M¨¢s hambre y el mismo r¨¦gimen
La poblaci¨®n de Corea del Norte sufrir¨¢ m¨¢s que el Gobierno las sanciones internacionales contra Corea, seg¨²n varios analistas
La filosof¨ªa nacional de Corea del Norte, conocida como juche, o confianza en s¨ª mismo, se enfrenta a un duro reto ahora que la comunidad internacional est¨¢ considerando imponer sanciones a un pa¨ªs que cuenta con pocos amigos en el mundo y depende de los donantes exteriores para alimentar a sus 23 millones de habitantes. Pero incluso si las sanciones empeoran la vida de los norcoreanos, los observadores ven poco probable que sirvan para someter Pyongyang.
Las mismas caracter¨ªsticas que han hecho del r¨¦gimen un paria internacional -su aislamiento, el control totalitario de su poblaci¨®n y su capacidad de utilizar la compasi¨®n del mundo por el sufrimiento de su pueblo como moneda de cambio- le ayudar¨¢n a sobrevivir.
En todo caso, es seguro que las crecientes tensiones son una mala noticia para los norcoreanos. "Es muy probable que los norcoreanos sufran otra hambruna este invierno", dice Peter Beck, responsable del Grupo Internacional de Crisis en Se¨²l. Christiane Berthiaume, portavoz del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, asegura que a partir de enero su agencia no podr¨¢ seguir con sus ayudas a los norcoreanos si no recibe m¨¢s donaciones.
Tras d¨¦cadas de propaganda, los norcoreanos han aprendido a achacar sus dificultades econ¨®micas a un compl¨® de EE UU, no a un fracaso pol¨ªtico de su l¨ªder, Kim Jong-il. A pesar de los recortes cr¨®nicos de alimentos, que seg¨²n las estimaciones han matado a un mill¨®n de personas desde hace 10 a?os, no ha habido disturbios conocidos en el pa¨ªs. Eso es el factor miedo. Los opositores que se manifestaran se enfrentar¨ªan al pelot¨®n de ejecuci¨®n.
Con todo, Corea del Norte lleva tanto tiempo aislada que resulta dif¨ªcil para Washington y Tokio encontrar sanciones que tengan un impacto m¨¢s que simb¨®lico. "La prueba de fuego para saber si las sanciones pueden funcionar contra Corea del Norte es observar c¨®mo van a reaccionar China, y, en menor medida, Corea del Sur", afirma Kim Tae Hyo, polit¨®logo en la Universidad Sungkyunkwan de Se¨²l.
China provee entre el 70% y el 90% de las necesidades de petr¨®leo de Pyongyang. Juntas, China y Corea del Sur representan el 65% del comercio exterior de Corea del Norte, es decir, 2.075 millones de euros. Pek¨ªn y Se¨²l tienen buenas razones para mantener el control sobre Pyongyang. China teme la posible implosi¨®n de un r¨¦gimen inestable, que ahora cuenta con armas nucleares. Y la compasi¨®n de los surcoreanos para los norcoreanos, gobernados por un r¨¦gimen brutal, ha guiado la decisi¨®n de Se¨²l de ayudar a sus vecinos. Tambi¨¦n tiene gran importancia el temor a un ataque contra el pa¨ªs, cuya capital est¨¢ al alcance de la artiller¨ªa norcoreana.
"La perspectiva de ver a Kim Jong-il con armas nucleares es poco agradable, pero las alternativas son peores", opinan Peter Hayes y Tim Savage, del Instituto Nautilus, basado en EE UU y Australia. Un diplom¨¢tico norcoreano a?adi¨® en una entrevista en Pek¨ªn: "Los americanos no tienen m¨¢s remedio que negociar con nosotros".
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