Kofi Annan, el 'Papa' laico
La reforma del Consejo de Seguridad, principal asignatura pendiente de su mandato
Kofi Annan (Ghana, 1938) conoc¨ªa bien los entresijos de Naciones Unidas antes de dirigirla. Es el ¨²nico secretario general que ha formado parte del personal de la ONU. El organismo ha vivido una importante transformaci¨®n desde que Annan entrara en ella como funcionario en 1962. El ghan¨¦s se ha esforzado personalmente en acercar esta instituci¨®n universal a la gente, para que no sea un club restringido a los gobernantes. Y esta visi¨®n le trajo el Nobel de la Paz en 2001. Pero el sue?o de hacer de la ONU la espina dorsal del orden mundial est¨¢ ahora m¨¢s zarandeada que nunca, por la ruptura del equilibrio de poderes creado durante la guerra fr¨ªa.
El primer mandato de cinco a?os de Kofi Annan arranc¨® el 1 de enero de 1997. Su nombramiento no fue sencillo y la contienda estuvo muy ajustada hasta el final del mandato del egipcio Boutros Boutros-Ghali. Annan era el candidato preferido de EE UU. Pero sus aspiraciones se toparon con la oposici¨®n de Francia, que vet¨® en varias ocasiones su designaci¨®n, antes de que el Consejo de Seguridad alzara su nombre a la Asamblea General. La renovaci¨®n de su mandato en 2001 fue m¨¢s sencilla. Pero como reconoce ¨¦l mismo, la recta final ha sido el periodo m¨¢s dif¨ªcil de sus 10 a?os de mandato, profesional y personalmente.
La intervenci¨®n militar en Irak le enfrent¨® con Washington
Annan, casado con una abogada sueca y con tres hijos, se form¨® en la Universidad de Ciencia y Tecnolog¨ªa de Kumasi (Ghana) y en el Macalester College de St. Paul (Minnesota). Adem¨¢s tiene un m¨¢ster de gesti¨®n por el Massachussets Institute of Technology (MIT). Domina el ingl¨¦s, el franc¨¦s y varios idiomas africanos. El ghan¨¦s entr¨® en la instituci¨®n hace 44 a?os, a trav¨¦s de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) en Ginebra. Antes de instalarse en el piso 38 de la sede en Nueva York ejerci¨® en tres ocasiones como de subsecretario general (1987-1993) y como secretario general adjunto tres a?os antes del ascenso.
El modo en que ha capitaneado la instituci¨®n es muy similar a la del sueco Dag Hammarsjold (1953-1961), al tratar de dar m¨¢s visibilidad a las funciones del secretario general en los ¨¢mbitos pol¨ªtico, diplom¨¢tico y humanitario. Su primera iniciativa en este sentido fue lanzar su Plan para la Renovaci¨®n de Naciones Unidas, que present¨® en 1997 y que sigue en ejecuci¨®n. Entre las decisiones m¨¢s destacadas se encuentran la creaci¨®n de una Comisi¨®n de Pacificaci¨®n y la transformaci¨®n del Comit¨¦ de Derechos Humanos en un Consejo m¨¢s efectivo.
Annan se va, sin embargo, dejando pendiente la reforma del Consejo de Seguridad, anclado en una estructura de hace 60 a?os. El africano ha sido muy activo en adaptar la instituci¨®n a las nuevas realidades en la escena global, con una atenci¨®n especial a la lucha contra la pobreza y la defensa de los derechos humanos. El inmovilismo ante la matanza en Ruanda, que se produjo cuando ¨¦l mismo estaba al frente de las misiones de paz, est¨¢ siempre presente en su mente y le llev¨® a proponer el principio que obliga a los pa¨ªses a proteger a las personas que sufren trato inhumano y genocidio, uno de los principales puntos de su legado.
Bajo su mandato logr¨® un compromiso internacional con ?frica y los pa¨ªses m¨¢s vulnerables de la familia onusiana, por no dejar de mencionar otras iniciativas como la estrategia global antiterrorista, la acci¨®n diplom¨¢tica para poner fin a la ocupaci¨®n de L¨ªbano, los Objetivos del Milenio contra la pobreza, el protocolo de Kioto contra el cambio clim¨¢tico o la creaci¨®n de un fondo para la lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria. La ONU dispone adem¨¢s de 90.000 cascos azules en misi¨®n de paz, cuatro veces m¨¢s que en 1997, y un presupuesto de 5.000 millones de d¨®lares, cinco veces mayor que hace una d¨¦cada.
La gran sombra de su mandato aparece en la gesti¨®n de programa humanitario Petr¨®leo por Alimentos, un mecanismo dise?ado para ayudar al pueblo iraqu¨ª durante los a?os del embargo y que ¨¦l mismo negoci¨® con Bagdad. El esc¨¢ndalo le afect¨® personalmente por la supuesta implicaci¨®n de su hijo y por los abusos administrativos detectados, hasta el punto que los miembros conservadores del Congreso de EE UU pidieron su cabeza.
Las denuncias de abusos sexuales por parte de los cascos azules tambi¨¦n nublaron la recta final de su mandato. Y la intervenci¨®n militar en Irak le enfrent¨® con Washington, al oponerse abiertamente a una ocupaci¨®n que calific¨® de ilegal. El choque vivido en el Consejo de Seguridad introdujo adem¨¢s al organismo en una importante par¨¢lisis, que ahora trata de dejar atr¨¢s.
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