"Quiero abrir una escuela para chavales de la calle"
"Mi profesi¨®n es... trotamundos". Es la respuesta de Marco Fidel Vargas, de 47 a?os (Bogot¨¢, Colombia), cuando alguien le pregunta por su modo de ganarse la vida. Pero, luego a?ade que se gana la vida como t¨¦cnico de iluminaci¨®n de espect¨¢culos. "He hecho un poco de teatro, cine, algo de televisi¨®n...", cuenta.
No es demasiado alto, sus facciones, agradables y cercanas, invitan a hacerse su amigo; su anatom¨ªa, bien formada, hace pensar en una vida no lejana al ejercicio f¨ªsico "fui acr¨®bata en el circo Ciudad de los Muchachos", explica. El circo le apart¨® de las violentas calles de Bogot¨¢. Si se busca "Marco Fidel Vargas" en google aparecen 80 entradas, algunas de las cuales dirigen a la Asociaci¨®n Ben por la Infancia (Abenin) www.ongabenin.org. Fidel es el alma de la asociaci¨®n, aunque siempre prefiera referirse a las m¨¢s de 40 personas de toda nacionalidad y oficio, que la forman. "Hay psic¨®logos, pedagogos, soci¨®logos", indica. Abenin lucha por los derechos de los m¨¢s peque?os. "En Colombia o en cualquier parte del mundo", cuenta con pasi¨®n.
Noveno de 13 hermanos, Marco era un ni?o que intentaba compaginar estudios con otras ocupaciones. "De cr¨ªo trabaj¨¦ de tapicero, vendiendo helados... de todo un poco". Poco despu¨¦s surge el club Chiras (trapos). En ¨¦l, Marco y sus amigos encontraron un espacio para jugar al f¨²tbol en medio de la pobreza. "Hac¨ªamos nuestras pelotas de trapo, cos¨ªamos nuestras camisetas de retazos. Nos unimos, a trav¨¦s del f¨²tbol para defendernos". Aquellos ni?os tambi¨¦n ve¨ªan las manifestaciones de los profesores luchando por sus derechos. "Todo aquello nos llamaba la atenci¨®n y no tardamos en subirnos a los camiones de los manifestantes a tirar piedras a la polic¨ªa y al ej¨¦rcito. Ve¨ªamos que ¨ªbamos al colegio sin desayunar o descalzos, cuando a unos pocos les sobraba de todo", dice.
En 1973, el circo Ciudad de los Muchachos, llega de gira por Colombia. Aquello fue un descubrimiento para Fidel, que aprende en la escuela del circo. "Hice n¨²meros con caballos, rodeo americano, n¨²meros c¨®micos, acrobacias". Cuando el circo regresa a Espa?a, Marco lo hace con ¨¦l. "En el a?o 82 recalamos en Madrid y levantamos, junto a la plaza de toros de las Ventas, Ciudad de los Muchachos. Recuerdo que montamos un peque?o poblado en el que hab¨ªa casas, capilla, plaza, banco, escuela de equitaci¨®n...".
Un a?o despu¨¦s la caravana prosigui¨® su ruta por Alemania e Israel. Fidel abandona la compa?¨ªa y viaja a Venezuela. All¨ª, se incorpora al hospital infantil San Juan de Dios, en Caracas. El trotamundos colombiano retoma all¨ª su antigua labor y encuentra la que cree su vocaci¨®n. "Atend¨ª a cr¨ªos enfermos, vi operar en el quir¨®fano, aprend¨ª a hacer curas. Pero en el a?o 94, regres¨¦ a Espa?a", cuenta.
"Ten¨ªa que ganarme la vida y lo hice con lo que ten¨ªa m¨¢s a mano: t¨¦cnico de iluminaci¨®n de espect¨¢culos", apunta. Fidel se casa con una madrile?a y tiene un hijo. "Me sent¨ª explotado por ser emigrante. El due?o de la empresa me subi¨® a un cami¨®n y, en tres a?os casi no me baj¨¦ de ¨¦l. Apenas ve¨ªa a mi familia". En 1997 se presenta a unas oposiciones. "El Ayuntamiento de Alcobendas necesitaba cubrir unas plazas de iluminador. Me present¨¦ a las pruebas y aprob¨¦". El antiguo artista de circo decidi¨® echar ra¨ªces en un puerto. Su objetivo: crear Abenin, una verdadera m¨¢quina de sue?os. Ahora sue?a con abrir, para chavales de la calle, una Escuela de Artes Esc¨¦nicas en Colombia.
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