Con huelga o sin ella

Con el llamado proceso de paz o sin ¨¦l, con huelga de hambre o sin ella, era impensable, por su manifiesta exageraci¨®n y falta de proporcionalidad, que la fiscal¨ªa de la Audiencia Nacional mantuviera como definitiva su inicial petici¨®n de 96 a?os de prisi¨®n para el etarra I?aki de Juana Chaos por el delito de amenazas terroristas por el que fue procesado hace un a?o. Era previsible, adem¨¢s de ser una forma habitual de actuaci¨®n del ministerio fiscal, un cambio de criterio m¨¢s ajustado a la gravedad del delito y a su tipificaci¨®n jur¨ªdica en v¨ªsperas de la celebraci¨®n del juicio, prevista para el 27 de este mes. Lo que es menos habitual -y en ello s¨ª han influido, sin duda, las vicisitudes del llamado proceso de paz y la natural preocupaci¨®n por la huelga de hambre que el etarra manten¨ªa desde el pasado 7 de agosto- es el anuncio anticipado, sin esperar a la vista del juicio oral.

La rebaja de pena anunciada -posiblemente a seis a?os de prisi¨®n- no es arbitraria ni puede ser tildada, salvo que se quiera confundir a la ciudadan¨ªa, de precio pol¨ªtico. Se sustenta en algo procesalmente tan racional como considerar que las amenazas terroristas proferidas por De Juana a trav¨¦s de dos art¨ªculos publicados desde la c¨¢rcel en el diario Gara en diciembre de 2004 no constituyen un delito m¨²ltiple -tantos como funcionarios amenazados-, sino continuado. Incluso si la fiscal¨ªa no hubiera cambiado de criterio, es posible que la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, de acuerdo con la jurisprudencia, le habr¨ªa enmendado la plana en su sentencia, considerando las amenazas vertidas como un solo delito, con la consiguiente rebaja de la pena.

Como sucedi¨® cuando De Juana y otros etarras con parecido historial sanguinario a sus espaldas estaban a punto de ser excarcelados, tras cumplir entre 18 y 20 a?os de prisi¨®n, es comprensible

que la rebaja de pena anunciada por el fiscal suscite repugnancia e incomprensi¨®n, sobre todo entre las v¨ªctimas del terrorismo de ETA. Pero este proceso y esta rebaja ya nada tienen que ver con los 25 asesinatos por los que De Juana cumpli¨® condena en agosto de 2005 de acuerdo con el C¨®digo Penal de 1973.

No hay duda de que esta condena, reducida en la pr¨¢ctica a 18 a?os de prisi¨®n por aplicaci¨®n de la redenci¨®n por el trabajo, no guarda proporcionalidad con sus cr¨ªmenes. De ah¨ª que el Tribunal Supremo modificara las reglas de aplicaci¨®n de esa redenci¨®n vigentes hasta 1995, para evitar que, como ocurri¨® con De Juana, se beneficiaran otros etarras con cr¨ªmenes parecidos. Tras las modificaciones, el horizonte penal de estos ¨²ltimos es de 30 a?os. Insistir en comparar penas necesariamente finitas con la inmensidad de los cr¨ªmenes son ganas de confundir y de exasperar a las v¨ªctimas. Sabemos que ninguna sanci¨®n penal, ni siquiera la cadena perpetua, puede saldar esos cr¨ªmenes.