canciller Helmut Kohl se libr¨® de un proceso por perjurio gracias a un lapso de memoria.
En el curso de la comisi¨®n de investigaci¨®n gentes de Flick aseguraron que hab¨ªan entregado dinero a la Fundaci¨®n Friedrich Ebert del SPD "para fomentar la formaci¨®n de partidos democr¨¢ticos en Espa?a". El esc¨¢ndalo salt¨® a Espa?a con la consiguiente comisi¨®n parlamentaria y la declaraci¨®n ya famosa del entonces presidente Felipe Gonz¨¢lez: "No recibimos ni un duro, ni una peseta, ni de de Flick, ni de Flock".
Tras el esc¨¢ndalo que marc¨® un hito en Alemania y acu?¨® la expresi¨®n La Rep¨²blica comprada, FKF se sent¨ªa cada d¨ªa m¨¢s abrumado y ten¨ªa una aut¨¦ntica obsesi¨®n de que le persegu¨ªan e incluso, aseguran los iniciados, de que tem¨ªa acabar en la pobreza. FKF dio orden de deshacerse de todas sus participaciones en empresas y las vendi¨® por 5.000 millones de marcos (2.500 millones de euros) al Deutsche Bank. Tras nuevas disputas hereditarias con los dos hijos de su hermano, FKF decidi¨® establecerse en Austria, pa¨ªs cuya nacionalidad pose¨ªa y de donde proced¨ªa su tercera mujer, una recepcionista de hotel 30 a?os m¨¢s joven que a los 71 a?os le dio el placer de ser padre de gemelos, que se a?aden a los cuatro hijos de sus dos anteriores matrimonios. Con su marcha a Austria al fisco alem¨¢n se le escaparon unos ingresos estimados en 50 millones de euros anuales. FKF era el m¨¢s rico de Austria y su fortuna no dejo de crecer gracias a los movimientos financieros de los ¨²ltimos a?os.
Una de las ¨²ltimas intervenciones de FKF con resonancia p¨²blica fue su negativa a contribuir al fondo creado para reparar a los trabajadores forzados del nazismo que dejaron sus vidas y salud en beneficio del imperio econ¨®mico que levant¨® su padre, el criminal de guerra.
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