"Cuando te acosan te quitan de la mayor¨ªa"
Luis Antonio de Villena evoca sus traum¨¢ticos recuerdos en 'Mi colegio'
Acoso escolar por parte de los compa?eros y una sutil insinuaci¨®n sexual por algunos miembros del profesorado. Bullying y pedofilia, dos temas que el escritor Luis Antonio de Villena no ha rescatado de los titulares de los peri¨®dicos, sino de su propia memoria, para escribir Mi colegio (Pen¨ªnsula).
Villena describe sus a?os como escolar en el colegio del Pilar de Madrid en la d¨¦cada de los sesenta a trav¨¦s de "fogonazos" y explica la "seducci¨®n literaria" que le salv¨® de todo aquello. "Decid¨ª hacer un libro sobre mi vivencia traum¨¢tica. Entr¨¦ en aquel centro con 12 a?os, como un p¨²ber, y todo fue mal. Me acosaron desde el principio. Sin embargo, sal¨ª a los 16 como un triunfador gracias a la literatura. Este contraste es lo que me interesaba", asegura.
"De todos los da?os que sufr¨ª me salvaron la literatura y la ficci¨®n"
Respecto de la pedofilia, la califica como un "tema menor que no ten¨ªa un aspecto agresivo, no se forzaba, no era siniestro".
El escritor intercala tambi¨¦n perfiles e historias sobre algunos de sus compa?eros de colegio como el fil¨®sofo Fernando Savater -un "alumno modelo" y algo mayor que ¨¦l, con quien m¨¢s adelante trab¨® una buena amistad-, el poeta Luis Alberto de Cuenca -uno de los primeros lectores de los versos de Villena- o Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar -con quien nunca coincidi¨® en las aulas-. En una comida oficial, el ex presidente del Gobierno quiso compartir con el poeta sus recuerdos del Pilar: "Aquello me pareci¨® muy t¨ªpico. Era volver a la idea de que los antiguos alumnos formamos una hermandad y yo, desde que me fui del colegio, ni he sabido nada, ni lo quiero saber".
El poeta enfatiza el pronombre posesivo del t¨ªtulo para explicar la cuenta pendiente que guardaba con sus recuerdos: "Es una manera de explicarme y de buscar mis or¨ªgenes. He querido liberarme y no quisiera volver a tocar este tema nunca m¨¢s". Aun as¨ª, Villena defiende la necesidad de enfrentarse con uno mismo. "Es importante d¨®nde has estado y a m¨ª me hubiera gustado decir que en el antiguo Egipto, pero estuve maltratado en un colegio. Para poder cambiar la realidad en la ficci¨®n hay que conocerla, tienes que poner un pie en la tierra".
Las burlas, risas y humillaciones de sus compa?eros dejaron una huella profunda: "Es horrible despertarte pensando c¨®mo podr¨¢s salvarte hoy. Recuerdo perfectamente qui¨¦n me acosaba y les he deseado el peor mal del mundo muchas veces. Del colegio en s¨ª mismo hablo poco. Cuando estudiaba deseaba huir; aquello era una tortura. Era el resultado de la Espa?a en que se viv¨ªa entonces. El horror de la educaci¨®n nacional-cat¨®lica se ensa?aba con lo diferente y el machismo era el eje de todo aquello. De todos los da?os que sufr¨ª me salvaron la literatura y la ficci¨®n".
El poeta aprendi¨® a sacar partido de la diferencia, entendi¨® que "el agredido siempre est¨¢ solo" y se enfrent¨® por primera vez a la "mayor¨ªa silenciosa", c¨®mplice de los acosadores. A partir de entonces, har¨ªa suya una cita de Cocteau: "Pertenezco a la raza de los acusados". "Cuando te acosan te quitan de la mayor¨ªa. Lo normal te echa y caes del lado decadentista, de Byron. Pero llegar a esto no es un juego aunque luego lo culturalices y lo eleves. Cuando empieza este proceso te escupen y te pegan".
Babelia
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