"Llor¨¦ mucho, no quer¨ªa vivir"
Dar¨ªo Silva recupera el ¨¢nimo y mira al futuro tras perder la pierna derecha en un accidente
La voz de Dar¨ªo Silva suena animada a trav¨¦s del hilo telef¨®nico. Como si nada hubiera pasado. Como si el accidente de tr¨¢fico que hace dos semanas le cost¨® la amputaci¨®n de la pierna derecha por debajo de la rodilla hubiera sido una pesadilla. El ex futbolista del Espanyol, el M¨¢laga y el Sevilla descansa en su casa del barrio privado de Las Colinas de Carrasco, en las afueras de Montevideo, residencia de futbolistas. Su familia le rodea, el tel¨¦fono echa humo y el timbre no para de sonar. Los m¨¦dicos del hospital La Espa?ola le han dado el alta despu¨¦s de 12 d¨ªas ingresado. Es la una del mediod¨ªa y un doctor le visita en su domicilio para la cura del mu?¨®n y la rehabilitaci¨®n. "Espero que sea buena y r¨¢pida", dice Dar¨ªo. Despu¨¦s, vuelven las llamadas, las visitas... "Much¨ªsimas, y todas con gran gusto", explica el jugador. "Todo el mundo me ha dado su apoyo y eso ha sido fundamental para salir adelante. Los mensajes de tel¨¦fono han sido incalculables. Si hubiera puesto una empresa telef¨®nica me hubiera hecho millonario. Y el correo electr¨®nico... ?tengo 780 e-mails! Quiero contestar a todos".
"Soy una persona afortunada. Sigo siendo el mismo, el de la broma y el cachondeo"
"No me acuerdo de nada. Iba andando y a los dos d¨ªas despert¨¦ con una pierna menos"
La vida de Dar¨ªo Silva, de 33 a?os, dio un vuelco el 24 de septiembre. A las 6.45 viajaba con los ex jugadores Dardo Pereira y Elbio Papaa en una camioneta Chevrolet cerca de la costa de Montevideo. Hab¨ªan salido por la noche y regresaban a casa. A unos 100 kil¨®metros por hora, una distracci¨®n de Dar¨ªo al volante provoc¨® una colisi¨®n con un poste telef¨®nico. La torre se desplom¨® y cay¨® sobre la pierna del delantero uruguayo. La infecci¨®n y la fractura eran tan graves que los m¨¦dicos debieron amputarla. "No s¨¦ lo que sucedi¨®, no me acuerdo de nada, ni siquiera de haber subido al coche. Lo ¨²ltimo que recuerdo es que iba andando por la calle. A los dos d¨ªas despert¨¦ en un hospital con una pierna de menos", explica Silva. "No he tenido mucho tiempo para pensar. No me enter¨¦ de lo que pas¨® y no quiero saberlo. S¨®lo s¨¦ que sucedi¨® y que no se puede volver atr¨¢s. Prefiero no saber nada m¨¢s", a?ade.
Los m¨¦dicos esperaron a que recuperara las fuerzas para darle la noticia. "Llor¨¦ mucho. Al principio no quer¨ªa vivir, no me parec¨ªa coherente. Pensaba ir al bautismo de un sobrino dentro de poco y de repente me encontraba en una cama sin la pierna derecha. No pod¨ªa entenderlo. No quer¨ªa aceptarlo. Eso fue lo que m¨¢s me cost¨®. A los dos minutos entr¨® mi familia en la habitaci¨®n. Me explicaron por qu¨¦ los m¨¦dicos hab¨ªan hecho eso. Se me ca¨ªan las l¨¢grimas".
En siete temporadas en la Liga espa?ola (1998-99 en el Espanyol; 99-03 en el M¨¢laga; y 03-05 en el Sevilla), Dar¨ªo demostr¨® ser un incordio para los defensas y un tipo dif¨ªcil de domar en el vestuario, dispuesto a pelearse con los aficionados, el entrenador o el presidente. Despu¨¦s del accidente, parece emanar la misma fuerza. "Al final, alguno deb¨ªa estar contento de que me fuera del hospital. Todo el mundo me conoce, metiendo l¨ªo con uno y con otro. El que se portaba mal era yo", bromea. "Me considero una persona afortunada. Si los m¨¦dicos me hubieran dejado la pierna, ahora no estar¨ªa hablando con usted, estar¨ªa en el otro lado. Estoy contento porque los m¨¦dicos tomaron la decisi¨®n correcta, lo que yo prefer¨ªa, la vida. Y aqu¨ª estoy, el mismo de siempre, como el primer d¨ªa. Estoy muy bien de ¨¢nimos. Ahora que estoy en casa me siento m¨¢s c¨®modo, m¨¢s tranquilo. Vuelvo a ver a mis hijos, lo que uno m¨¢s desea, y cuando los veo no dramatizo tanto lo que me ha pasado", cuenta. Sus hijos, dos chicos de nueve y 13 a?os, pretenden seguir los pasos de su padre. "Eso intentan. Habr¨¢ que verles en el futuro", se r¨ªe Dar¨ªo.
El futuro... Silva buscaba un equipo para terminar su carrera, posiblemente el Defensor Sporting de Montevideo, donde jug¨® en su juventud, pero sus planes han cambiado. "Tengo dos ofertas desde hace tiempo. Una es para entrar en televisi¨®n, en un programa deportivo. Otra es para recomendar a los chavales sobre el f¨²tbol y trabajar en una escuela". En el fondo, a Dar¨ªo le seduce otra idea, la de regresar al pueblo donde naci¨®, Treinta y Tres, al norte de Montevideo, y dedicarse a sus caballos ¨¢rabes.
El f¨²tbol, sin embargo, le corre por las venas. Incluso ha pensado sacarse el t¨ªtulo de entrenador. "Siempre he querido jugar y demostrar lo que val¨ªa, y he hecho de todo por conseguirlo. Donde he estado me he dejado el coraz¨®n por el equipo, he salido al campo roto... Despu¨¦s de una carrera como la m¨ªa, de casi 12 a?os en Europa, ha sido un privilegio ver la reacci¨®n de la gente, saber que me recuerdan como persona, no como futbolista". Hasta sus enemigos. Los hinchas del Nacional de Montevideo olvidaron su pasado en el Pe?arol y aplaudieron a sus futbolistas y a los del Boca Juniors cuando en la Copa Suramericana exhibieron una pancarta gigante: Fuerza Dar¨ªo. Todos los equipos de la Liga llevaron mensajes de ¨¢nimo. "Amigo, se perdi¨® un partido m¨¢s, pero hay que seguir jugando porque quedan muchos por delante", le dijo una conocida voz por tel¨¦fono. Era Maradona, que hab¨ªa pedido su n¨²mero.
"Que se acuerden de m¨ª grandes campeones del mundo es un orgullo, no me esperaba tanto apoyo. Me llam¨® Maradona, vino a verme Mazurkiewicz [ex jugador de Pe?arol y de la selecci¨®n uruguaya], desde Espa?a me llamaron Ayala y Roberto Carlos, gente que jug¨® conmigo y otra que no. Incre¨ªble".
Dentro de un mes y medio, visitar¨¢ en Bolonia uno de los mejores centros m¨¦dicos del mundo en la fabricaci¨®n de pr¨®tesis. "Me ha cambiado la vida personal", asegura Dar¨ªo, "pero la vida cotidiana no cambiar¨¢ nada. Por mucho que me haya pasado, soy el mismo, el de la broma y el cachondeo".
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