Catalanas en la Bienal de Venecia
Para representar a la arquitectura espa?ola en la X Bienal de Arquitectura de Venecia, inaugurada el pasado domingo 10 de septiembre, el Ministerio de Vivienda ha hecho una apuesta sumamente valiente: con el t¨ªtulo Espa?a F (Nosotras las ciudades), se ha seleccionado a 100 mujeres, una parte de ellas arquitectas, para representar a la sociedad urbana espa?ola. Precisamente, si la ministra de Vivienda, Mar¨ªa Antonia Trujillo, es blanco de cr¨ªticas interesadas y mezquinas, lo es por haber iniciado una autentica pol¨ªtica progresista en el campo de la vivienda, la arquitectura y el urbanismo, promoviendo unas condiciones m¨¢s justas y enfrent¨¢ndose a privilegios legendarios. De nuevo, esta exposici¨®n es una apuesta en uno de los frentes de lucha m¨¢s avanzados en la sociedad espa?ola: la igualdad de sexos y, en el campo de la arquitectura, una discriminaci¨®n positiva para hacer visibles a las mujeres arquitectas. El comisario de los pol¨¦micos contenidos del pabell¨®n espa?ol, Manuel Blanco, catedr¨¢tico de composici¨®n de la Escuela de Arquitectura de Madrid, que ha hecho la selecci¨®n, ha recibido el d¨ªa de la inauguraci¨®n un gran premio otorgado por Taiwan.
La exposici¨®n marca un hito pol¨¦mico que va a dar mucho que hablar: 2006 ha sido el a?o de las arquitectas espa?olas. Que s¨®lo salgan mujeres habr¨¢ molestado a algunos que, en cambio, encuentran tan normal que en muchos ¨¢mbitos y actividades ¨²nicamente intervengan hombres.
La arquitectura y la sociedad en Catalu?a est¨¢ representada por las arquitectas Beth Gal¨ª, con la zona de ba?os en el F¨®rum 2004 de Barcelona; Benedetta Tagliabue, con el mercado de Santa Caterina; Carme Pin¨®s, con la Torre Cube en Guadalajara, M¨¦xico, y Carme Pigem, del equipo RCR, con la biblioteca municipal, hogar de ancianos e interior de manzana en el Eixample; hay obras de dos paisajistas, Imma Jansana y Teresa Gal¨ª-Isard; intervienen las urbanistas Maria Rubert de Vent¨®s y Zaida Mux¨ª, y hablan las escritoras Rosa Reg¨¢s y Maruja Torres, y la editora de libros de arquitectura M¨®nica Gili, entre otras. Cada personaje invitado opina brevemente, de manera muy libre e informal, sobre su experiencia, su actividad y sus obras, y aparece cada una en una gran pantalla sobre un soporte blanco, lleno de luz.
La exposici¨®n no s¨®lo da la palabra y la imagen a arquitectas y a urbanistas, sino que ha invitado a gente de la calle, representantes de oficios urbanos como bombera, taxista o quiosquera; de empresas, como grandes almacenes y franquicias; de diversos colectivos, como inmigrantes, grupos ecologistas y asociaciones de vecinos; o de tribus urbanas como pijos, skaters, okupas o g¨®ticos. En este sentido son especialmente emocionantes las palabras de admiraci¨®n hacia Enric Miralles que pronuncia Gloria Esforzado, representante de los vendedores del mercado de Santa Caterina.
Las referencias a los hombres son siempre indirectas; en muchos casos se trata de los socios de los despachos de arquitectos. Adem¨¢s, la exposici¨®n destaca la mirada de Pedro Almod¨®var, a quien se rinde homenaje por sus pel¨ªculas y por el protagonismo otorgado a las mujeres. De hecho, en el pabell¨®n espa?ol el comisario ha actuado un poco como director de cine o responsable de casting. Y el arquitecto catal¨¢n Josep Llin¨¤s aparece a trav¨¦s de la presencia de Carme Galv¨¦, directora de la biblioteca Jaume Fuster en la plaza de Lesseps, que ¨¦l ha proyectado y sobre la que ella opina como usuaria muy satisfecha.
La presencia en el pabell¨®n espa?ol de Venecia de tantas mujeres arquitectas de Madrid, que han consolidado su trabajo profesional, solas o con socios, pone en evidencia las grandes dificultades que en Catalu?a han tenido las generaciones m¨¢s j¨®venes en las tres ¨²ltimas d¨¦cadas para irse abriendo camino, tener encargos y ser reconocidas en un contexto endog¨¢mico y cerrado, dominado por unos nombres masculinos intocables. Ello se refleja en el menor n¨²mero de arquitectas catalanas que han alcanzado reconocimiento y que tienen una obra propia extensa. En Madrid hay muchas m¨¢s mujeres arquitectas reconocidas: no en vano la primera arquitecta espa?ola titulada, Matilde Ucelay, tambi¨¦n presente en la exposici¨®n, es madrile?a, y est¨¢ muy claro que all¨ª ha habido muchas m¨¢s posibilidades y oportunidades para unos relevos generacionales producidos de manera natural.
Ciertamente, se podr¨ªan haber incluido a otras arquitectas catalanas que ya tienen obras valoradas y premiadas -Bet Figueras, Eva Prats, Merc¨¨ Berengu¨¦, Rosa Rull, Mamen Domingo y Margarita Jover Biboum. Pero, posiblemente, visto desde la historia de la arquitectura catalana, hubieran merecido un lugar las arquitectas catalanas pioneras que se esforzaron en los a?os setenta para abrirse camino y que han realizado una obra destacable, como Anna Bofill, Maria Assumpci¨® Alonso de Medina, Roser Amad¨® (socia de Llu¨ªs Dom¨¨nech) y el equipo de S¨ªlvia Farriol y Anna Soler.
En cualquier caso, la aportaci¨®n espa?ola a la Bienal de Venecia ha marcado un hito y ha dejado servida la pol¨¦mica con una acci¨®n admirable que anuncia que el siglo XXI ser¨¢, en justicia y por suerte, cada vez m¨¢s de las mujeres.
catedr¨¢tico de la Escuela de Arquitectura de Barcelona (UPC).
Josep Maria Montaner es arquitecto y
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