Francisco Bar¨®n, escultor
Deja una obra figurativa tras superar su tendencia al abstracto
El escultor Francisco Bar¨®n Molina falleci¨® en Madrid el pasado domingo, a los 75 a?os de edad, despu¨¦s de que un c¨¢ncer le impidiera seguir luchando contra el tiempo, su aut¨¦ntico enemigo. Uno de sus conocidos recordaba que el gran drama de este artista -que empez¨® a dibujar y a trabajar las piezas escult¨®ricas desde muy ni?o- fue siempre el tiempo, y parad¨®jicamente se ha convertido en un artista de muchos tiempos, dejando una obra figurativa, basada en la naturaleza, aunque se le conoce un periodo plenamente abstracto relacionado con su primer viaje a Estados Unidos, a principios de los a?os sesenta, influenciado por los antiguos miembros de la Bauhaus. Bar¨®n sentenci¨® pronto: "El arte no puede depender del tiempo". De esta manera buscaba un arte intemporal, sin partir de postulados fijos; donde su trabajo final era el resultado de un proceso, porque se consideraba un hombre de acci¨®n, no de ideas.
Con numerosas exposiciones individuales y colectivas y obra repartida, tanto en museos como en colecciones particulares y al aire libre, durante su etapa de estudiante en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando colabor¨® con sus maestros Laviada y Ortells. En esta ¨¦poca sol¨ªan celebrarse reuniones y tertulias en su estudio o en el Caf¨¦ Lyon con artistas y compa?eros de estudio: Julio L¨®pez Hern¨¢ndez y su hermano Francisco, Gloria Alcahud, Manolo Raba, Antonio L¨®pez, Amalia Avia, Lucio Mu?oz y Pepe Porta, entre otros.
Tras acabar la carrera, a los 23 a?os, se traslad¨® a una colonia de talleres con otros pintores y escultores, como Fernando Labra, Venancio Blanco, Carlos Pascual de Lara, Mingorance, Ramiro Ramos, Isidro Antequera, Constantino Grand¨ªo o Isabel Santal¨®. En Londres conoci¨® al escultor Henry Moore, y en Estados Unidos investig¨® pl¨¢sticamente sobre las t¨¦cnicas y materiales del constructivismo. En 1962 regres¨® definitivamente a Espa?a, donde continu¨® con la serie iniciada en Am¨¦rica de los T¨®tems Sim¨¦tricos.
En 1965, particip¨® en la Feria Internacional de Nueva York, invitado por Romero Escassi, y consigui¨® una beca de la Fundaci¨®n March que le permiti¨® pasar a materia definitiva un conjunto de obras con las que realiz¨® una exposici¨®n individual en la Galer¨ªa Nebl¨ª, de Madrid, en 1966, donde hab¨ªa realizado un a?o antes su primera individual en Espa?a.
Bar¨®n recordaba con cari?o una escultura que realiz¨® para el ganador del premio de periodismo Cirilo Rodr¨ªguez, para corresponsales espa?oles en el extranjero, organizado por la Asociaci¨®n de la Prensa de Segovia, que tuvo como primer depositario al maestro Manuel Leguineche, en 1985. A la pieza articulada le dio el nombre de "el esforzado", porque era como un tronco humano y una pieza que bien pod¨ªa simular a un brazo musculoso, en homenaje a los reporteros que viven situaciones de conflicto y miseria para contarlo, incluso con el riesgo de su vida.
A Paco Bar¨®n, como reconoc¨ªa, dentro de un sentido po¨¦tico, le gust¨® el juego, la sorpresa, lo imprevisto, incluso a veces, lleg¨® a la prestidigitaci¨®n escult¨®rica. As¨ª del cuerpo de una paloma pod¨ªa surgir una mujer y, de la grupa de un caballo, caracoles con alas.
En 1960 y 1961 recibi¨® el primer premio del New England Arts Festivals, en Estados Unidos, adem¨¢s de ostentar el de Arte y Cultura, del Museo de Arte Contempor¨¢neo, de Madrid, en 1965; la medalla de oro en la Exposici¨®n Minicuadros de la Galer¨ªa C¨ªrculo 2, de Madrid; el Premio Moj¨¢car, de Almer¨ªa, y el Premio Valladolid de Escultura.
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