Gran Nobel turco

El Premio Nobel de Literatura que la Academia sueca otorg¨® ayer s¨®lo podr¨ªa sorprender a quienes pensaran que, dada su juventud -no se suele recibir el Nobel de las Letras antes de cumplir los 55 a?os-, el inmenso escritor ya consagrado que es el turco universal de Estambul llamado Orhan Pamuk pod¨ªa esperar tranquilamente en su ya c¨¦lebre taller literario de la antigua capital otomana a que le llegara este galard¨®n que nadie conocedor de su obra le discutir¨¢.

Orhan Pamuk es, adem¨¢s de un genio de la narrativa -como ha demostrado en m¨¢s de dos d¨¦cadas de excepcional producci¨®n con novelas definitivas como El libro negro, La vida nueva, Me llamo Rojo o Kar (Nieve)- un hombre comprometido y luchador por las libertades en una patria tantas veces convulsa y violenta como ha sido Turqu¨ªa. Eso requiere todo el coraje que ha demostrado con su lucha contra vetos, imposiciones y represiones de los militares y de los nacionalistas. Desafiarlos le ha costado amenazas de muerte, juicios y periodos en un discreto exilio.

Pamuk podr¨ªa haber recibido tambi¨¦n el Nobel de la Paz. Porque adem¨¢s de un escritor ya imprescindible es uno de los intelectuales que con mayor brillantez, honradez y sobriedad ha reflexionado sobre la depravaci¨®n del fanatismo nacional, ¨¦tnico o religioso. Se ha ganado as¨ª muchos enemigos. Hace menos de un a?o, escritores de todo el mundo, entre ellos diversos Premios Nobel se movilizaban para impedir -al final con ¨¦xito- que Pamuk fuera encarcelado por supuestos ataques a la "naci¨®n turca" que no eran sino valientes exposiciones de los dilemas turcos con su pasado, su sitio en la historia y en la geograf¨ªa de las ideas, a caballo entre Europa y Asia.