Patrias valencianas
Envalentonado el ¨¢nimo tras o¨ªr misa y comulgar, los aguerridos hombres de Jaume I entraron y tomaron posesi¨®n de la Valencia musulmana. De eso hace ya muchos siglos, pero aquel d¨ªa naci¨® el Viejo Reino cristiano; lloraron la albahaca y el alhel¨ª morunos, y dejaron de cantar los p¨¢jaros del agua, porque los poetas que escrib¨ªan de derecha a izquierda se quedaron sin patria. Unas cuantas d¨¦cadas m¨¢s tarde, otros poetas, que escrib¨ªan de izquierda a derecha y que degustaban embuchados con carne de cerdo, a los que denominaban butifarras, compusieron cantos de vida y de amor y de muerte en la patria valenciana; una patria adolescente que escrib¨ªa sus versos en la lengua de los conquistadores y caballeros del norte. Que por eso lengua y butifarra son tradiciones, hasta hoy, propias de Catalu?a, Baleares y Valencia, como dejaron sentado los sabios de la Real Academia Espa?ola de la Lengua, cuyos dict¨¢menes pueden encontrar ustedes en los diccionarios oficiales de la misma. Las patrias y las naciones, y de todos es sabido, son conceptos relacionados con las tradiciones, las lenguas, los territorios geogr¨¢ficos a los que unos determinados grupos humanos se sienten afectivamente unidos. El Nou d'Octubre, aqu¨ª y ahora, se ha de indicar que a las tradiciones iniciales que empezaron a configurar la patria se les fueron a?adiendo otras, y otras lenguas: apareci¨® en un recodo de los siglos la paella que se guisaba, entre otros ingredientes, con trocitos de costilla de puerco; se utiliz¨® la lengua de Castilla unas veces de forma forzada y otras de grado, y se adquiri¨® la fama de pueblo festivo que celebraba a sus patronos quemando enseres y muebles viejos o lanz¨¢ndose a la cabeza las sabrosas hortalizas de su f¨¦rtil huerta. Unas y otras tradiciones configuraron una identidad propia en un Viejo Reino que quiso ser pa¨ªs, hermanado con otros pa¨ªses y territorios hispanos, y se qued¨® casi sin nombre y casi sin identidad, porque a quienes se les llenaba la boca con identidades, pa¨ªses y nombres en castellano o en catal¨¢n-valenciano-balear, nos metieron en un disparate del que todav¨ªa no hemos salido. Y no salir del disparate se est¨¢ convirtiendo ya en tradici¨®n propia y peculiar. Es el Nou d'Octubre, d¨ªa de agradables conciertos musicales y boatos oficiales, un d¨ªa festivo sin m¨¢s para much¨ªsimos ciudadanos de esta patria chica larga y estrecha; un d¨ªa quiz¨¢s oportuno para reflexionar. Para reflexionar como Rub¨¦n Dar¨ªo -el poeta de las "¨ªnclitas razas heroicas, sangre de Hispania fecunda", el poeta de "mi patria es mi lengua"- sobre ad¨®nde vamos y de d¨®nde venimos.
Porque, a lo mejor o a lo peor, si nos fijamos en el "de d¨®nde venimos", es muy probable que los valencianos tengamos m¨¢s de una patria o naci¨®n: la inicial y cristiana impuesta durante la conquista de Jaume I, la hispana que fue antes de la mayoritaria conversi¨®n de los hispanos al credo musulm¨¢n y despu¨¦s que ech¨¢ramos al ¨²ltimo morisco, la europea que lo fue siempre, y la festiva y despreocupada que nos caracteriz¨® ayer y hoy, y de la que se regodeaba un malhadado dictadorcete llamado Conde Duque de Olivares, all¨¢ por el siglo XVII, un siglo tan de moda ahora mismo con lo del Alatriste de P¨¦rez-Reverte.
La reflexi¨®n sobre el "ad¨®nde va" de la patria valenciana, es mucho m¨¢s enmara?ada y preocupante, y lo seguir¨¢ siendo si el Dios del Sina¨ª o el diablo no lo remedian. A guisa de ejemplos: en primer lugar y, afectivamente, no tenemos claro ni el nombre, aunque la clase pol¨ªtica repite hasta la saciedad aquello de Comunidad o de Castell¨®n, Valencia y Alicante, por mor de crear una nueva tradici¨®n; luego est¨¢ la destrucci¨®n o alteraci¨®n grave del paisaje y el territorio mediante el desbocado ladrillo e invasor cemento, y no hay que perder de vista que el concepto patria incluye la ligadura afectiva del ser humano a un territorio; en una esquina est¨¢ la recuperaci¨®n y dignificaci¨®n de la lengua de Ausi¨¤s March que est¨¢ por ver, y por el otro lado tropezamos con nuevas realidades como la llegada masiva de inmigrantes que han de encontrar aqu¨ª su patria, porque cualquier suelo puede ser la patria de un hombre como dej¨® escrito el cl¨¢sico Estacio. Todo ello muy serio y preocupante en este Nou d'Octubre festivo y despreocupado.
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