Ban, el conciliador
Maestro en las artes diplom¨¢ticas, el nuevo responsable de Naciones Unidas llega curtido en las arenas movedizas de Corea del Norte
Diplom¨¢ticos occidentales destacados en Se¨²l dicen de Ban Ki-moon que ha hecho suyo el principio confuciano de "Quien no progresa cada d¨ªa, retrocede cada d¨ªa" y que, atado a esta m¨¢xima, se adentra en cualquier negociaci¨®n por complicada que parezca. Maestro en las artes diplom¨¢ticas, Ban, de 62 a?os, ha llegado a la Secretar¨ªa General de la ONU porque no tiene enemigos y de los amigos s¨®lo toma lo necesario. Su gran reto es asumir que se le ha acabado el tiempo de obedecer y que ahora le toca ejercer sus dotes de conciliador, despu¨¦s de las de mando.
De rostro hier¨¢tico, que no deja traspasar lo que piensa, Ban Ki-moon no despierta pasiones ni siquiera entre quienes apuestan por ¨¦l. El Reino Unido le present¨® como su candidato para sustituir a Kofi Annan, pero el hasta ahora ministro de Exteriores de Corea del Sur se hizo con el cargo gracias a su perfil equidistante de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad.
El nuevo secretario general se hizo con el cargo gracias a su equidistancia
"Estar¨¦ en mejor posici¨®n para abordar el asunto coreano" que Annan, dice Ban
En un momento en el que todo son amenazas para la ONU, desde el desaf¨ªo nuclear del r¨¦gimen norcoreano al genocidio de Darfur, pasando por la reforma de la propia organizaci¨®n, el acceso de Ban a la secretar¨ªa general tiene que ver sobre todo con uno de sus rasgos m¨¢s acentuados: no es conflictivo ni le gustan los enfrentamientos. El ser un buen equilibrista le vali¨® que finalmente Estados Unidos y China, que por distintas razones no le apoyaban, terminaran por votarle.
El ¨¦xito o el fracaso del nuevo secretario general estar¨¢n en su capacidad de tejer alianzas y de evitar convertirse en una marioneta de quienes pretenden manejar el Consejo de Seguridad en beneficio de sus propios intereses. Tal vez para acallar las cr¨ªticas de quienes desconf¨ªan de su capacidad porque le consideran "un buen segundo", Ban ha endurecido estos d¨ªas su discurso.
Despu¨¦s de casi un cuarto de sus 36 a?os de diplom¨¢tico destinado a la representaci¨®n surcoreana ante Naciones Unidas, de la que fue secretario y embajador, Ban Ki-moon se ha declarado partidario de impulsar reformas internas a partir de la que ser¨¢ su propia oficina, y parece dispuesto a reducir la maquinaria burocr¨¢tica e incrementar la eficacia y la eficiencia de la ONU.
Tambi¨¦n conoce muy bien la mentalidad estadounidense. Al igual que en Nueva York, estuvo destinado en la Embajada surcoreana en Washington en dos ocasiones y fue director del departamento norteamericano en el Ministerio de Exteriores surcoreano. Adem¨¢s, a?os despu¨¦s de terminar su licenciatura en la Universidad de Se¨²l, realiz¨® un m¨¢ster en la de Harvard.
Nacido durante la ocupaci¨®n japonesa de la pen¨ªnsula coreana (1910-1945) y con la ni?ez marcada por la divisi¨®n del pa¨ªs impuesta por Estados Unidos en 1945 y, luego, por la sangrienta guerra desatada por el avance comunista sobre el Sur (1950-1953), Ban Ki-moon siempre defendi¨® la desnuclearizaci¨®n de la pen¨ªnsula y particip¨® activamente en la negociaci¨®n de la Declaraci¨®n Conjunta de 1992, por la que Pyongyang y Se¨²l se compromet¨ªan a mantener la pen¨ªnsula libre de armas nucleares.
No hay duda de que el nuevo secretario general pondr¨¢ toda la carne en el asador para resolver pac¨ªficamente la crisis motivada por el anuncio de una explosi¨®n at¨®mica realizado por Pyongyang el lunes pasado. Ban, que reconoce "limitaciones" como ministro de Exteriores de Corea del Sur y que no ha ocultado el malestar con su predecesor por no haberse aplicado a este problema -"desgraciadamente no ha podido visitar Corea del Norte en 10 a?os"-, ha declarado repetidamente en los ¨²ltimos d¨ªas: "Dado que tengo un mayor conocimiento y experiencia sobre las relaciones intercoreanas, incluida Corea del Norte, creo que como secretario general estar¨¦ en mejor posici¨®n para abordar este asunto".
Al frente de la diplomacia surcoreana desde 2004, Ban, que habla ingl¨¦s y franc¨¦s, se considera un hombre "firme y decidido", pero la mayor¨ªa de los logros obtenidos en las conversaciones con Pyongyang son barridos por el incumplimiento norcoreano. Entre ellos destaca el acuerdo alcanzado en el oto?o de 2005, durante las negociaciones a seis bandas -las dos Coreas, EE UU, Rusia, China y Jap¨®n- sobre la renuncia norcoreana a su programa nuclear a cambio de ayuda tecnol¨®gica y econ¨®mica. D¨ªas despu¨¦s, el r¨¦gimen de Kim Jong Il lo convirti¨® en papel mojado al a?adir nuevas exigencias.
Quienes han trabajado con este padre de cuatro hijos aseguran que "tiene una voluntad de hierro envuelta en modales de terciopelo". Aborda los problemas de forma met¨®dica, sin prisa pero sin pausa e incluso con tozudez si la situaci¨®n se tuerce y se reducen las posibilidades de acuerdo.
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