India lucha contra la esclavitud infantil
Una ley proh¨ªbe a unos 20 millones de ni?os trabajar como sirvientes o en la hosteler¨ªa
Si se puede confiar en las estad¨ªsticas indias, el 90% de los hogares con empleados dom¨¦sticos prefieren sirvientas de 12 a 15 a?os. El martes pasado, sin embargo, entr¨® en vigor una ley que proh¨ªbe estas tareas a los menores de 14 a?os, que tampoco podr¨¢n trabajar en los cientos de miles de puestos callejeros de comida (dhobas), teter¨ªas, restaurantes y hoteles en los que est¨¢n empleados, seg¨²n las ONG, unos 20 millones de menores indios. Muchos trabajan m¨¢s de 12 horas diarias por un sueldo medio de diez euros al mes.
El Gobierno, sin embargo, sostiene que la nueva ley afecta s¨®lo a 185.000 ni?os empleados de hogar -en su mayor¨ªa ni?as- y a 70.000 empleados de puestos callejeros y hosteler¨ªa -la mayor¨ªa ni?os-. "Las cifras reales son muy dif¨ªciles de saber porque se trata de ni?os ocultos detr¨¢s de las puertas de una casa", se?ala Carlotta Barcaro, encargada de uno de los programas de Unicef contra el trabajo infantil.
De vez en cuando, la polic¨ªa hace una redada y libera a centenares de esclavos
La esclavitud est¨¢ abolida en India, pero s¨®lo en el papel. En la realidad, hay millones de ni?os que trabajan en condiciones de esclavos despu¨¦s de haber sido entregados a los patronos por sus padres, que son los que pactan y en muchos casos reciben el salario. En 1986, el Gobierno public¨® la primera ordenanza contra el trabajo infantil en siete sectores y oficios denominados "peligrosos", a los que se han a?adido en estos a?os otros 63, que van desde la miner¨ªa a la construcci¨®n, la industria pirot¨¦cnica o el tejido de alfombras.
De vez en cuando, la polic¨ªa hace una redada y "libera" a unos centenares de esclavos, que pasados unos d¨ªas vuelven en el 90% de los casos al mismo trabajo, se?ala el Foro para los Ni?os Trabajadores y de la Calle, que agrupa a 35 ONG. "La ley s¨®lo proh¨ªbe, no ofrece soluciones a los problemas. Esa no es la v¨ªa para acabar con la explotaci¨®n y la esclavitud infantil", se?ala Zaved Nafis Rahman, asistente social de Butterflies, una ONG dedicada fundamentalmente al apoyo de la infancia en la capital india.
Unicef, sin embargo, que ha trabajado estrechamente con el Gobierno de Manmohan Singh para la elaboraci¨®n de la norma aprobada el 10 de julio, con un periodo de tres meses para su entrada en vigor, sostiene que "la ley es un paso en la buena direcci¨®n" y que supone un avance hacia la protecci¨®n de los derechos del ni?o. Para Unicef, la ley no es el final del camino, sino m¨¢s bien el principio, que debe apoyarse en un sistema integral, que incluya desde la obligatoriedad de la educaci¨®n al apoyo a las familias de los ni?os trabajadores, para que ¨¦stos puedan dejar su trabajo sin da?ar las magras finanzas familiares.
"S¨®lo en Nueva Delhi hay m¨¢s de 400.000 ni?os empleados, de los que 50.000 viven en la calle", afirma Zaved, de 27 a?os y con cinco de experiencia en atenci¨®n infantil. Zaved, que tacha la ley de "cosm¨¦tica", asegura que si tiene alg¨²n efecto ser¨¢ negativo porque el Gobierno no puede pedir a los patronos que despidan a los ni?os sin preparar un lugar para acogerles y educarles. "Muchos caer¨¢n en la prostituci¨®n y la mayor¨ªa estar¨¢ m¨¢s expuesto que antes al maltrato porque a partir de ahora su trabajo es ilegal", destaca. La nueva ley impone a los patronos sanciones de 10.000 a 20.000 rupias (un euro tiene 56 rupias) y penas de c¨¢rcel de uno a dos a?os.
La industria del sexo explota a centenares de miles de ni?as y ni?os indios y es donde mayores abusos y violencia se producen. Son aut¨¦nticos "esclavos del sexo" expuestos a un sinf¨ªn de enfermedades y a la muerte, sin que nadie reclame sus diminutos cuerpos. Muchos de los ni?os de los burdeles de las grandes urbes han sido previamente vendidos por sus m¨ªseros padres a las mafias del sexo, que tambi¨¦n practican el rapto y la violaci¨®n para asegurarse nuevos trabajadores.
Las cifras de la explotaci¨®n infantil en India son apabullantes. Incluida la agricultura, donde casi la totalidad de los 800 millones de campesinos emplean al menos a tiempo parcial y sin salario a sus hijos, hay m¨¢s de 100 millones de ni?os dedicados a empleos de adulto. De estos cerca del 20% trabajan en condiciones de esclavitud en todo el abanico de la econom¨ªa, comenzando por el servicio dom¨¦stico.
El problema es la pobreza end¨¦mica de una gran parte de la poblaci¨®n, que sigue sin beneficiarse del enorme despegue econ¨®mico experimentado por India en los ¨²ltimos 15 a?os. Seg¨²n Satyavir Singh, de 32 a?os con 10 de experiencia en apoyo a la infancia "el auge, por el contrario, ha tra¨ªdo un mayor empleo de ni?os en algunos de los sectores peligrosos prohibidos hace m¨¢s de una d¨¦cada, como la construcci¨®n".
La fiebre constructora se ha adue?ado de India, pese a lo cual se utiliza muy poca maquinaria y el peso de la actividad recae en los trabajadores que cargan, descargan, transportan y suben a mano material muy pesado. Adem¨¢s, en buena parte de las obras se trabaja sin protecci¨®n y los ni?os son las primeras v¨ªctimas de los accidentes.
En lo que Gobierno y ONG est¨¢n plenamente de acuerdo es en aumentar las llamadas Childline (tel¨¦fono de los ni?os). Estas l¨ªneas de tel¨¦fono, que operan 24 horas, se han convertido en la salvaci¨®n de numerosos ni?os que, directamente o a trav¨¦s de un vecino que escucha los golpes o los abusos, denuncian a los maltratadores o violadores, lo que permite su rescate y su ingreso en un centro de acogida.
Escuelas en la calle y dinero en el banco
Sameer tiene 13 a?os y hace dos que se fue de su casa en el Estado de Jharkhand, uno de los m¨¢s pobres de India, para probar suerte en Nueva Delhi. Trabaj¨® un a?o en una imprenta por 1.000 rupias al mes (18 euros). Ahora trabaja s¨®lo por la tarde por 40 rupias y por la ma?ana asiste a las clases que da la ONG Butterflies en un parque.
A la sombra de un ¨¢rbol y rodeado de basura, cabras e indigentes, el maestro Asir Ali Chaudhry alterna el juego con la escritura, el deporte y la aritm¨¦tica. Tiene 70 alumnos de 9 a 15 a?os, aunque es raro el d¨ªa que acuden m¨¢s de 20. "Todos trabajan en f¨¢bricas, en teter¨ªas o recogiendo entre la basura lo que se pueda vender. Muchos esnifan pegamento y se quedan dormidos o sin ganas de nada", se?ala Chaudhry.
Una tristeza infinita se refleja en los grandes ojos de Sameer, que confiesa que la vida en la gran ciudad es "m¨¢s dif¨ªcil" que en su casa, adonde no regresa por temor a que su padre le pegue por haberse escapado. El chico duerme solo en las calles de la zona.
Lleg¨®, cuenta su maestro, sin conocer una sola letra y en menos de un a?o ha superado los conocimientos b¨¢sicos y se prepara para examinarse en abril de 3? de primaria. En este tiempo, Sameer ha conseguido ahorrar 120 rupias, que ha entregado al maestro para que las guarde en el Banco Infantil abierto por Butterflies para apoyar las finanzas de los ni?os trabajadores. Su sue?o es aprender ingl¨¦s, para tener un buen trabajo. Su patr¨®n no le pega, pero le insulta.
El programa de ense?anza de estas escuelas al aire libre incluye la educaci¨®n c¨ªvica, de manera que los ni?os aprendan que tienen derechos. Sameer ya sabe que una nueva ley proh¨ªbe trabajar a los ni?os de su edad como sirvientes o en la hosteler¨ªa. "Con esa ley nos moriremos de hambre", dice.
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